CAPÍTULO 8
Han pasado días desde entonces, Amira le gusta pasear por los alrededores; entrar al estudio en donde se encuentra Tyler y mirar el ceño fruncido de Débora por interrumpir su trabajo.
— Sal conmigo — dijo Amira mientras se encontraba justo enfrente del escritorio de Tyler.
— ¿A dónde y para qué? — Tyler respondió sin quitarle los ojos de encima a los documentos que leía.
— No lo sé, afuera tal vez.
— Pídele a un guardia que te acompañe.
— ¡No! — Amira respondió mientras le daba un gran golpe al escritorio.
Débora se sobresaltó al oír el estruendo, por un segundo dejó de concentrarse en la gran pila de papeles frente a ella.
«Esto es molesto»
Pensó mientras miraba de reojo la escena de Tyler y Amira.
— ¿Y por qué no? — dejó de mirar los papeles y miró a Amira.
— Porque es aburrido — suspiró de forma pesada —. Ven conmigo.
— No, estoy ocupado — volvió a mirar los documentos.
— Que novedad — ironizó.
— ¿Por qué tanta insistencia? — Tyler arqueó una ceja y miró fijamente a Amira.
— ¿Y por qué no? — suelta un suspiro pesado — Mira, si no fuera por esa ventana detrás de ti, diría que estás dentro de una cueva... ¿No te aburre lo mismo de siempre?
La miró por un rato — No, ahora déjame trabajar — Tyler volvió a mirar los documentos.
— Mentiroso — dijo Amira con una sonrisita.
Tyler dejó de mirar los documentos y se levantó de su asiento para mirar a Amira cara a cara.
— Tú también lo eres — sonrió divertido.
— ¡Entonces lo admites! — Amira dijo con una gran sonrisa.
— ¡Nunca lo hice!
— Nunca lo negaste — Amira sonrió.
— De acuerdo, fingiré que nunca te escuché — se vuelve sentar.
— No te atrevas — lo miró fijamente.
— ¿Entonces por qué tendría que hacerte caso?
— Porque es aburrido hacer lo mismo siempre — sonrió —. Ahora vámonos, hay que salir. Veo las mismas paredes siempre, empieza a tornarse aburrido.
— Nunca acepté — frunció el ceño.
— No importa, de todos modos, lo harás.
Tyler la miró con el ceño fruncido; Amira sonrió de forma victoriosa. Por otra parte, Débora, después de haberlos visto interactuar un rato, había agotado la última paciencia que tenía. Se levantó de su silla de forma abrupta y con un tono alto y que dejaba notar su fastidio dijo:
— ¡Ya no los soporto! — suspiró de forma pesada — ¿Podrían dejar de fingir que no estaban de acuerdo desde un principio?
Tyler y Amira se miraron mutuamente y después miraron a Débora que dejaba ver en su rostro cuán harta estaba de la situación.
— Lo siento — respondió Amira apenada.
— Ash, no te disculpes — puso los ojos en blanco y casi enseguida miró a Amira —. Mejor llévatelo antes de que me dé una jaqueca.
Ambos miraron como Débora salía del estudio mostrando estar totalmente fastidiada.
— Creí que iba a ahorcarme — dijo Amira sintiendo un escalofrío.
— No lo haría, es más probable que lo hicieras tú.
— No estoy loca.
— ¿Lo dice quien quería aventarse de un balcón?
— ¡YO NO! — suelta un suspiro y respira profundo para calmarse — Solo era una idea.
— Yo no estaría tan seguro — sonrió con burla.
Amira se molestó tanto que le dio un golpe en el hombro; esta acción hizo que a Tyler se le escapara una risita.
— Fue una broma, lo siento — volvió a reír.
Amira hizo un ligero puchero para después tomar la mano de Tyler y salir del estudio. Después de salir del estudio, empezaron a recorrer esos largos pasillos y el largo jardín de la entrada para poder salir del inmenso palacio.
Fue un trayecto silencioso. Tyler no se atrevía a hablar, por lo que solo se dejó llevar por Amira hasta salir del palacio. Después de unos largos minutos de haber salido, Tyler habló.
— ¿A dónde vamos?
— No lo sé — lo miró — nunca tuve un plan en mente...
— Además de salir — la interrumpe.
— Sí, eso... — sonrió de forma incómoda — ¿Pero confías en mí? — miró a Tyler.
— Si no lo hiciera ya estarías en las mazmorras princesa — le sonrió.
— Entonces solo hay que hacer lo que suceda — con una gran sonrisa — Así será más divertido.
— Por tu cara me imagino que sí.
— ¿Qué?, ¿no me digas que nunca lo has intentado? — sonrió con burla.
— A diferencia de mi hermana, no soy de salir mucho.
— ¿Cómo es que nunca la he visto? — preguntó extrañada.
— Se fue de viaje — lo dijo mientras miraba a su alrededor.
— Ah.
Tyler solo sonrió; poco después, Amira hizo lo mismo. En estos momentos únicamente era una caminata tranquila por el pueblo. Por las calles no circulaba gente como de costumbre a pesar de ser temprano, era tranquilo, pacífico.
Había casas y unos cuantos negocios, pero seguía siendo pacífico. No era nada alarmante, ni tampoco bullicioso como lo era aquel día que Tyler había acompañado a Amira al mercado. Y, aunque recibían miradas de la gente a su alrededor, no eran nada más que eso.
«Me gusta»
Fue un pensamiento que cruzaba por la mente. De forma inconsciente la sonrisa en sus labios se dibujaba ante tal situación.
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