El aula de biología estaba llena de una vibrante energía, con estudiantes dispersos por el salón y un murmullo de conversación que llenaba el aire. Allegra, ya familiarizado con la rutina escolar, se acomodó en su silla, preparándose para lo que pensaba sería otra lección básica sobre biología. La profesora, con su voz clara y firme, anunció que el tema del día sería educación sexual. Allegra, desinteresado, dejó que sus pensamientos vagaran mientras la profesora comenzaba a hablar, pensando que sería otra charla aburrida sobre reproducción.
Sin embargo, cuando la profesora empezó a usar términos como “Omegas Dominantes”, “calor” y “feromonas”, Allegra, confundido por los términos, por no entenderlos, empezó a prestar más atención. Sus ojos se posaron en los gráficos proyectados en la pantalla, que mostraban una jerarquía compleja y desconocida: Alfas y Omegas, sus interacciones, y los efectos de las feromonas en su comportamiento. La sala se sumió en un silencio expectante mientras Allegra observaba, intentando descifrar el enigma que se desplegaba ante él.
La información era una marea de imágenes y palabras técnicas, cada una más desconcertante que la anterior. Allegra sintió que su mente se llenaba de confusión y horror a medida que las revelaciones se sucedían. Los dibujos mostraban una jerarquía social que parecía tan intrincada como aterradora: Alfas dominantes con una influencia abrumadora, Omegas en celo, y una red de interacciones biológicas y emocionales que lo envolvía en un torbellino de desasosiego.
La sensación de desesperación creció en su pecho. La realidad de que estaba inmerso en un Omegaverse, un mundo que hasta ahora solo conocía a través de novelas gráficas y mangas, se hizo palpable. La angustia y la incredulidad lo invadieron, y la presión de la revelación lo asfixió. No era solo un cambio de mundo; era una inmersión en una estructura social y biológica completamente ajena.
Allegra sintió un sudor frío recorrer su espalda. Su respiración se volvió errática y su visión se nubló. Las palabras de la profesora se convirtieron en un murmullo lejano, y el aula se volvió un lugar lejano y distante. La abrumadora realidad de su situación le golpeó con una intensidad incontrolable. Cada gráfico, cada palabra sobre el Omegaverse parecía desmoronarse en una tormenta de confusión y terror.
En un intento desesperado de escapar de la marea de información que lo inundaba, Allegra se levantó de su silla de manera abrupta, sus movimientos erráticos y temblorosos. Los estudiantes alrededor de él se giraron con expresiones de sorpresa y preocupación. Los ojos de la profesora se abrieron con inquietud mientras observaba a Allegra tambalearse.
El rostro de Allegra se tornó pálido, y su mente, abrumada por el peso de la revelación, comenzó a colapsar. La realidad se distorsionaba y se desmoronaba ante sus ojos. Antes de que pudiera hacer nada más, la presión en su pecho se volvió demasiado intensa, y su visión se oscureció.
Allegra se desplomó al suelo. El golpe fue seco y sordo, y el aula estalló en un caos de gritos y murmullos mientras los estudiantes y la profesora se apresuraban a socorrerlo. La incomprensión y el pánico llenaron el aire, y el cuerpo de Allegra yacía inmóvil en el suelo, inconsciente y completamente desprotegido ante una realidad que le era completamente ajena.
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