Una vez pasado el ajetreo de las primeras semanas de clases, se avecina el primer gran evento del año: Pascua de Resurrección. Como es un evento esperado con ansias por los niños, le damos la importancia que corresponde en sus preparativos. Si bien es una festividad relacionada con el cristianismo, decidimos como escuela realizar una asamblea para decidir qué enfoque le daríamos como escuela. Ya que como comunidad escolar nuestra labor es formar la personalidad de los niños de manera integral, se llegó a la conclusión que la perspectiva de la religión y del conejo de pascua son historias relacionadas pero no conectadas en cómo se festeja la celebración. Por lo tanto, como colegio se decidió dar el enfoque del conejo de pascua y el valor de solidaridad. Si bien la historia del cristianismo es relevante de conocer, es rol de las familias y su comunidad religiosa decidir si imparten dichos conocimientos en sus niños. Asimismo, aunque la mayoría de este país es cristiano, no todos profesan religión, y esas convicciones son respetables también.
Esto suena bonito una vez decidido, pero el alboroto que hubo entre los apoderados y profesores fue tal que ha significado un aumento en mi carga laboral estas semanas. Entre decidir la celebración como escuela, planificar y preparar el material de estudio, sumado a que se realizará una salida a terreno de búsqueda de huevos de pascua; ha repercutido en mis horas de sueño y mi ánimo. Sólo espero que todo concluya en un evento que las familias disfruten, porque yo no he disfrutado planificarlo en absoluto.
- ¿De qué haremos los cintillos y prendedores?
- ¿Qué? - respondo a Eloísa, mientras me bebo la cuarta taza de café del día.
- Los cintillos que llevará cada niño y los prendedores que llevarán en el pecho con su nombre, recuerdas que acordamos que cada curso llevará uno diferente, para así reconocerlos cuando estemos en el parque botánico. Los de Kínder serán de huevitos de pascua y los de Medio Mayor de zanahoria. ¿Qué haremos nosotros? Yo quería el diseño de huevitos de pascua, pero Marcia y Alejandra empezaron a trabajar en ellos antes de que lo habláramos como equipo.
- Ya no hay nada que hacer respecto a elegir, hay que trabajar con las opciones que tenemos. ¿Qué te parece si los realizamos de conejos? No entiendo porque no los eligieron antes si son tan bonitos.
- ¡Si, como conejitos se verán tan adorables! ¿Qué tal si armo el patrón de cintillo y hacemos que ellos los rellenen de algodón? y el prendedor puede tener la forma de patita de conejo. - Eloísa es muy creativa en lo que respecta a las manualidades, puede pensar en diseños de manera diversa y simple de ejecutar para niños pequeños.
- Me parece una excelente idea, entonces necesitaremos, mmm... para un grupo de 15 niños, con 1 pliego grande de cartulina podemos sacar 4 cintillos... por lo menos 4 pliegos blancos. Pero ahora que lo pienso, la cartulina es muy frágil para los cintillos, pero el cartón es demasiado grueso ¿Cómo se llama ese cartón que está entre la cartulina y el cartón de grosor? - busco en internet y se llama cartoncillo, un nombre algo tierno para un cartón delgado- Mejor 4 pliegos de cartoncillo. Y para los prendedores de pata de conejo, sería mejor el cartón, los podemos pintar con blanco y rosa y escribir el nombre con colores más oscuros. Necesitaríamos 2 témperas de botella grande, 1 rosa y 1 blanca, y los nombres con plumones de colores. Además de eso, 2 bolsas de algodón por cada niño, de esos que ya vienen separados en bolitas pequeñas - vuelvo a buscar en internet, se llaman tórulas, al parecer vienen así para que las enfermeras puedan usarlo más cómodamente en las curaciones pequeñas - tendríamos que pedirle a los apoderados por comunicación que traigan ese material para la próxima semana , y también...
- Espera un poco Alan, tengo que anotar, son muchas cosas y se me van a olvidar enseguida.- Me dice mientras busca una libreta.
- Entonces: 4 pliegos de cartoncillo, 1 pliego de cartón, 1 botella de témpera blanca, 1 botella de témpera rosa, plumones de colores, y 2 bolsas de algodón en tórulas para cada niño. Para lo último necesitamos escribir una comunicación en el computador, imprimirlas y pegarlas en la agenda de comunicación hoy antes de que se vayan.
- ¡Listo! Iré a la bodega de materiales mientras tanto a traer lo que dices.
- Si mientras que yo escribiré las comunicaciones y cuando vuelvas decidiremos quién de nosotros dos armará los cintillos y quién los prendedores.
- ¡Entendido! - sale del salón rápidamente hacia el segundo piso donde está la bodega con materiales escolares.
- Mientras que yo abro el computador para comenzar a escribir las comunicaciones, trato de dar un sorbo a mi café que ya está frío. Pero me acuerdo que siempre lo tomo frío porque estoy en una sala con niños y pueden mover la mesa y quemarse. Así que tomo mi café en mi termo y escribo la comunicación e imprimo. Sin mencionar que todo esto ocurre durante la clase, mientras los chicos hacen una tarea de rellenar un número con papel lustre. Así que con un ojo en la computadora y el otro con la vista en la clase intento terminar ambas actividades. Quien diga que el trabajo en preescolar es más fácil porque todo el día son rondas y juegos, que se vaya a jugar a la punta de un cerro.
- ¡Ya volví! y aproveché de traer una botella grande de cola fría, porque pensé.. ¿y con qué van a pegar las bolitas de algodón? - comenta Eloísa detrás de una pila de materiales, trae las manos y brazos tan colmados que apenas puedo ver su cara, abriendo la puerta con una de sus piernas.
- ¡Cierto! me olvidé de eso, eres un salvavidas. - le comento con un tono de sorpresa, por lo general recuerdo todos los materiales que se necesitan.
- No pasa nada, si se nos olvida algo es solo un viaje más al segundo piso.
- Tienes razón, entonces te dejo elegir lo que quieras confeccionar.
- Bien, entonces elijo los cintillos, y tú te quedas con los prendedores ¿Cómo lo harás para que lo hagan en clase?
- Los niños tendrán que pintar la pata en la escuela y después escribiré yo los nombres cuando estén secas. Menos mal estamos a inicios de otoño y el clima aún es bueno, por lo que la pintura secará si la dejamos al sol durante el día.
- Bien, si tú me haces el molde de las orejas y la patita yo puedo comenzar a recortar todo.
- Gracias, mientras que yo quedaré atento a los niños en clase y pego las comunicaciones.
- ¡Trato hecho!
Creo que lo que más me ha gustado de estar aquí es el trabajo en equipo entre Eloísa y yo. La verdad que sin ella sería casi imposible realizar todas las actividades planificadas. Aún así hemos tenido que descartar proyectos que no es posible realizar, bien por falta de materiales, tiempo o porque se puede cumplir el objetivo de otra manera. Es un constante flujo de decisiones que es necesario realizar con rapidez. En consecuencia, hemos congeniado bien sobre la labor de cada uno y nos ha permitido trabajar bien juntos.
Lamentablemente, aunque intentamos en lo posible terminar todo en horario de trabajo, hay momentos en los que no queda otra opción más que llevar trabajo a la casa. Y eso pasó esta semana. Resulta que los días estuvieron nublados, esperable del indeciso otoño, y los prendedores no se terminaron de secar hasta el final del día, así que los tuve que traer a casa.
Mientras estoy marcando los nombres de cada niño, me doy cuenta de un hecho impactante: ¡Cómo se van a sujetar los prendedores a la ropa si no tienen ganchos! Busco cómo se llaman para saber en qué tienda los venden, como sirven para sujetar los pañales, les llaman ganchos imperdibles y los venden en tiendas de costura o cordonería. Mientras me culpo por no acordarme de los ganchos imperdibles, pienso en cómo voy a comprarlos. Necesito tenerlos hoy porque el evento del parque es mañana. Aún estoy a tiempo, pero no tengo locomoción que me deje cerca de alguna tienda. Mi única solución es ir en auto, pero Ian está de turno nocturno en el trabajo y no tengo suficiente dinero para pedir un taxi.
Salgo corriendo a la calle para alcanzar algún autobús que pase, pero estoy muy lejos de la avenida por donde pasan y tienen una pésima frecuencia, por lo que no llegaré a tiempo. Trato de pensar en alguna solución mientras avanzo por la vereda, paso por los negocios y veo la panadería de Will ¿Y si le pido que me lleve a la tienda?. No habría problema, él es apoderado de mi curso y es algo relacionado a la escuela ¿no es así?. Todo lo contrario, no puedo molestarlo con este tipo de cosas, él debe estar ocupado, no puedo pedírselo.
- Buenas tardes Alan, has estado parado frente a la tienda un rato, además estás desabrigado ¿está todo bien? - me dice preocupado Will, quien sale desde la puerta lateral de la tienda, la que debe ser la entrada a su casa.
- Es que... ¿no tienes de casualidad en tu tienda 15 de esos ganchos imperdibles para vender? es para los prendedores para el evento de mañana - para qué le hago esa pregunta si es una panadería no una cordonería.
- Si tuviera te los daría pero no hay en mi casa- responde resignado - Pero puedo llevarte a una tienda que sí tiene, ¿Quieres que te lleve? Nuestra familia tiene una furgoneta blanca, la usamos para hacer entregas, podemos ir en ella, vamos sígueme está estacionada atrás.
Pero... debes estar ocupado con tu familia, no puedo molestarte con esto.
- ¡Vamos! no es ninguna molestia, mejor apurémonos que sino van a cerrar - me sujeta del brazo y me lleva hacia la furgoneta, nos subimos y partimos hacia el negocio.
Mientras conduce a toda velocidad, voy sujeto del cinturón de seguridad y entre la adrenalina de ir apurados y preocupados de no chocar, llegamos al negocio y compré los dichosos ganchos. Pude por fin estar más aliviado de que los prendedores estuvieran listos hoy. Ya en el camino de vuelta pudimos conversar un poco más.
- Gracias por traerme, a pesar de ser tan tarde dejaste lo que estabas haciendo para ayudarme- le dije conmovido.
- No hay de qué, cualquiera lo habría hecho en mi lugar.
- No es cierto, no cualquiera se decide tan rápido a ayudar a un conocido, eres muy amable Will. Has sido así desde que te conocí en la reunión, solo tú le respondiste a esa señora, e incluso trataste de consolarme después.
Se queda en silencio un momento, espero no haberlo incomodado con lo último que mencioné.
- Es confuso, me gustaría estar alegre por lo que me dices, pero hay algo que me resulta incómodo.
- Oh, lo siento no quise hacerte sentir mal, puedes olvidar lo que te dije.
- No creo que me pueda olvidar de nada de lo que digas. Es que dices que tu y yo somos conocidos, sólo yo pensaba que éramos más cercanos, tal vez me hice una idea equivocada, discúlpame.
Recordé lo que hablé con Ian hace unas semanas, sobre lo de alejar a los que se quieren acercar a mí. Tal vez estoy poniendo un muro entre las personas y yo, que no me permite notar cómo me estoy relacionando con ellas. A cuantos he alejado por ignorar las señales que me daban. Tengo que dar un paso y tomar la iniciativa.
- No te equivocas Will, creo que ya no somos sólo conocidos. Me gustaría ser más cercano a tí. Sólo que no me dí cuenta porque no soy bueno haciendo amigos.
- ¿Entonces de ahora en adelante somos amigos? No creo que le moleste al chico rubio ¿cierto?
- ¿P- por qué se molestaría? - creo que estoy subiendo el tono de voz porque no me esperaba esa pregunta para nada.
- Se ven muy unidos ¿Son hermanos?.
- Él no es mi hermano, él es mi amigo, vivimos juntos porque me queda cerca del trabajo aunque es cierto que lo quiero mucho.
- Ah, ya veo... Entonces no hay problema por ahora en que seamos amigos, entonces ¿me das tu número de teléfono?
- ¿No está escalando esto demasiado rápido? - ¿lo dije o lo pensé?
- Para nada, tú tienes mi número de teléfono en la escuela pero yo no lo tengo, es injusto que tú tengas la ventaja. Y si yo necesito tu ayuda te puedo llamar, eso hacen los amigos ¿no?
- Bueno, tienes un punto - le doy mi número de teléfono y parece satisfecho.
- Espero puedas terminar tus prendedores pronto, si necesitas ayuda con este tipo de manualidades te puedo ayudar en las tardes, ya que en las mañanas es cuando horneamos todo.
- Te mandaré una foto para que los veas terminados, están quedando muy bien.
- Lo espero entonces, ya llegamos a mi casa ¿te voy a dejar a tu casa?
- Ya te he quitado mucho tiempo puedes dejarme aquí.
- No pasa nada, ¿debes vivir cerca no? - eso es cierto, pero... - bien, ya lo decidí, tú me dices por donde ir.
Ante una persona tan convincente ya no me pude seguir negando y le indiqué hacia donde estaba mi casa. Nos despedimos y llegué hasta la puerta de entrada, me di la vuelta no sé porqué. Aún estaba ahí, volvimos a despedirnos y entré rápidamente a la casa. Terminé de armar los prendedores, les tomé una foto y me tardé un momento en enviar el mensaje, tampoco sé porqué.
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