El día en que se conmemora el medio ambiente fue fijado hace más de 50 años por las Naciones Unidas. Los lineamientos que plantea se enfocan en la crisis climática, que genera consecuencias en la disminución de la biodiversidad por acción humana. Si bien han existido previamente en la historia de la vida en la Tierra catástrofes que llevaron a extinciones masivas; ésta última es la única con un ritmo de extinción tan acelerado provocado por un factor humano evitable.
Cuando busco información sobre el escenario actual de la crisis climática en internet, suelen aparecer un sinfín de noticias relacionadas a la catástrofe que enfrentaremos si no se realizan cambios pronto. El escenario mundial contempla inundaciones, desertificación, derretimiento de glaciares, escasez de agua potable, entre otras consecuencias nefastas. Ante una perspectiva tan desoladora de lo que avecina el futuro ¿cómo podemos educar a nuestros niños con la esperanza de un futuro mejor?
Gran parte de los pequeños actualmente ni siquiera tienen contacto con la naturaleza. Ante el acelerado estilo de vida de los adultos y la creciente desconfianza de permitirles explorar su entorno, su única ventana al mundo es la pantalla del celular. No intento condenar su utilización, al contrario, entiendo que es una herramienta esencial en los tiempos que corren. No obstante, su uso desmedido sin supervisión ni límites depriva su desarrollo e imaginación. Permitirles aburrirse es esencial para que den el paso hacia la invención de escenarios en sus juegos, permitirles explorar lo real, sus ropas manchadas en barro después de aventurarse a jugar en la naturaleza. Esa conexión entre ellos y su ambiente cimienta las bases para que puedan amar su tierra y deseen cuidarla.
El día de hoy es la visita de la corporación forestal. Los preparativos ya han sido completados: las macetas fueron acomodadas en el borde del portón, allí hay un espacio entre el borde de cemento y la estructura de lata que cierra la vista hacia el interior. Los residuos reciclables fueron entregados al abuelo de Lucero para ser trasladados al centro de reciclaje. Como acto de cierre presentarán una obra de teatro asociada al cuidado de la flora forestal y donarán árboles nativos a la escuela. Estoy muy emocionado por las actividades de hoy, espero que todos podamos disfrutarlas.
Tocan la puerta de nuestra sala, es Norma quien vino a informar que el grupo de la obra está listo para dar la función, por lo que comenzaremos a salir con los niños y sus sillas al patio. Al despedirse la directora para avisar a los otros cursos, procedimos a salir con los chicos, ellos salen ordenados en una fila, adelante los guía Eloísa y ellos la siguen tomados del delantal de su compañero uno detrás del otro. Los sigo al final de la hilera para cuidar que ninguno salga corriendo, mientras cargo dos torres de 5 sillas cada una para sentarnos.
Una vez afuera, observamos el escenario está conformado por árboles de utilería hechos de planchas de madera pintados a mano, una tienda de campamento y un telón de un bosque, pintado a mano también. Hay un parlante junto a una persona que al parecer se hará cargo del sonido. Los actores ya se encuentran vestidos y maquillados, pero no veo a Ian por ningún lado. Cuando hablé con él me dijo que estaría aquí, a lo mejor surgió un imprevisto.
Acomodamos las sillas una al lado de la otra, a una distancia prudente de los actores. Los niños estaban muy emocionados, querían entrar a la tienda de campaña, tocar el árbol, saludar a los actores, básicamente explorar todo. Los instamos a que permanecieran en sus asientos mientras les preguntamos a los actores si podían saludar a los niños que estaban encantados de ver caras nuevas. Eran dos hombres y dos mujeres jóvenes, en sus veinte y pocos años, caracterizados de dos adultos y dos niños, probablemente sean una familia en la obra. Ellos respondieron que sí y pasaron a saludar a los niños, manteniendo su personaje en todo momento, los adultos les dieron la mano, recibieron sus abrazos y los que van de niños actuaron como tales. Los niños estaban encantados. Llegaron los otros 2 cursos, al ver nuestro acercamiento los pequeños no perdieron la oportunidad y aprovecharon de saludar a los actores. Mientras tanto, las profesoras acomodaron sus sillas junto a las nuestras. Janice se acerca a mí para hablar.
- ¡El escenario les quedó muy bonito!
- Cierto, está pintado a mano.
- ¡Tienes razón Alan, no lo noté! Pensé que empresas como ellos mandan a hacer sus materiales a una imprenta o algo así.
- También creí lo mismo, que solo los profesores hacíamos nuestros materiales a mano.
- A mí me encanta decorar con mis manualidades, por mi fuera tendría hasta mi auto con figuras de goma eva y brillantina.
- ¿De veras? Con lo bonitas que quedan las decoraciones de tu sala, tu auto quedaría espectacular.
- Jeje, Gracias... Por ahora me conformo con decoraciones brillantes, te mostraré algún día las decoraciones que he armado para los cumpleaños de mi familia. - se sonrojó un poco, al parecer es tímida ante los halagos.
- Me encantaría verlas Janice, las veo cuando quieras.
El chico a cargo del sonido nos avisa que están listos para empezar la obra. Los espectadores ya acomodados en sus puestos esperan el inicio de la obra emocionados. En ese instante llega un mensaje a mi teléfono. Lo miro y es un mensaje de Ian, por fin se dignó en responder. Solo es una fotografía... ¿de un peluche? Comienza la música de introducción y aparece detrás del telón un actor en un disfraz corpóreo de un animal parecido a un castor. Ahora todas las piezas encajan en su lugar, por eso Ian no aparecía antes.
- ¡Hola a todos en el jardín Estrella Fugaz! ¿Cómo están? - no es un peluche, la foto de Ian... es él en el corpóreo.
- ¡Bien! - replican encantados los niños.
- No los escucho, más fuerte: ¿¿Cómo están todos??
- ¡¡¡Bien!!! - aún más fuerte resuena la respuesta al carismático animal disfrazado.
- Me alegro mucho de estar aquí. Yo me llamo Faunín, no soy un castor, soy un huillín; los visito porque hoy se celebra el día del medio...
- ¡Ambiente! - contestan gran parte de los alumnos, que bueno que repasamos antes.
- Veo que son niños muy inteligentes, entonces les presentaré la historia de una familia que fue de paseo al bosque... Pero están confundidos y no saben cuidar el planeta ¿Los pueden ayudar niños?
- ¡¡Si!! - vociferan ya a más no poder de la emoción.
- Muy bien, yo me voy a esconder detrás del árbol. Miren calladitos a la familia ... Shhh... ustedes me cuentan a mí cuando vuelva. Entonces, ¿van a hablar o estarán en silencio, Shhh, hasta que yo vuelva?
- ¡Shhh! Cierre mágico Faunin. - dice Dominique.
- ¡Exacto, así que nos vemos! - Ian, el huillin gigante, se esconde detrás del árbol.
Salen a escena el resto del elenco, una familia de padre, madre y dos hijos acampando en el bosque. Los actores encarnan distintas acciones que representan un riesgo para la flora y fauna, como botar basura y restos de comida al suelo, ensuciar el río, hacer fogatas sin limpiar apropiadamente, entre otras más. De vez en cuando volvía el dichoso huillín, dejando a los actores congelados en la escena y preguntaba brevemente por los errores que cometía la familia. Una vez los niños responden, daba un consejo sobre lo que estaba bien y volvía a esconderse para que los otros actores siguieran moviéndose. Al final la familia se encuentra con el corpóreo, da la lección de la obra y limpian todo el bosque.
- ¡Colorín colorado, esta obra ha terminado!
Todos aplaudimos la obra que estuvo muy divertida, mantuvo la atención de todos, incluyéndome. Continuamos dirigiéndonos al patio, donde previamente dejaron los árboles nativos que trajeron de regalo para la escuela. Nos tomamos fotografías junto con los niños con los árboles, que eran arrayanes, araucarias y peumos, entre otros. Para finalizar volvimos para nuevamente tomar fotografías en el telón de la obra junto a los actores, siendo el favorito Faunin el huillín. Siendo hora de que los niños volvieran a sus casas, el grupo teatral subió al segundo piso para descansar mientras los niños eran retirados por sus apoderados.
Muchos lloraron porque extrañaban a Faunin incluido Oliver, quien se fue desconsolado en brazos de su hermano. Le comenté que ambos conocíamos a Faunín, dando como pista que leyera mis labios el nombre de Ian. Al parecer entendió ya que respondió apuntando una estrella amarilla de mi delantal y con la seña de rulos en el pelo. Levanté mis dedos en signo de aprobación y Will continuó su camino de vuelta intentando convencer a Oliver de que yo era amigo de Faunin y que lo podría volver a ver.
Una vez no quedaban más niños en la escuela, subo apresurado al segundo piso para saludar a mi amigo, quien claramente quería guardarse la sorpresa de su rol protagónico. Todos estaban descansando en la sala de conferencias, sirviéndose algunos aperitivos que dejó la directora para ellos. Allí estaba Ian, ya cambiado de ropa, en su atuendo outdoor característico de su trabajo, secándose el sudor con una toalla. Algunas de las profesoras también estaban allí. Janice y Alejandra no le quitaban los ojos de encima a Ian. Como lo veo a diario se me olvidaba que este sujeto tiene el paquete premium de atractivo.
- ¿Te gustó la sorpresa Alan, qué tal lo hice? - da una sonrisa triunfal y hace un signo de victoria con las manos.
- Disfruté mucho tu actuación Ian, el factor sorpresa le dió más emoción. - reconozco que me agradó que lo guardara en secreto.
- Escribimos la obra junto a mis amigos del trabajo, ¿Te los presento?
- ¿No estarán muy cansados?
- Para nada, además les he contado sobre tí tantas veces que ya sienten que te conocen, ¡Chicos, este es Alan!
- ¿En serio? Hola Alan, mucho gusto, soy Dannae, hace mucho que te quería conocer.
- Soy Sebastián, soy ingeniero forestal, pero hoy vine de Dj.
- Y yo soy Federico, puedes decirme Fede... Cuando quieras puedes salir con nosotros, los demás se mueren por conocerte.
- ¿Ian, con cuantas personas hablaste sobre mi? - golpeo su hombro por chismoso.
- No dije nada malo, ¿cierto chicos?
- Hasta ya sentimos que eres amigo nuestro desde hace años, no te aflijas hombre - dice Fede. Dannae y Sebastián están de acuerdo.
- Alan... ¿no nos vas a presentar a tus amigos? - se acercan Janice y Alejandra con un jarro de jugo y unos vasos.
- Chicas... Ellos son Dannae y Fede, nos acabamos de conocer, pero amigos de mi amigo también son mis amigos.
- ¡Así se habla Alan! - hecha porras Ian, ante la mirada hipnotizada de mi colega, entiendo de qué viene su acercamiento.
- Él es mi amigo de la infancia Ian.
- Un gusto chicas. - Alejandra se acercó para intentar dar un saludo de beso en la mejilla pero Ian fue más rápido, la evitó sutilmente para saludarla de apretón de manos.
- Nunca pensé que debajo de ese disfraz de castor estaría alguien tan bonito. - Ale, que directa... Bueno, es mejor que yo dando mil vueltas con Will, quién soy para criticar.
- Gracias, se lo dicen a menudo. - responde por él Dannae, ya me agrada.
En eso sube Eloísa con una bandeja con empanadas como nos ve conversando saluda solo con una reverencia de miradas, pasa de largo y acomoda los alfajores sobre la mesa.
- Hola Eloísa ¿qué trajiste de rico? - comenta Janice.
- Empanadas de queso de cabra, tomate y albahaca. Y sigue acomodando la comida en la mesa. Se nota incómoda, será por Alejandra, pues con Janice no parece haber un roce.
- ¿Oye, no vas a saludar? Los chicos hicieron un gran esfuerzo con la obra. Estás siendo maleducada con ellos - Alejandra se acerca a ella e intenta darle vuelta a la fuerza, Ian la detiene recargando su brazo en el hombro de Eloísa.
- ¿Disfrutaste la obra Elo? Como dijiste el otro día que salimos juntos que traerías comida casera pues la estaba esperando. - Ian comenta mientras saca una de las empanadas que preparó. Eso amigo, que de algo sirvan tus encantos. Alejandra llevaba la cara hasta el suelo de la envidia.
- Acaso... ¿ustedes ya se conocían?
- Pues claro, Alan nos presentó ¿cierto Alancito?
- Así como escuchaste. - lo hace sonar como si los hubiera presentado para que salieran juntos, pero le seguiré el juego. Dannae, Fede y Sebastián solo observan como si de una verdadera obra de teatro se tratara.
- Pero... es que acaso no sabes que ella ya tiene un hijo grande, lo debió tener cuando era adolescente. Qué vulgar ¿no crees? - Ah, no... yo a esta le diré sus verdades, pero Fede y Dannae me toman del hombro y cómplices me piden dejar esto en manos de Ian y Eloísa.
- ¿Y eso qué tiene de malo? Sabes, te pueden despedir por acoso laboral por lo que acabas de decir y hacer en frente de nosotros.
- ¡¿Acoso?! Pero si no he dicho ningún insulto, ¿cierto Janice?
- En realidad... él tiene razón Alejandra.
- No sé si esto haya pasado antes, pero como testigos de este comportamiento tenemos que hacer la denuncia correspondiente con la directora ¿Vamos Eloísa? - Ante el ofrecimiento de Ian, quien ofrece su mano en señal de que la decisión es suya, duda un instante, no obstante toma su mano y bajan juntos hasta la oficina de la directora.
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