Había una vez un elfo licántropo que sabia hacer magia. Se llamaba Ankris. Él y sus medio hermanos lobos vivían en el bosque. Un día fue al bosque una niña de poca edad.
Ankris la siguió durante todo el día, viendo lo perdida que estaba la pequeña y, al anochecer, se acercó a ella; mientras sus lobos les rodeaban. La niña, que no había comido en todo el día, se había hecho un ovillo cerca de las raíces de un árbol grande para dormir allí y no pasar frío, en la medida de lo posible. Pero Ankris pisó una rama seca antes de llegar a su destino y la criatura se despertó de golpe al oír el ruido y las posteriores maldiciones en voz baja de nuestro elfo.
- ¿Cómo te llamas?¿Quién eres?- le preguntó el licántropo a la niña.
- Mi nombre es Nawin... Soy sólo una niña, del pueblo que hay a las afueras de este bosque...- dijo ella, más asustada por los lobos que por el tono del "humano" que tenía delante.
- ¿Qué haces aquí?- dijo él; medio enfadado e impaciente.
- Estaba jugando con mis amigos al escondite y he entrado aquí sin querer.
- De acuerdo. Ahora te llevaré al pueblo, pero debes prometerme que no volverás bajo ningún concepto y que no le dirás a nadie nada de mi existencia- suspiró el elfo-lobo, exasperado.
Ankris no necesitó decir nada a sus hermanos, con una mirada ellos entendieron que no se la podían comer como cena fácil. Asimismo, entendieron también que debían protegerla y ayudarla por un tiempo y dejarla marchar.
Cuando todos llegaron a la primera hilera de árboles, después de una larga caminata y varias horas después de medianoche, Nawin le preguntó el nombre a su "salvador".
- Mi nombre es Ankris y soy peligroso para las personas, por eso no vivo con humanos.
- ¿Por qué?
- Porque no soy humano y ahora vete con tus padres. ¡Corre antes de que cambie de idea! -dijo para asustarla, cuando en realidad él quería tener compañía de otras criaturas que no fueran sólo lobos.
- No tengo padres..., ni amigos... ¿Me puedo quedar contigo?- dijo Nawin con un tono triste y poniendo ojitos de cordero degollado.
- No. -respondió él tajante- Y lo siento mucho por ti, pero yo tampoco tengo familia, aparte de mi querida manada.
Cuando consiguió que Nawin fuera al pueblo, pensó que los niños eran difíciles y que se alegraba de ser mitad lobo. Más tarde se unió a sus hermanos para cazar. Hacía rato que sabia que Nawin los seguía, pero decidió no hacerle caso...
Veinte años después, se puede ver a una muchacha joven con un chico por los bosques cazando con una manada de lobos. Nawin y Ankris se habían hecho amigos y él había enseñado a sobrevivir a esa niña pesada que había conocido tanto tiempo atrás. Ahora, lobos, elfo y muchacha viven felices y sin muchos quebraderos de cabeza, aparte de la típica pelea de haber quién come más que el resto, en el bosque.
Nota de la autora: esta historia forma parte de una trilogía que creé hace años (unos 6 años, más o menos). También publicaré el resto de historias, que están conectadas entre sí y son muy parecidas. Así que podéis esperar más bosques y más Ankris, porque él es el protagonista de las siguientes.
En realidad quería hacer la "biografía" de este personaje, contando por separado diversas historias que le habían pasado desde puntos de vista algo diferentes, mezclando el tiempo y el espacio, porque este bosque no es el mismo de cualquier otra historia. En cada parte de la trilogía, el bosque cambia, y el tiempo no es el mismo. En unas historias nuestro licántropo es más joven que en otras.
En resumen, paras las próximas subidas esperad más Ankris, más bosques y un lío con el tiempo que intentaré explicar en estas notas. También, más lobos~ (Creo que a partir de aquí podéis intuir mi animal favorito, al menos uno de ellos x'D )
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