Era un sábado por la mañana, mi padre se había ido a trabajar y nosotras nos habíamos ido a la playa de 'Ses Fontanelles', delante del Palma Acuarium. Yo tenía 3 años, y me encantaba nadar en el agua cálida y cristalina del Mediterráneo. Mi madre estaba tumbada en la tumbona, en la sombra, mientras me vigilaba. Yo nadaba, jugaba y hablaba con una nueva amiguita que había hecho allí mismo ese día. Un plácido día de playa, aunque nadie sabía lo que pasaría momentos después...
En un momento dado, su abuela y ella quisieron ir a dar una vuelta. Yo quería ir con ellas, pero tenía un reto: convencer a mi madre. Tras varios minutos de argumentos y ojitos de cordero degollado, conseguí convencerla. Alcancé a mis conocidas y fuimos hasta el final de la playa, unos 500 metros más allá de donde había dejado a mi madre. Escondida detrás de un recodo, había una pequeña iglesia sumergida.
Su parte frontal estaba constituida por un cementerio cercado con una valla metálica, decorada con las más exquisitas filigranas, y, más allá, se encontraba la capilla, construida con el más fino marfil. Tenía una extraña sensación allí: parecía el lugar más seguro del mundo, pero a la vez tenía esa sensación de peligro atenazándome el corazón. Junto a esos sentimientos, y mezclándose con ellos, estaban la admiración por la belleza y una paz interior.
La abuela de la niña y yo hablábamos tranquilamente mientras la nieta buceaba sobre el cementerio, que estaba sumergido, como todo lo demás. Cuando me quise dar cuenta, tenía 12 años.
Y, de repente, la niña sacó la cabeza del agua y dijo que se le habían caído las gafas de buceo. Me ofrecí para ir a recogérselas, pero me dijo que no, que debíamos salir de allí inmediatamente. Pero soy testaruda, e insistí. Discutimos levemente sobre si debía ir o no. Al final asintió y me sumergí. En ese momento comprendí porqué había dicho que debíamos irnos.
Recogí las gafas rojas de la muchacha y salí para dar aviso, pero me encontré con algo inesperado: ellas ya se había ido y el camino por que el fuimos hasta aquella iglesia se había cerrado como por arte de magia. Ya sólo me quedaba una salida y, aunque no me gustaba mucho la idea, tuve que aceptarla: sumergirme otra vez y salir a mar abierto a nado. Y así lo hice, pero cometí el peor de los errores: mirar atrás. Vi las tumbas salirse de la arena, e incluso ésta última se estaba levantando, por lo que creó una cortina insuperable, ya que no podía ver absolutamente nada.
Momentos después me choqué con una lápida que ponía: "Sólo los que sepan ver más allá, sabrán siempre la verdad". Cuando logré quitármela de delante y seguir avanzando, me encontré a una especie extraña de dragón, si se le puede llamar dragón, el más feo que jamás hubiese visto o imaginado. Así empezó la persecución.
Llegué a la playa otra vez, y otra vez era pequeña. Estaba todo desolado: la costa estaba desierta, todo había desaparecido: las toallas, los flotadores, las sombrillas, los bares/balnearios... Completamente todo, menos el mar, la arena, el dragón y yo.
Justo en el momento en que la bestia se abalanzaba hacia mi, sonó el despertador. Me senté con gran impulso, con una angustia en el corazón... ¡¡Nunca estuve más contenta de oír el despertador!! ¿Quién se podría imaginar que los despertadores podían salvar vidas? Me alegré tanto como pude, ya que seguía angustiada por el sueño.
FIN
Nota de la autora: Bueno, hemos llegado al segundo capítulo de Relatos Cortos. Creo que seguimos vivos, espero no equivocarme... Aunque en mi caso... ¡¡casi no llego!! XD Ahora que estamos más relajados, os diré que el lugar es real, como en el anterior relato, pero mi imaginación (o mi sueño, que viene a ser lo mismo) lo cambió. La iglesia no sé de dónde la saqué, lamento no poder daros más información sobre ella. Puede que fuera de algún libro que leí hace tiempo, ¿quién sabe?.
Sobre la bestia os diré que sí sale de un libro: 'El ladrón de días'. Os lo recomiendo. El autor es Clive Barker. El 'dragón' está basado en Karma, uno de los 4 hermanos del mundo extraño (no os diré más del libro, que sino os estropeo la sorpresa) Si queréis ver una imagen suya, tenéis el 'thubnail' del capítulo para verlo. Es feo con ganas, eso sí puedo adelantároslo. Y aquí he puesto la más 'simpática' de las fotos.
En la descripción os dejo la dirección del lugar, por si sois curiosos y os gustaría verlo, aunque sea a través de la pantalla. Y también enlace a mi cómic para verlo más de cerca.
¡Nos vemos en alguna otra aventura!
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