Desde lo ocurrido cuando apareció mi padre cerca de la escuela han cambiado un par de cosas en mi rutina diaria. Partiendo por las mañanas, antes solía irme caminando desde mi casa, ahora Ian me espera para ir a dejarme en auto, para después continuar camino a la reserva forestal en la que él trabaja investigando. Él solía ir a su trabajo más tarde que yo pero acomodó su horario para llevarme. Al inicio le dije que no era necesario, pero insistió en que no era ningún problema; alcanzaba a desayunar calmado y además podría volver más temprano a casa. Si es así, entonces accedí a su propuesta al ver que ambos nos beneficiamos.
Aún saliendo antes que de costumbre sigue saliendo de trabajar después que yo, por lo que no es posible para él que nos devolvamos juntos. Es por ello que Wilson se ofreció para recogerme en las tardes después de clases. Yo he estado intentando evitarlo desde el día que salimos a beber, pero una vez que lo veo no le puedo decir que no. Así que he estado toda la semana yéndome en auto con él. Oliver no viene con nosotros en el auto ya que mi horario de salida es unas horas después que se van los niños, por horas de preparación de material y planificación destinadas en las tardes para no llevar trabajo a la casa. Es por eso que Will viene después de dejar a Oliver en casa nuevamente a la escuela para ir a buscarme.
En el auto, Will habla sobre su día, aficiones y anécdotas varias. Comenta que sale a trotar en las mañanas después de preparar el pan y repartirlo. También me contó que jugó en un equipo de fútbol en primera división sub 17, su posición era delantero y me explicó las diferencias con un defensa y mediocampista. Es bastante claro para explicar, en especial a alguien como yo que no jugó a la pelota ni siquiera en la escuela. Tiene muchas anécdotas junto a sus ex compañeros de equipo, y amigos del colegio. Al parecer aún mantiene contacto con ellos por mensajes en redes sociales. Muchos de ellos están jugando profesionalmente al fútbol. Cuando habla sobre eso, su rostro refleja destellos de nostalgia, pero la disimula bien. Todos tenemos asuntos de los que nos arrepentimos o no queremos seguir ahondando. Yo no insistiré si no lo desea. Lo que menos quiero es hacerlo sentir mal con todo lo que me ha ayudado.
He empezado el huerto en el patio. Con las herramientas del tío Hermann, el papá de Ian, armé un huerto vertical con botellas. El sistema de riego es por goteo, una botella arriba de las plantas se llena con agua, la planta de arriba recibe el agua y lo que no necesita decanta a la planta de abajo. En la zona de abajo se dejan una botellas vacías que actúan como recolectores del agua restante. Este proyecto me ha mantenido ocupado los últimos días y me ha permitido permanecer en casa el fin de semana.
En realidad no es que no quiera salir de casa, lo he intentado un par de veces, pero apenas salgo fuera del portón una sensación de ahogo me abruma y no puedo dar un paso más. No me pasa tan fuerte cuando estoy acompañado, pero si estoy solo me es muy difícil salir. El hacer el huerto me ha dado una buena excusa para justificar lo poco que he salido de casa estos días. Extraño las aplicaciones de entregas a domicilio que hay en la ciudad. Con ellas lo que necesitara está al alcance de una aplicación móvil. Aquí con suerte está llegando el despacho a domicilio de correos.
Necesito unas semillas para la tercera hilera de macetas del huerto. Por mientras les agregaré tierra de hojas que hicimos en la caja de compost con Ian. Soy una persona muy aburrida, no me divierten muchas cosas. Pero si alguien me preguntara qué es lo que más me agrada, diría que es estar en el jardín. El contacto con la tierra me permite enterrar todos mis malos momentos. Espero que al menos a las plantas les sirvan de abono. Si con mi ayuda puede nacer algo nuevo de este sitio me hace sentir a gusto. Pero por mucho que me esfuerce no puedo asegurarles el sol.
Termino por hoy de avanzar en el proyecto del huerto, me dirijo a tomar una ducha cuando recibo una súbita llamada de Wilson. Que extraño, suele mandar mensajes sin llamar. ¿Habrá sucedido algo?. Tomo un poco de aire para darme valor de contestar.
- ¡Hola profe, cuanto tiempo! - una voz femenina que reconozco se oye del otro lado. Es Faith, la hermana pequeña de Will.
- ¡Hola Faith! ¿Dime qué pasó, todo está bien?
- Si, todos estamos bien. Pero necesito tu ayuda. - ¿Mi ayuda, en qué?
- Claro, dime en qué te ayudo.
- Lo que pasa profe es que el lunes tengo que llevar hecha una maqueta de la mitosis y aquí nadie de mi casa puede ayudarme, están ocupados haciendo un pedido para un cumpleaños ¿Puedes venir a mi casa para que me ayudes a terminar la maqueta?
- Claro que te puedo ayudar con eso pero ¿puedes venir tú mejor a mi casa con los materiales?
- ¡Claro que sí, es mejor aún! Ahora le pregunto a mi mamá. -Se oye como va donde su mamá y le pregunta, también oigo a Will enojado porque Faith tomó su celular sin permiso.
- ¡Lo siento Alan, no le hagas caso a Faith, sólo está siendo consentida! Ella tenía esta maqueta pendiente hace un mes.
- No hay problema Will, si ella viene para acá tiene un lugar más tranquilo para trabajar, ustedes están con ese pedido ¿no?
- Cierto, pero y tu tiempo...
- No es nada, además más tarde la puedes venir a buscar.
- ¡Cierto! Llevaré algo para que tomemos té en la tarde todos juntos como agradecimiento ¿Te parece bien?
- Está bien, dile a Faith que la espero en mi casa entonces.
- ¡De acuerdo, Nos vemos!
Transcurridos alrededor de 20 minutos, llega Faith trayendo una bolsa enorme con materiales. Se nota que estuvo trabajando en la maqueta durante todo el día porque trae la cara manchada con pintura. La invito a pasar al living para que nos pongamos manos a la obra con la maqueta. Antes de empezar le ofrezco un vaso de jugo el cual acepta agradecida. Una vez lo bebe, me muestra la maqueta en cuestión, la que es una serie de pelotas de plumavit que se van dividiendo en dos, explicando las fases de la mitosis. Lo que le falta es pintarlas y pegarlas en una base para poder exponerlas. Miramos las imágenes de referencia y empezamos a trabajar.
- ¿Profe, yo también te puedo decir Alan como te llama mi hermano?
- ¡Si, por supuesto Faith! siempre y cuando sea fuera del colegio no tengo ningún problema, como tú te sientas más cómoda.
- ¡Yey, Ahora mi hermano se enojará más conmigo! - ríe alegremente, parece que disfruta fastidiando a su hermano.
- ¿Pero por qué se enojaría por algo tan simple como mi nombre? Todos mis cercanos me llaman así. - Faith deja de pintar súbitamente y me mira con los ojos abiertos cual platos.
- ¿Es en serio?
- No entiendo, ¿dije algo muy extraño?
- No me digas, que tú también... - suspira como si se le fuera el ánimo del cuerpo.
- Estoy confundido... -no tengo idea de lo que está hablando.
- Me refiero a que tú tampoco te das cuenta de toda la química que tienen ustedes dos... ¿En serio no te has dado cuenta de cómo te mira mi hermano?
Comienzo a toser frenéticamente, ni siquiera estaba bebiendo nada, me atoré con mi propia saliva. Faith me golpea la espalda intentando que bote un trozo inexistente atorado en mi garganta. Una vez me calmo, aunque sigo con la cara afiebrada, Faith continúa hablando.
- Ya veo que estoy ante dos "ríos de cemento"
- ¿Ríos de cemento?
- Si, por lo densos que son. Te voy a decir la verdad Alan. Yo podría terminar esta maqueta sola si me trasnocho. Pero además de tu ayuda quería hablar contigo porque si no lo hago, volverá a suceder.
- ¿Qué va a volver a suceder?
- Te daré un poco de contexto antes de explicarte. Érase una vez una pequeña Faith, que iba en el mismo colegio que su hermano mayor Wilson. A pesar de ser carismática y ser una excelente amiga, todo eso se veía opacado una vez que llegaba su hermano. La mayoría de mis compañeros me buscaban para intentar llegar a él con regalos, cartas de amor, etc. Pero era en vano: el tonto de mi hermano no se daba cuenta de lo popular que era: pensaba que sólo querían ser sus amigos, o le daba prioridad a la familia o al fútbol. Tan grave era el asunto, que hasta sus compañeros de equipo que tenían un crush con él me pedían ayuda para intentar que este bruto notara que estaban enamorados de él. Pero todos los esfuerzos fueron anulados por la barrera impenetrable de Will. Y eso lo hacía aún más atractivo para el resto. Y el ciclo se repetía una y otra vez.
- Eres una gran narradora de historias, podrías dedicarte a escribir...
- ¡No evites el problema Alan! Es un problema serio, si lo dejo estar mi hermano va a permanecer soltero por siempre, nunca se irá de la casa y no podré tener la habitación más grande que ocupa él.
- ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
- Ese es el asunto. Tú eres la excepción a la regla. Es la primera vez que lo veo tan interesado en alguien que no sea de la familia. Incluso cuando lo has estado evitando no ha dado su brazo a torcer, y continúa buscándote.
- Tal vez ya maduró, o tener menos personas alrededor lo hicieron valorar más a sus amistades.
- ¡Vamos Alan! No soy tonta, siempre que vas a la panadería lo buscas con la mirada. Podría seguir diciendo evidencias vergonzosas hasta que confiese la verdad.
- Es un gran chico, es todo.
- Cuando fuimos al parque de paseo fuiste a saludarnos, y a tus futuros suegros.
- Me cae bien, por eso fui.
- Te sentiste aliviado cuando Will te aclaró que Oliver era su hermano y no su hijo.
- ¡Ya basta!
- ¡Entonces confiesa!
- ¡Está bien, me gusta! ¿contenta?
- Lo sabía, mi intuición nunca falla.
- De todas formas no sirve de nada que lo sepas ya que Will no está interesado en mí de ese modo...
- ¡Arrgh, qué terco eres! - tapa su cara con ambas manos en un signo de desesperación.
- Él sólo me ve como un amigo, de hecho piensa que yo sería un buen padre, me lo dijo el día que salimos a beber.
- Ya veo... Ese día llegó borracho a la casa, ¿cierto?
- Él no me ve como alguien con quien saldría.
- Espera un momento, no sigas diciendo tus hipótesis, estoy pensando. - saca cuaderno y lápiz de su bolsa de materiales y empieza a armar un mapa conceptual. Escribe durante unos minutos.
- ¿Qué escribes? - me dió curiosidad en qué estaba tan concentrada.
- Presta atención a esta explicación: Tú estás enamorado de Will, pero según tú Will sólo te ve como un amigo ¿cierto?
- Así es.
- ¿Qué es lo que te gusta de él?
- ¿D-disculpa?
- Tranquilo, es con fines pedagógicos, no le diré nada a mi hermano, lo prometo.
- Pues... que es amable, es empático, me defiende de las personas que me discriminan. Aunque es fuerte nunca ha dañado a nadie, es encantador, cariñoso y atento con su familia...
- Ya basta, me dará diabetes si sigues.
- ¡Tú preguntaste! - y eso que me esforcé en resumir.
- Entonces, está claro que estás enamorado hasta las patas de mi hermano, pero él con su cabeza hueca nunca se dará cuenta, a no ser que se lo digas directamente.
- Pero ya te dije que...
- Si, si... sólo te ve como amigo. Escucha, yo conozco a mi hermano desde que nací, y sé cómo trata a sus amigos. Generalmente con sus amigos es más bruto y sin filtro. En cambio contigo siempre está nervioso, trata de verse bien, es educado y amable. Cuando está contigo no te saca los ojos de encima. Ese día del acto del colegio nos dejó para ir a buscarte... Nunca haría eso por un amigo.
- ¿Y si... por confesarme arruino lo que ya tenemos? Ya nos costó bastante ser amigos, como para que lo arruine siendo ambicioso. Es suficiente para mí permanecer así.
- Mentiroso, si vieras tu cara de lamento justo ahora sabrías que es mentira lo que dices. Mira Alan, me caes muy bien por eso te apruebo como cuñado, y eso que soy muy exigente.
- ¡F-Faith no juegues! Estoy siendo serio con lo que te digo, es un tema complicado.
- Yo también estoy siendo seria cuando te digo que quiero que mi hermano sea feliz. Estas semanas que lo has evitado ha estado tan cabizbajo que me da pena verlo. Y también quiero que seas feliz con él. ¿Al menos considerarás lo que te estoy diciendo? Ojalá puedas pensar en confesar tus sentimientos.
- Lo consideraré Faith, gracias por ser sincera conmigo.
- Y gracias por escucharme. Ahora sigamos con la maqueta porque sino me tendré que trasnochar.
Continuamos armando la maqueta mientras hablamos como si nos conociéramos de toda la vida. Me habla sobre su gusto por pintar, la ropa, el estilo y en general las cosas bonitas. Sobre sus amigos del colegio y sus preocupaciones de adolescente que pronto empezará a tomar decisiones de su vida adulta. Intento aconsejar desde mi experiencia y se mostró especialmente curiosa por mi vida en la capital. Mi experiencia en la ciudad fue totalmente distinta a la suya. Ella está resguardada por su entorno seguro y familiar. Mientras que yo vivía estudiando, trabajando y en fiestas nocturnas, a las que iba para no pensar en trabajo ni estudio. Le comparto mi número de teléfono por si desea continuar hablando de esos temas.
Después de una horas terminamos la dichosa maqueta y llamamos a Will para que venga a buscar a Faith y pase a comer con nosotros. Llega preguntando si Faith se comportó bien, como respuesta Faith y yo nos largamos a reír, ante lo cual Will no entiende nada. Pero aún así compartimos té junto con el pan y tartas que trajo como agradecimiento. Nos quedamos haciendo la sobremesa hablando de nimiedades hasta que se hizo tarde y ambos se retiraron camino a sus casas.
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