Fue amigo suyo por un lapso de tiempo corto, pero solo eso sirvió para formar un lazo significativo con él.
Shingo Yabuki era especial. Lo era. Tenía un espíritu increíble que cualquier persona que pusiera atención podría admirar y eso era algo que ese Kusanagi no sabía apreciar
Si él no podía ver ese fuego interior ¿Por qué Shingo seguía ahí?
Arashi Fudo era un joven de preparatoria, de la misma edad que Kyo Kusanagi. Su amigo más cercano era Shingo Yabuki. No tenían mucho de conocerse, pues Arashi iba en el último grado mientras Shingo iba en el primero. Pero lo primero que vió en él fue ese optimismo que lo cautivó muchísimo. Nunca iba a olvidar la primera vez que se conocieron
----
El joven era de piel morena, cabello negro y un poco bajo para su edad. Delgado y con anteojos, el superior más apto para dar tutorías de literatura.
Arashi se centraba mucho en su deber como tutor antes de saber sobre los torneos de KOF. Nunca se había sentido interesado en algo así, aunque había escuchado noticias y el hecho de que uno de los estudiantes de la escuela se había coronado como campeón varias veces seguidas.
Para él parecía irrelevante, un delincuente como ese no tenía por qué ser digno de admiración.
Todos los días, después de las clases, Arashi iba a un pequeño salón de clases, que tenía en la puerta “tutoría de literatura” escrito con una perfecta caligrafía. Siempre esperaba con paciencia a alguien que jamás llegaba mientras leía alguno de sus libros. Nunca perdía la esperanza de tener algún aprendiz.
Uno de esos días, alguien tocó la puerta antes de entrar
- ¡Ah! ¡Perdón! ¿Aún no llega el maestro de las tutorías?
Arashi dejó su libro en el escritorio y observó al visitante. Era el chico castaño y sonriente que llegó a ver varias veces por la escuela. En ese momento, no lucía como un remedo de Kusanagi. Su uniforme era normal, su cabello no tenía esa bandana en la cabeza. Llevaba sus libros en la mano
-Yo soy el tutor, me llamo Arashi Fudo. Bienvenido-El mayor se levantó del asiento y le invitó a pasar, extendiendo su mano para saludarlo –dime, ¿en qué te puedo ayudar?
- ¡Oh! ¡Verá, quiero aprender a escribir una carta correctamente, pero soy muy malo con estas cosas!
Arashi arqueó una ceja
- ¿Una carta? ¿Para algún extranjero?
Shingo sonrió y se llevó una mano a la mejilla, rascándola un poco
-No, he… es para Kusanagi-san
Arashi se le quedó viendo unos momentos. Un tic en el ojo surgió al escuchar ese nombre. Ese tal Kusanagi estaba siendo respetado de esa manera a pesar de que solo era un delincuente con una familia conocida, idiota arrogante. Pero, por otro lado, ese joven se veía muy feliz y entusiasmado por aprender, además de que sería, por fin, su primer aprendiz
-Vale, te enseñaré entonces. Pero debo advertirte que soy muy estricto
- ¡No importa, haré todo lo que me pida!
Durante casi un mes, Shingo empezó a ir todos los días a las tutorías de Arashi con tal de aprender a redactar correctamente. El castaño nunca le dijo a Arashi que era lo que quería escribirle a Kusanagi, pero tampoco era algo que le importara… o tal vez si… tenía un poco de curiosidad
Empezó a notar conforme pasaba el tiempo, que Shingo vestía diferente, su uniforme lucio muy similar al de Kusanagi, hablaba mucho sobre el KOF durante las clases. Pero también le preguntaba a él varias cosas. En cierta forma, era como hablar como un niño emocionado con un juego nuevo o un juguete. Pensó que era algo pasajero y que al escribir esa carta su obsesión se iba a acabar
-Yabuki-kun, ¡has mejorado muchísimo! Creo que ya no vas a tener ningún problema para redactar
- ¿Es en serio, Arashi-san? ¡Perfecto! ¡Deberíamos ir a celebrar!
-Eh, ¿celebrar?
- ¡Claro! ¿Yo invito, que le parece?
-Ah, pues... –Arashi no estaba acostumbrado a salir, siempre tenía rutas fijas y rara vez tenía tiempo para salir con amigos- …creo que una vez no está mal, acepto entonces
-¡Genial! ¡Le mostrare un lugar increíble para comer!
Parece ser que ahora eran ¿amigos? Era la primera vez que Arashi hacia un amigo sin necesidad de preguntarle. Era una curiosa sensación.
Después de un par de horas, Shingo y Arashi seguían en un sitio bastante grande y con juegos. Parecía un sitio más infantil, pero al castaño le agradaba así que para el mayor estaba bien.
-Este lugar es agradable porque me dejan estar aquí por varias horas, ¡Aunque solo compre una bebida!
-Nunca había estado en un restaurante
- ¿Eehhh? –el castaño le miró con mucha sorpresa- ¿Es en serio? ¿Por qué?
-Es la primera vez que me invitan, hahaha
- ¡Vaya! Pensé que venía seguido a estos lugares, estaba nervioso porque no sabía si este lugar le iba a gustar
-No tengo mucho tiempo para socializar, así que en todo el curso no hice amigos. Me graduaré en medio año –a Arashi no parecía preocuparle ser alguien solitario, ya estaba acostumbrado a esas cosas
- Pues… -Shingo hablo con sinceridad, si algo tenía ese joven, era que no sabía mentir- ¡Oficialmente puedes tener en mi a un amigo, Arashi-san! ¡Tú me has apoyado mucho con esto de la escritura y realmente te aprecio mucho!
Arashi solo sonrió y no dijo nada en especial, pero Shingo entendió el gesto. Parecía ser un joven reservado y eso era algo que el castaño captó bastante bien.
Durante un rato más, toda la conversación giró en torno a ellos dos. No Kusanagi, no KOF. Solo en sus vidas, sus sueños, sus aficiones. Ahí fue donde arashi descubrió que a Shingo le gusta coleccionar figuras, que le gustan las artes marciales de todo tipo. Descubrió que no tolera los lácteos y que son la única cosa que al parecer le molesta. Fue donde Shingo descubrió que a arashi no le agrada mucho Salir, que le gustan los frutos rojos y enseñar a los demás.
Ambos salieron del restaurante sintiéndose más cercanos el uno con el otro, era bueno saber que podían entenderse mutuamente. Pero un par de pasos más adelante…
-¡¡Hey, ustedes!! ¡Más les vale que me entreguen todo el dinero que tengan!
-¡!!
Cuatro sujetos rodearon al par de estudiantes justo al salir del restaurante. No podían escapar y se veían demasiado grandes. Pero para su sorpresa, Shingo se puso frente a Arashi, buscando defenderlo
- ¡Dejen en paz a Arashi-san! ¡Tendrán que pasar sobre mi si quieren lastimarlo!
Arashi no estaba asustado. Pero si muy extrañado. El que Shingo tuviera gusto por las artes marciales no significaba que conociera algo de ellas. Y esa situación era muy peligrosa
-Yabuki-kun, deberíamos solo dejar que se vayan
- ¡No! ¡No voy a dejar que te lastimen!
- ¿Esto no es un anime, sabes?
Dos de los hombres se abalanzaron encima del moreno, quien para sorpresa de Shingo, logra defenderse de inmediato con unos movimientos que, a ojos del castaño, eran increíbles.
Postura firme, golpes fuertes, puños rápidos, como una tormenta… fue la primera cosa con la que Shingo relacionó ese poder.
Y aunque era increíble verlo pelear, había olvidado que él mismo también estaba en una pelea.
----
-Lección numero uno de estas cosas: no te distraigas con nada.
-¡¡Ouch!!
El castaño había terminado con un ojo morado, sin embargo, no había perdido esa gran sonrisa. Pues para él había sido una experiencia muy grata ver a Arashi en acción
- ¡No sabía que conocías las artes marciales, Arashi-san! ¿Por qué nunca lo has mencionado?
-Porque no es necesario, solo las uso en casos muy extremos.
- ¿Cómo se llama lo que haces? ¡Parecías una tempestad!
-Es boxeo chino, me lo enseño mi abuelo-el mayor rió mientras curaba la herida del castaño-no tiene nada de especial, pero ayuda a defenderse
- ¡Deberías abrir una clase de boxeo en la escuela! ¡en verdad creo que te iría muy bien!
- ¿Tú crees?
- ¡En serio! ¡Yo sería tu primer aprendiz!
- Ahh… -su entusiasmo realmente era muy convincente. Tal vez si era una idea razonable- lo voy a pensar, veremos que sucede más adelante
Comments (4)
See all