Sigo teniendo el mismo sueño, noche tras noche, un sueño del final de todo lo que conozco en este mundo. Simplemente comienza como un día normal, incluso pareciese que no fuese un sueño, pero, repentinamente todo comienza a tornarse oscuro y de pronto una gran explosión se oye a lo lejos. Mi mundo comienza a derrumbarse; observo como una gran cantidad de personas mueren frente a mis ojos, pero nada puedo hacer. Ya han pasado varias semanas desde que comencé a tener este sueño, poco a poco ha ido dejándome ver más cosas, las secuencias se mantienen, pero cada vez puedo ver un poco más antes de despertar.
—¡Oye, Dan! ¿Hasta qué hora planeas seguir durmiendo?
Justo hoy este sueño termina antes por la interrupción de la única persona que permito entrar en mi habitación sin problemas. Liz, mi amiga de la infancia, o eso quisiera pensar, pero, yo la veo como algo más. Al abrir lentamente mis ojos puedo poco a poco divisar su hermosa figura contrastante con la luz del sol que se filtra por una de las ventanas de mi habitación.
—Oh, Liz ¿qué haces aquí? —Digo mientras voy levantando mi cuerpo de la cama y doy un ligero bostezo. Sé precisamente porqué ella se encuentra aquí, sin embargo, siempre que estamos solos no sé cómo comenzar a fomentar una plática entre los dos. No suelo ser el tipo de persona que habla mucho, incluso con ella me cuesta mucho ser abierto.
—¡Sabes muy bien que vengo para irnos a clases! —La puedo ver algo molesta, a pesar de eso, me genera cierta ternura, no puedo evitar no mirarla, siento que ella entiende que mis gestos y sobre todo mi mirada ya no son simplemente los de un amigo.
—¡Es cierto! —Digo mientras observo el reloj que está junto a mi cama —. ¡Debo apresurarme!
Mientras me visto Liz sale del cuarto, sé que somos amigos desde hace mucho y antes no nos daba pena vernos el uno al otro cuando cambiábamos de ropa o cosas similares; sin embargo, ahora la relación ha cambiado y sé que ella lo nota. Creo que es inevitable en este tipo de situaciones siempre hay mucho que perder y creo que ella no quiere perder todo el tiempo que llevamos de conocernos. A pesar de la gran amistad que hemos establecido todo este tiempo, eso no quiere decir que como pareja podamos funcionar.
No soy un chico muy atractivo y puedo entenderlo, siempre que miro al espejo veo a ese reflejo de un chico moreno con pelo desordenado y ojos de color miel, quizás lo único bueno que tengo es mi cuerpo trabajado, pero no sobresalgo en muchas cosas; soy sólo un chico normal. Eso quiero pensar.
Vivimos en uno de los dormitorios mixtos de la institución a la que atendemos, el instituto Ophelia, en honor al nombre del estado en el que vivimos. Se ha posicionado a nivel global como una de las mejores escuelas y es un honor ser parte del alumnado. Tener esa gran reputación hace que haya gente de muchos otros países asistiendo aquí. Algunos creerían que vivir en el instituto es muy bueno, pero por alguna razón yo siempre voy tarde a todos lados.
Una vez me he colocado el uniforme, salgo del cuarto cerciorándome de cerrarlo bien y le digo a Liz que nos apresuremos si no llegaremos tarde. A pesar de que me doy cuenta de los sentimientos que ahora siento por ella, no quiero que se incomode y le trato como siempre, eso incluye no ser caballeroso con ella, lo que hace que me comporte como niño muchas veces. Nuestro juego de siempre es ver quien llega primero, sé que siempre gano, pero me gusta hacerlo y hoy no es la excepción. Mientras bajamos las escaleras me apresuro brincando de escalón en escalón.
Una de las particularidades del instituto Ophelia es que estaba rodeado de una gran zona boscosa y en una depresión de montañas. Era difícil comprender cómo es que un instituto tan prestigioso pudo establecerse ahí, sin embargo, eso hizo que pronto la ciudad de Ophelia creciera a un enorme ritmo, dejando de ser un simple pueblo a un lugar conformado por extranjeros, pero, sobre todo, gente rica. No suelo juzgar a la gente de tal posición social, más no he tenido buenas relaciones con ellos por ser un chico becado. Trato de no tomar tanta atención a las cosas; sin embargo, a veces no es tan fácil hacerlo. Creo que el paisaje por el que estamos rodeados me ayuda bastante a olvidar, al punto que no recordaba que ya me le había adelantado demasiado a Liz. Así que me volví para divisarla, sin embargo, mi día comenzó a arruinarse de inmediato cuando vi al chico que menos quería ver hoy. Algo en su rostro hacía que no me agradara, a pesar de que es muy popular entre todos, sobre todo por su fortuna, pero más que nada por su extraña aura. Un aura tan dulce, pero triste que no puede ser explicada.
Cruzamos miradas, por alguna razón cuando me mira puedo sentir algo extraño. No sé explicar qué es exactamente. A veces suele comportarse altanero dándome sonrisas extrañas como para molestarme a propósito. Sin embargo, hoy luce diferente. Como si el mundo estuviera por… en ese momento recuerdo mi sueño… Siento un dolor en la frente.
—Espero, qué puedas con lo que está por pasar.
Escucho una voz elegante decir eso, inmediatamente me doy cuenta de quién es, el dolor hace que choque con él.
—Deberías tener más cuidado—. Lo dice con un tono altanero, como si estuviera ofendido porque toque su ropa con mi cuerpo.
—Pues perdona por ser un simple becario… —Una vez me recuperé pude encararlo, pero cuando lo hice pude notar algo en su rostro, más que nada en sus ojos, no era el mismo de siempre. Podía sentirlo. Algo estaba por pasar.
—¡Dan! —Escucho a Liz decir desde lo lejos, cuando me vuelvo a verla veo que viene acompañada de otro de los chicos que más detesto. Es increíble cómo sus nombres se parecen tanto Dásid y Yazír. Si pudiera hacer una alusión diría que uno es calmado como la luna y con un brillo tenue elegante, mientras que otro tiene un gran brillo y es inquieto como el sol. De hecho, muchos los llaman el Sol y la Luna. E incluso hay muchas personas que piensan que juntos harían buena pareja. Aunque yo sé muy bien que ellos no son tan compatibles y raramente comparten palabras.
En cuanto Liz y Dásid llegan a donde Yazír y yo nos encontramos veo cómo él nos ve, espero su típico tono altanero, pero esta vez es diferente. Puedo verlo en sus ojos, pareciera que nadie más notara esto, ni siquiera Liz puede ver cómo se observa cierta tristeza en ellos. Noté cómo me miraba fijamente.
—¿Tengo algo raro en la cara? —Dije con un tono de desagrado mientras sentía cierta incomodidad por la forma en que me observaba. Después vi como miró también a Yazír, pareciera que los dos supieran algo, algo sobre mí y no entiendo qué podría ser. No podía haberlo sabido, pero tan sólo unos momentos después sabría por qué.
---Hola a todos mi nombre es Brandon, tengo años planeando esta historia y por fin comenzaré a publicarla, espero que les guste, tal vez el BL o romance sea algo lento al principio pero les aseguro que valdrá la pena, trataré de hacer una versión en inglés además de que tengo a un diseñador haciendo los dibujos de los personajes, si les gustaría verlos, espero que me sigan apoyando, publicaré lo más rápido que pueda, espero no decepcionarlos---
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