Si había sentido algo por Seo Jun estaba completamente seguro que ese día terminó de matar todo tipo de sentimiento. Odiaba con todo su ser desperdiciar la comida, y más cuando toda la semana esperaba ansioso por el almuerzo de los viernes que era su favorita. Sus brochetas de pastel de arroz con salchichas estaban sobre su cuerpo y su compota de mango esparcida en el suelo.
—Yo… ah… —vaciló Seo Jun sin dejar de ver el desastre que había hecho.
—Shhh, no digas nada, vámonos. —murmuró Jake tomándolo del brazo para llevarlo a la mesa con el resto de sus amigos.
Lo primero que hizo al llegar a casa fue darse una ducha intentando relajar sus pensamientos pero ya no podía más con todo lo que estaba pasando. Doo Gyu amaba a su prima pero no estaba seguro de cuánto tiempo iba a poder mantener esta mentira. No se iba a dejar pisotear por el imbecil de Choi Seo Jun y era desgastante pelear con él todos los días de la semana.
"Si tan solo estuvieras aquí" pensó Doo Gyu refiriéndose a @satoru_12jun, él veía a su amigo virtual como su salvador. Después de todo había desarrollado un tipo de apego hacia él que era normal entre amigos. Pero ahora que todo se complicaba comenzó a llamar más seguido al "otaku" fuera de Dark Paradise. Su voz ronca lo relajaba y le hacía palpitar el corazón con fuerza. Doo Gyu amaba esa sensación.
—@satoru_12jun :
¿Realmente tienes que salir mañana?
—@bear_gyu03 :
Si :cc es que mi prima me necesita…
—@satoru_12jun :
Eres muy bueno, osito
pero buscale un novio para que no te moleste
—@bear_gyu03 :
No seas egoísta jajajaja
ella es especial para mí.
Mmmh sí últimamente me está dando problemas
pero es como una hermana
y en lo posible intento ayudar
—@satoru_12jun :
¡Uy… harás que me ponga celoso de tu prima!
¿Seguro te verás con ella y no será una cita con otra chica?
—@bear_gyu03 :
No seas idiota…
No estoy saliendo con nadie por ahora…
—@satoru_12jun :
¿Y te gusta alguien?
—@bear_gyu03 :
No
es decir
No lo sé, no estoy seguro…
Habían pasado cinco minutos y el otaku aun no le respondía. Doo Gyu iba a apagar su computadora hasta que entonces su teléfono sonó y su corazón se paró por un instante al leer que era ni nada más ni nada menos que el otaku. Estaba asustado, moría de ganas de coger la llamada pero siempre se ponía nervioso cuando el otro era quien la iniciaba.
—¿Hola? —susurró Doo Gyu con su voz temblorosa, metiéndose a la cama como si fuera a dormir.
—¿Por qué tardaste tanto?—preguntó el chico con un tono de voz burlón, se notaba que se estaba aguantando la risa y Doo Gyu se sonrojaba con tan solo oirle hablar…
—Dios, por nada, es que me sorprendiste, tonto.
—Quería hablar contigo antes de dormir… ya que mañana seré abandonado.
—Te gusta hacerme sentir culpable ¿verdad?
—Bueno, sí, me encanta… —dijo con esa voz ronca que derretía por completo al más joven. —Y bien… ¿Cómo es eso que no sabes si te gusta o no alguien? —le cuestionó casi sonando a reclamo.
—Amm… ¡Bueno, es que como verás soy alguien enamoradizo! —bromeó Doo Gyu.
—Ah, ¿sí? Ponte fecha entonces…
—Para…
—Para caer por mí.
Doo Gyu se ahogó con su propia saliva de la sorpresa, y no podía creer lo que le decía. Sabía que el otaku le coqueteaba todo el tiempo pero sus bromas siempre iban cada vez más lejos.
—No juegues con eso… Sabes que vengo con sorpresa.
—¿Y qué? En la vida hay que probar de todo ¿verdad?
—Pero… —se trabó con sus palabras agradeciendo que el otaku no podía verle porque realmente estaba igual de rojo que un tomate. — Ni siquiera sabes si soy lindo.
—Tu voz es linda… eso quiere decir que debes ser bonito.
—¿Qué clase de lógica es esa? Ni siquiera sabes si voy a ese bando.
—Oh, vamos, osito, solo estoy jugando contigo, eres lindo cuando te pones nervioso. —se oyó un suspiro del otro lado. —Me gusta molestarte…
—Eres un imbécil ¿sabes?
—Me haces acordar a alguien.
—¿De verdad?—la intriga apareció en Doo Gyu y abrió sus ojos más grandes que nunca. —¿A quién? ¿Es lindo?
—A un chico de mi escuela… Y sí, sí es lindo, pero estoy seguro de que tú lo eres más.
—¡Déjame en paz! Realmente te tomaste muy en serio eso de hacerme caer por tí. —se quejó aún más ruborizado que antes, y sentía que en cualquier momento iba a estallar.
—Eres divertido…— La risa del otaku le hizo estremecer. Temía ponerse hormonal en el momento equivocado.
—¡Yah! Buenas noches, mañana debo despertarme temprano.
—Oh cierto, mañana me será infiel…
—¡Dije buenas noches, otaku!
Doo Gyu cortó la llamada con su corazón completamente alborotado. Aún le parecía irreal la conversación que acababan de tener. Incluso se cuestionó si debía decirle la verdad y confesarle que era gay al chico otaku de voz ronca. Pero no quería ser impulsivo y perder su contacto. En verdad, hablar con él le hacía sentir bien y, si bien, cada día sentía que necesitaba más de él, prefería eso que tenía a nada.
El sábado no fue particularmente especial ni tan diferente a lo que estaba viviendo todos los días en la escuela. Resulta que la cita con Gaara iba a llevarse a cabo en el centro comercial, y debían caminar juntos con ella tomada de su brazo hasta que fuera la hora donde finalmente se verían con el resto de sus amigos para ver una película. Pero claro, como Jake había escuchado que ellos irían al cine… Gaara sabía que aparecería Seo Jun en cualquier momento y que necesitaba que Doo Gyu esté ahí.
A pesar de la farsa, Doo Gyu no iba a cambiar ni su forma de vestir ni de arreglarse, así que cuando se cruzaron con el grupo de Seo Jun… Pasó lo que sabía que pasaría.
—Qué princesa hermosa… —comentó Jake en voz alta a lo que Gaara se volteó para enseñarle el dedo del medio, logrando que él se riera de ella teniendo la mirada clavada en la espalda de Doo Gyu. Este vestía unos pantalones ajustados con una remera con aberturas que dejaba ver parte de sus hombros y su medio cabello lo llevaba atado con una coleta. —No hablo de ti, reina, me refiero a tu noviecito…
—Jake… —le advirtió Yeon Bin a pesar de que también opinaba que Doo Gyu se veía muy llamativa ese día. Normalmente lo veían en uniforme escolar y no se apreciaba bien lo hermoso que podía ser el menor. Sobre todo, su perfil perfecto los dejaba a todos embobados menos a Sung Hwang que se veía ansioso buscando a alguien más.
—No mires mucho al maricon, que seguro se te lanza encima… —Seo Jun casi escupió sus palabras completamente celoso.
—Siempre tu cara fea tiene que cagarme el día… —respondió Doo Gyu apretando fuertemente la mano de su prima tirando de ella para irse rápidamente de allí, pero ella estaba roja del enojo.
—Seguro te molesta verlo porque te gusta mi novio… —dijo finalmente Gaara dejando a su primo pálido.
—¿Qué? ... Estas loca…
—Recuerda que terminamos y déjame tranquila, ya te dije que no quiero estar contigo.
—Sabes que puedo ser mejor que él, no sé qué le ves a esa marica.
—Probablemente porque yo la atiendo mejor de lo que lo hacías tú, imbécil. —volvió a responderle Doo Gyu arrastrando a su prima lejos de ahí intentando ocultar que tenía sus ojos aguados de la rabia que se contenía. Le dolía que se violentasen verbalmente contra él todo el tiempo, y es que en esos momentos se preguntaba qué pasaría si ellos supieran que en verdad era gay.
Él no había elegido ser lo que era y odiaba haberlo descubierto tan pronto, porque le hubiera encantado sufrir menos. Siempre sintió atracción hacia su mismo sexo e incluso de niño aspiraba a conocer a su príncipe azul cuando en realidad él debía aspirar a rescatar a la princesa… No era fácil aceptarse ni mucho menos ocultarlo de sus padres, el resto de su familia y el instituto. Tuvo la suerte de tener unos amigos maravillosos y Han nunca le soltó la mano e incluso ayudó a que se lo contara a Suho quien también resultaba ser tan gay como él. Tal vez por eso estaban tan unidos, porque los tres de alguna forma eran diferentes al estereotipo coreano ideal. Keo siendo extranjero y asexual, Suho siendo aun más femenino que él y homosexual, y él siendo él. Los tres se protegían a su manera y ocultaban su dolor en los videojuegos. Era el único escape que tenían. Porque en la vida real… no los recibían con los brazos abiertos.
El mes de marzo había llegado a su fin pero abril continuó siendo una tortura para Doo Gyu. Seo Jun era el chico más insufrible. No dejaba de ser molestado por él y ya no era solo esconderle las cosas, sino que cada vez que se lo cruzaba se lo llevaba por delante diciendo que no había visto a nadie, como si Choi Doo Gyu fuera invisible… Durante las clases le tiraba bolitas de papel ensalivados o en el peor de los casos le jalaba del cabello solo para hacerlo reaccionar y así ser castigado por el profesor debido a que Doo Gyu no sabe vivir sin insultar en voz alta.
Lo único que mantuvo a Doo Gyu cuerdo fue la relación con @satoru_12jun, porque con el correr de los días comenzaron a hacerse incluso más cercanos que antes. Ya no sólo necesitaba refugiarse en Suho y Keo, sino que ahora podía conversar con alguien todas las noches que no lo juzgaba. Más bien le aconsejaba cómo ser más fuerte e incluso le coqueteaba a tal punto que las hormonas de Doo Gyu quedaban alteradas. Quería conocerlo, tocarlo e incluso hasta besarlo, y con esa voz era imposible pensar que su dueño fuera feo. Al inicio el otaku se negaba a dar datos físicos sobre él pero Doo Gyu descubrió que es mucho más alto que él y que suele ejercitarse pese a que no le gusta hacerlo. La imaginación de Doo Gyu volaba y detestaba el hecho de que lo calentara tanto su voz que a veces debía dormir con una erección.
Pero el día que él sepa que ambos sufren lo mismo… las cosas cambiarán para bien o para mal.
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