No.
No puedo escucharte,
No,
No sólo al mundo,
No sólo tu voz.
No puedo distinguir mis pensamientos,
Estos pesares.
Que llenan, el caudal de locura.
No siento mi cuerpo, no siento el tuyo junto al mío.
No puedo ver tu mirada.
Esos ojos, que hasta palpitaban.
Esas veces, en las que bailaban.
Ese aroma, tu recuerdo, tu cabello…
Ahora, sentada en el silencio; me recuesto
En el imaginario, de un sueño., pero es, tan, tan vívido.
Aún puedo sentirte. Ese abrazo, esas manos. Cuántas caricias…
Y por las noches. Callada, en la ausencia, vivo.
Pero muero por dentro,
Exploto.
En la soledad, en tu ausencia. Muero.
Esta distancia, estos besos que imagino, pero,
Que al despertar ya no son nada, nada.
Nada de caricias, nada de sol.
Me falta tu llanto; tu sombra…
Huyo de tu presencia para recordarte.
Estas ganas, estas ganas insaciables
Que destrozan por dentro,
Mi alma, mi esencia.
¿Y el deseo? El deseo aún no se ha ido,
Me ha dicho que no piensa marcharse,
Que se ha vuelto una parte imborrable de mí.
Cada mañana, al despertar, al dejarte ir,
Ya no te siento, pienso, soy cobarde, tal vez hoy acabe.
Pero al acostarme, ahí estás,
Esperando por mí.
Comments (1)
See all