Estoy tan feliz que no puedo evitarlo, una ola de energía me llena y las tareas que antes me producían hastío ahora son hasta agradables. ¿Lavar la loza de la noche anterior? No hay problema. ¿Limpiar los estantes de libros, moviendo los libros? hasta lustramuebles paso al mueble. Siempre que tenga buen ánimo aprovecharé de hacer aseo profundo, en especial con buena música.
Reconozco que el tipo de música que oigo usualmente es de corte bastante melancólico, por ejemplo, soundtrack de películas, estilos indie, rock, jazz y blues. Pero si estoy "modo aseo", la playlist cambia en 180° a pop en español e inglés, clásicos de los 80s, cumbia rock y boleros. Es bien sabido que la música tiene que sonar alto para que el aseo quede bien hecho, por lo que los parlantes están a un volumen suficiente para que se oiga aún con la aspiradora encendida. Es tremendo escándalo el capaz de despertar al rezagado, quien baja por las escaleras aun adormilado.
- ¿Acaso se adelantó el año nuevo? - escapa un bostezo mientras reclama.
- ¡Muy buenos días! Ya preparé el desayuno, ¿comemos juntos? Sólo falta hervir el agua.
- Yo hago eso, por mientras tu para de limpiar y bájale un poco a la música, que está muy buena pero es muy temprano.
- Pero si hay vecinos que hasta usan la sierra a esta hora y no sucede nada.
- Es que me dan ganas de bailar - Ian comienza a moverse con el ritmo de una cumbia rock.
- ¿Y qué problema hay con eso? ¡Te acompaño!
Ambos bailamos al ritmo de "La Medallita" de Chico Trujillo, mientras cantamos parte de la letra, "mira lo que me encontré", para referirnos a objetos de la casa. Junto con los pasos básicos de cumbia, como dar vueltas, también sabemos pasos de baile bautizados como "lavarse el pelo", "enrollar el cable", y "se cae el techo". Después de un par de canciones más, nos servimos el desayuno. Ian propone aprovechar la energía de hoy para mantener el jardín, así que manos a la obra.
Cada estación del año requiere de distintas tareas en un jardín. Además de las labores básicas de regar, podar, controlar plagas y abonar, el otoño requiere que recojamos las hojas secas. Son demasiadas tareas para una sola mañana. Por hoy Ian poda las plantas y yo recolecto con el rastrillo las hojas secas.
- ¿Por qué hay que juntar las hojas secas? ¿No le sirven al jardín así como están en el suelo? - pregunté por curiosidad mientras recogía una pila de hojas.
- En general las hojas secas aportan gran parte de los nutrientes que absorben las plantas al crecer, por lo cual no estás del todo equivocado. Pero el suelo del bosque es diferente al del jardín. El suelo forestal tiene varios niveles de descomposición, las hojas secas son la capa superficial llamada hojarasca, que con presencia de hongos la descomponen y producen tierra de hoja de manera natural. En cambio en el jardín la hoja cae directo al césped, la humedad del riego constante pudre la hoja y ahoga al pasto bajo él. Es por eso que es mejor recolectarlas para crear compost.
- ¿Es por eso que primero las recolectamos y podamos, y aún no regamos, para que no se pudra la hoja en el compost?
- ¡Así es! Además en otoño hay que regar menos en comparación del verano, y si ha llovido, no es necesario regar. Ese compost nos puede servir más adelante para hacer nuestro propio fertilizante.
- ¡Con ese compost podríamos hacer un huerto! ¿Qué semillas podríamos plantar? Yo puedo hacer maceteros reciclando botellas plásticas.
- El otoño es ideal para empezar un huerto, podríamos empezar plantando cilantro, perejil, lechuga, zanahoria, espinaca, habas, si queremos que el huerto empiece en macetas pequeñas. Las verduras más grandes después habría que traspasarlas al suelo.
- Partamos con algunas pocas plantas y si ya resulta bien, más adelante podríamos cosechar y plantar algo más, como tomates.
- Los tomates tendrían que esperar a la primavera para sembrarlos. Cuenta conmigo para conseguir las semillas. Te veo muy motivado con este proyecto.
- Si resulta bien hasta podría replicarlo en la escuela. ¿Crees que puedas traer más semillas para los alumnos?
- Para tí puedo hasta coordinar el donar árboles nativos a tu escuela, acompañado de una charla por supuesto. Tú sólo avísame cuando podemos ir y con mis colegas de trabajo te visitaremos.
- ¡Eso sería espectacular! Apenas me autoricen de dirección estás invitado.
- Me alegra que ya estés de buen ánimo.
- Es gracias por todo tu apoyo, ¡eres el mejor! - me acerco a él, quien aún está agachado podando una enredadera, le quité su gorra y alboroto su cabello.
- Imagino que te fue bien en la cena de ayer... - ya empieza a cambiar a un tono más atrevido.
- Pues... ¡imaginas bien! - si quiere ser desvergonzado, yo puedo serlo más.
- Cuéntame todo... no omitas nada.
Ya para ese momento habíamos terminado de jardinear, por lo que pasamos a sentarnos en el columpio tipo sillón que se encuentra en la terraza. Allí procedí a contarle con lujo de detalles lo sucedido durante la tarde y noche de ayer. Inicié describiendo cuando llegué a la casa, sobre lo que conversé con el señor Miller de su situación de salud, de lo que comí en la cena, de la intención de agradecerme por mi ayuda, de las fotografías y en especial lo que pasó de camino de vuelta a nuestra casa.
- Se nota el alivio que sientes porque no están enojados contigo; y al contrario, se sintieron agradecidos. Se ve que son buenas personas, tienes que mantener el contacto, a ver si puedo probar la comida casera de la señora Carmen.
- No sólo la preparó ella, también Will hizo su parte.
- ¡Uuy! ¡Si él por supuesto que hizo su parte! Bien astuto de su parte que se devolvieran caminando para tener su "tiempo a solas".
- Lo haces sonar como si hubiéramos hecho algo más, sólo conversamos... bueno, al final también me abrazó, pero...
- ¿¡Te abrazo!? Maravilloso, no pierden el tiempo...
- ¡Fue para agradecer un regalo que le di! Fue un abrazo de amistad, tal vez Will es muy de piel.
- Alan, a cuántos amigos has visto que se anden abrazando en la noche. Puede ser que Wilson sea afectuoso con sus amigos, pero también puede ser algo más... ¿Y tú cómo te sientes al respecto?
- ¿Con respecto a qué?
- No te hagas el desentendido, ¡sobre Wilson, por supuesto! ¿te gusta?
- ¡Por qué me atacas con esa feroz pregunta!
- A tí tengo que preguntarte literal porque sino nunca me dices claramente. Me refiero a gustar románticamente, no a esos "me agrada como amigo" que me decías en el colegio. Cuántas veces pude haberte ayudado a salir con alguien y no me dejaste.
- Es que si no sabía si les gustaba prefería que quedase como algo platónico. Me da terror pensar si le contaban al resto que me gustan los hombres.
- Pues por ahora sabes que a Will le agradas muchísimo, así que queda saber... ¿Te gusta?
Ante la mirada fija de mi amigo que no oculta sus ansias por saber, se arremolinan los recuerdos sobre él, y ante toda la evidencia recapitulada en mi mente, no me queda más remedio que asentir. Me gusta. Muchísimo.
Una radiante sonrisa se dibuja en el rostro de Ian, quien me abraza dichoso mientras siento mi cara y orejas ardiendo. No puede evitar dejar escapar risitas agudas, sacudirme y balancear el columpio en el que estamos sentados. Le pido que se tranquilice un poco, me voy a afiebrar de vergüenza si sigue así. Después de un buen rato así es que por fin se calma.
- Es momento de pasar a la siguiente fase. - habla con resolución.
- ¿De qué fase estás hablando?
- Pues, hay que averiguar si tu Will sólo te ve como un amigo, o es algo más.
- ¿N-no podemos ir con más calma? Apenas reconocí que me g... eso que siento. -Ni siquiera lo puedo decir en voz alta.
- ¡No!
- ¿Ah? ¿Por qué no?
- Te voy a responder con otra pregunta: Cuando saliste con alguien allá en la ciudad, ¿quién de ustedes se confesó primero?
- Ellos me pedían salir.
- Entonces... ¿salías con ellos porque ellos gustaban de tí primero, y recién ahí comenzabas a gustar de ellos?
- Ian eres maquiavélico...
- Por lo tanto, esta es la primera vez que tú gustas de alguien primero. En conclusión eres un novato en materia de conquista ¿me equivoco?
- Estás en lo correcto, no sé nada de coquetear, ni tengo idea qué hacer. Por eso es mejor que me lo analice con calma y...
- ¡Detente ahí! Es ahí que entro yo, tu fiel amigo. Dado que yo tengo más experiencia en este rubro que tú, te ayudaré.
- Demasiada experiencia diría yo...
- Ejem... En fin, necesito conocer en más detalle a Wilson, en un contexto más casual y alejado de su familia. Tu misión: debes invitar a Will a salir "como amigos" junto conmigo. Allí podré diferenciar con mi criterio formado si es que él es un denso que coquetea naturalmente o es algo intencional hacia tí.
- Está bien, lo haré pero no necesariamente me harás cambiar de opinión con respecto a si lo sigo tratando como un amigo.
- Ya veremos. Tú sólo invítalo.
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