La crisis climática comenzó hacía la segunda década del año 2000. Aunque estudiosos del fenómeno advertían desesperados sobre el peligro en ciernes, pocos (considerando el tamaño de la población mundial), se lo tomaron en serio; otros (la mayoría) se mostraron indiferentes; y otros más (afortunadamente, los menos), reaccionaron furibundos contra quienes advertían.

Las décadas a partir de 2020 fueron complejas en términos sociales. Justo en ese momento de gran turbulencia (quizá también alimentada por la tensión que provocaba la crisis climática) se requería el trabajo conjunto de la humanidad entera. Las consecuencias del fracaso para lograr un acuerdo fueron desastrosas.

Los años a partir de 2045 quizá fueron los más difíciles que hayan conocido los seres vivos en la Tierra. Millones de humanos y no-humanos murieron; especies no-humanas se extinguieron y la propia humana estuvo muy cerca de la extinción, con sólo unas cuantas centenas de miles de individuos desperdigados por el planeta.

Fue hacia finales de la década de 2080 cuando el primer asentamiento extraterrestre tuvo éxito. Terra-01 fue el nombre con que se rebautizó al exoplaneta elegido (un nombre mucho más atractivo que la cadena alfanumérica con que lo habían clasificado los astrónomos que lo descubrieron). Los entusiasmados (y valientes) pioneros que lo colonizarían, salieron hacia él a mediados de 2070. El éxito rotundo de Terra-01 desencadenó el entusiasmo por la exploración espacial. Luego de Terra-01, vinieron Terra-02 y Terra-03, Uranius-X y otros asentamientos más. Sólo se recuerdan los más exitosos, porque no todos lo fueron.

Esta historia ocurre en uno de esos asentamientos poco exitosos (tan malogrado como para olvidar intencionalmente su nombre), en una época tan tardía como 2137... Los protagonistas son descendientes humanos. Nunca han visto la legendaria Tierra, origen de su especie...