El sendero a mis pies era de un extraño blanco perlado. pequeñas piedras blancas, negras y grises creando patrones a su gusto y placer. Los árboles frondosos y con gruesos troncos a cada lado del camino, aunque sus hojas eran de un calmado tono gris.
Me parecierón vivos y tristes al mismo tiempo.
El cielo siempre relleno con su eterno manto oscuro pintado con lágrimas de plata. Cada paso contra el suelo bajo mis pies descalzaos se sentia frío. Un frío helado que me entumecían hasta los huesos. Siento que es un frío que antes llenaba mi interior y que ahora sale de mi invadiendo todo lo que me rodea.
El frío me cala hasta los huesos, como ya dije antes, lo que realmente no notaba hace un momento era el agua llegandome a la cintura. Un mar oscuro y profundo que me llama a dejarme arrastrar a sus profundidades.
¿En que momento me interne en el mar de la melancolia?
Nadar no servía de nada. Porque por más que nadara y me esforzara por alcanzar la superficie aquí estoy recostada de uno de esos frondosos árboles. Un árbol que me extendía sus fuertes ramas como una tabla salvavidas. Desde aqui veo las estrellas, o lo que creía eran estrellas...
Pero en realidad no lo es...
Son pequeñas esferas reviviendo escenas del pasado. Los peores momentos que he vivido, mismos que comienzan a quedar atras. Mi mente formandose como un hermoso bosque negro que me cubre de las oscuras redes del mundo real. Inundando cada parte de mi ser y obligandome a conocer mas y mas de mi.
En algún momento del camino he aprendido:
- A caminar un dia a la vez
- Darme a mi misma como principal, como si fuera la protagonista de mi propia historia
- si yo no me quiero... ¿quién lo hara?
¿Quién diría que esas tres lecciones serían lo que necesitaba para salir de este pozo sin fondo en el que estaba?
por esto...
Es hay cuando me fijo que esa hermosa flor con espinas y petalos negros ha cogido color... un bonito color entre rosado y plateado. Que el empredrado ahora es de un intenso tono naranja y amarillo, los árboles ostentan ese hermoso tono naranja que les da el otoño y esas aguas que antes me engullian a sus profundidades se han vuelto cristalinas y reflejan mi propio rostro...
¿Sera esto una señal de que ya no soy la misma?
Siento que es así, soy cada vez otra diferente...
Una con la que me siento en paz y eso será lo que me dará las fuerzas para salir de este pozo sin fondo.
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