Los siguientes días no fueron muy diferentes al primer día de clases. Doo Gyu había cambiado por completo su rutina y pasó de ser un chico reservado a ser el blanco de Seo Jun todos los días de la jodida semana… Pero lo peor no quedaba ahí, si no que a medida que Seo Jun lo molestaba, el más joven comenzaba a interesarse más en su bullying. Lo odiaba por ser condenadamente guapo y aun no lograba entender cómo Gaara había terminado con él, aunque claro, a pesar de ser guapo seguía siendo un imbécil…
¿Pero quién era Choi Seo Jun en realidad?
—Dios, realmente me tiene harto. —se quejó Doo Gyu con su bandeja que contenía el almuerzo de los jueves, que consistía en unos bollos de arroz y tiras de carne junto a algunas verduras como la zanahoria, entre otras que eran de su gusto…
—Lamentamos no poder hacer mucho, Doo… —murmuró Keo con una expresión preocupada e incluso hasta sintiendo lástima por su mejor amigo.
—¿Dónde está Suho?
—Creo que dijo que iría al baño primero.
—Claro, es verdad… —murmuró Doo Gyu y cerró sus ojos en cuanto sintió una mano sobre su cabeza desordenando su cabello. Intentó tomar aire y mantener la calma antes de clavar sus palillos sobre el idiota que se atrevió a despeinarlo.
—Ups, lo siento, te confundí con una AMIGA… —dijo Seo Jun en un tono burlón haciendo énfasis en la palabra "amiga" solo para fastidiar al otro.
—¿Keo puedes guiarme hasta la mesa? —cuestionó Doo Gyu aun con los ojos cerrados dejando que Han le tomara del brazo. —No quiero ver algo feo y repugnante antes de comer, me hará vomitar. —mencionó intentando ocultar su sonrisa sabiendo que a Seo Jun le picaba el puño cada vez que comentaba que era "feo".
—Sí, sí, lo siento… —dijo Keo haciendo varias reverencias en disculpa con el más alto, llevándose a Doo Gyu lo más pronto que pudo de ahí antes de que el otro chico reaccionara y quisiera despelucar a su amigo frente a toda la escuela.
Seo Jun se quedó mirando la espalda de ambos chicos sin poder creer que realmente el menor le dijera feo, e involuntariamente una sonrisa de lado se asomó en su rostro deseando molestar más al marica que le robó su novia…
—Te dije que dejes de meterte en problemas ¿quieres quedarte fuera de competencia este año? —regañó Yeon Bin mientras se lo llevaba a la mesa que usualmente comparten con Jake y Sung Hwang.
Entre suspiros fue a su mesa, intentando ignorar la mirada burlona de Jake y esa sonrisa que lo estaba irritando de más. Sabía lo que iba a decirle porque lo conocía demasiado bien como para leer sus sucios pensamientos. Jake tenía cierta debilidad por los chicos que lucían como Doo Gyu, y Seo Jun reconocía, aunque detestaba hacerlo, que el menor era demasiado lindo e incluso tan perfecto que le hacía odiarlo más por no encontrar imperfecciones en su rostro.
—Guarda tus comentarios… —le advirtió Seo Jun mientras se sentaba para disponerse a comer su almuerzo.
—¿Qué? ¡No he dicho nada! —exclamó sin poder evitar reír con cierta ironía. —Y no te preocupes que puse el ojo en otro pequeñito, amigo del tuyo. —admitió sin vergüenza alguna mientras veía sin pudor alguno a Suho quien llegaba casi corriendo a la mesa donde estaban sus amigos…
Sung Hwang no dijo nada, solo miró la situación en silencio, fingiendo no haber escuchado nada.
En la otra mesa, el único que estaba en silencio observando todo era Taemin porque el resto no dejaba de hacer bullicio hablando casi todos juntos al mismo tiempo tapando la voz del otro. Keo y su hermana discutían sobre algo que solo ellos dos entendían, mientras que Gaara le daba instrucciones a Doo Gyu de cómo ser un buen novio. Suho se había unido a la conversación dispuesto a ayudar a ambos a que el resto creyera aquella relación falsa, pues solo los miembros de esa mesa saben la verdad de la relación de los primos.
—Si seré víctima de tu ex novio, mínimo necesito que me cuentes más sobre él. —mencionó astutamente Doo Gyu, ya que si le interesaba saber más sobre el chico, solo que no sabía cómo decirlo sin que creyeran que se sentía atraído por éste. Suho le clavó la mirada como queriendo leerle los pensamientos, pero el más alto fingió demencia para no ser descubierto por su amigo.
Entonces, a esa hora de almuerzo supo que Choi Seo Jun era el miembro más popular del club de atletismo, para ser más específico, se dedica al salto en alto y corre la posta junto a los otros tres. No es el más rápido ni el más talentoso pero tiene un atractivo que hace que todos quieran estar cerca de él. Lo malo es que a Seo Jun no le interesa hacer más amistades de las que ya tiene porque al parecer es un introvertido que se comporta como extrovertido para sobrevivir. Doo Gyu en parte pudo empatizar con él pero necesitaba más, quería saber qué más guardaba.
—¿Por qué es el líder del grupo si no es el mejor?
—No lo sé, supongo que Yeon Bin y Sung Hwang, quienes son los más rápidos, lo respetan mucho. —respondió su prima, y Suho hizo un gesto como si fuera a vomitar cuando escuchó el nombre de Sung Hwang.
—¡Hey! Seo Jun es un idiota pero el príncipe es todo bello y un caballero. —se unió a la conversación Billie.
—Oh niña, no sabes lo equivocada que estás. —murmuró Suho por lo bajo, siendo demasiado expresivo sin poder ocultar su odio hacia Sung Hwang.
—¿Acaso lo conoces?—habló entonces por primera vez Taemin, y Doo Gyu lo miró fijamente con un leve rubor en sus mejillas.
—Sí, no, no, quiero decir… Las apariencias pueden engañar… —respondió Suho completamente nervioso y sacó otro tema de conversación solo para desviar la situación.
Pero aunque esa mesa veía al cuarteto como un grupo de idiotas, había muchas cosas que ellos no sabían de los deportistas. Seo Jun no sólo era el chico guapo de la escuela. Él realmente cuidaba de sus amigos y por eso se ganó el puesto que actualmente tiene. Si bien Doo Gyu le hace perder los estribos, suele ser una persona tranquila que piensa con la cabeza antes que con sus puños. Más bien, siempre el problemático fue Jake, pero le hervía la sangre cada vez que veía a Doo Gyu por el simple hecho de haberle robado algo que él creía que era estable… como su relación con Gaara.
Por otro lado, a pesar de que Doo Gyu era constantemente advertido por sus amigos, él no dejaba de observar a Seo Jun y no precisamente como su enemigo. Sí, seguía peleando con él constantemente y respondía cada vez que era molestado por él más alto. Pero algo en él se alborotaba cada vez que tenía a Seo Jun cerca suyo. El mayor no dejaba de comportarse como un niño, y aunque Doo Gyu se mostraba enojado, muy en el fondo reía por las ocurrencias del chico.
Choi Seo Jun escondía sus pertenencias, dejaba pegamento vinílico en su asiento y lo despeinaba cada vez que tenía oportunidad. Aun así, rompía su corazón cuando tenía comentarios homofóbicos hacia él. Porque aunque sabía que se lo decía para molestarlo, Doo Gyu no dejaba de ser gay de verdad.
—¿Te maquillas? ¿Acaso eres amiga de Gaara o su novio? —cuestionó Seo Jun sentado detrás suyo como todos los días mientras Doo Gyu ponía los ojos en blanco y continuaba aplicando un tapa ojeras en la zona indicada.
—Cierra el pico, ¿quieres? —se quejó por lo bajo para no llamar mucho la atención de sus otros compañeros, y hundió su dedo índice en su bálsamo que estaba ligeramente pigmentado, para así aplicarlo sobre sus labios con cuidado. La realidad era que la noche anterior había dormido poco por jugar con sus amigos y sus labios se lastimaban por culpa de Seo Jun que no dejaba de ponerlo nervioso durante TODAS las clases.
—Qué horror… —dijo el otro chico, aunque no dejaba de observar cómo Doo Gyu deslizaba cuidadosamente su dedo sobre sus labios agrietados.
—Deja de verme si tanto te molesta.
—Lamentablemente debo verte todos los días, marica.
—Este marica se folló a tu ex novia. —escupió Doo Gyu sin pensarlo demasiado, hasta que se hizo un silencio que le erizó la piel. Seo Jun estaba largando humo hasta por las orejas, debido al comentario del menor, al punto de que su rostro estaba rojo de la ira.
Si no hubiera llegado el profesor probablemente hubiera sido el fin de la hermosa cabellera de Doo Gyu.
Sin embargo, las cosas no quedaron ahí para ellos dos.
Ese día Seo Jun estuvo aterradoramente silencioso y no regresó a molestar a Doo Gyu ocasionando ansiedad a este último… No sabía si esperar lo peor o estar aliviado de que finalmente fuera dejado en paz. Le preocupaba que no lo mirara ni le dijera ningún chiste despectivo. Aun así, a la salida se fue con Gaara tomados de la mano, pues hoy le tocaba acompañarla a casa para recibir unas cosas de su tía.
—Lamento todo esto, Doo… —susurró Gaara, soltando finalmente la mano de su primo cuando subieron al bus que los conducía a la casa de ella.
—Está bien, ah… Sabes que igual te quiero… —respondió sentándose junto a su prima en un asiento para dos. —Aun así… Creo que tengo derecho a saber qué pasó entre ustedes.
—Creí que no te importaba…
—La verdad es que al inicio no. —se sincerizó buscando las palabras correctas antes de hablar. —Pero después de todo lo que me está haciendo pasar este chico, me gustaría saber por qué…
—Y lo sabrás pronto, dame tiempo…
—Está bien, está bien, tampoco quiero que te sientas presionada pero debes tenerme en consideración.
El resto del viaje transcurrió en silencio mientras compartían un extremo de los audífonos de Doo Gyu para así escuchar ambos la música de Taylor Swift. "The story of us" sonaba y Doo Gyu se perdía en la melodía junto a sus pensamientos, al punto de no notar que ya les tocaba bajar. Si no fuese por Gaara, posiblemente hubiera acabado en la parada equivocada.
Su tía los recibió cariñosamente y le entregó unos folios a su sobrino quien después de compartir una rica merienda con su prima debía regresar a su casa. Pero entonces ella le dijo…
—Nos vemos mañana en clases Doo, uhmm… No sabía cuando decírtelo pero…
—¿Si?
—Bueno, necesito que tengamos una cita, ya sabes.
—Oh…— Doo Gyu cruzó la puerta de la casa de su prima con su bolso colgando, sin saber cómo reaccionar ante el aviso. —Está bien, solo dime cuándo. Sabes que me gustan las cosas con tiempo.
—¿Este sábado?
—Joder Gaara, ¿este sábado? Pero mañana ya es viernes, te dije con tiempo… —se quejó tirando su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados intentando mantener la calma. — Okay… El sábado será. Pero que sea la última vez que me avises así.
No estaba para nada ansioso por tener esa "cita" con su prima, sobre todo porque debía cancelar sus planes de jugar Dark Paradise todo el sábado… Lo más triste fue avisarle a @saturu_12jun que tenía un compromiso para ese día. Por eso, Doo Gyu odiaba comenzar las clases, casi ni podían compartir tiempo juntos y, además de eso, ahora Gaara le robaba hasta los fines de semana.
El viernes fue terrible. Seo Jun seguía haciéndole la ley del hielo que no duró más que la primera hora de clases. Porque en cuanto Doo Gyu fue al baño a solas, Seo Jun entró detrás de él acorralándolo contra el lavado.
—¿Vienes a retocar tu maquillaje, marica? —comenzó el más alto, logrando que Doo Gyu frunciera el ceño de inmediato.
—¿Ahora recuerdas de que existo? ¿Qué te pasa? —se quejó sin mucha fuerza. No tenía ganas de pelear con Seo Jun. La situación lo estaba cansando psicológicamente y no había pasado mucho desde que iniciaron el primer semestre.
—Realmente me molesta ver tu cara… —dijo Seo Jun, tomando a Doo Gyu por la mandíbula con una de sus manos, acercándose tanto a su rostro que casi le da un infarto al menor. Ninguno de los dos podía negar la belleza del otro y verse de cerca solo hacía más pesada la tensión.
—Déjame tranquilo, ¿ni siquiera puedo venir a mear ahora?
—No voy a dejarte en paz.
—¿Por qué? ¿Acaso es mi culpa que Gaara no te quiera? —Seo Jun solo miró con seriedad, y claramente no tenía cómo responder. — Eres realmente patético, me echas la culpa a mí y yo no he hecho nada.
—Si haces, haces mucho.
—¡Eso no es verdad! No sabes que excusa inventar para ser un idiota conmigo. —finalmente Doo Gyu empujó a Seo Jun logrando zafar de su agarre gracias a que el grandulón había bajado la guardia. — Mira, hasta me quitaste las ganas de mear.
—Tú no eres novio de Gaara. —insistió.
—Si, si lo soy, dejanos ser felices en paz. —Doo Gyu caminaba hacia la salida del baño completamente agotado por tener que lidiar con Seo Juny no sólo eso, sino de temer constantemente de que éste lo aplaste. Pero incluso si era golpeado defendería a su prima hasta el final.
—De lejos se nota que muerdes la almohada, no puedes engañarme.
—¿Acaso te gusto? —cuestionó burlón. —Ya deja de hacerme perder el tiempo si no vas a tocarme el pene. —continuó burlándose de Seo Jun dejando al más alto solo mientras se iba dignamente.
—Me das asco. —susurró Seo Jun para sí mismo mientras veía al menor irse con esa caminata particular suya. Doo Gyu parecía modelar todo el tiempo y su mirada se iba involuntariamente al pequeño trasero de éste con esa cintura que ayudaba a moldear su figura.
Cuando vio su reflejo en los espejos del baño golpeó con su puño el lavabo, odiándose a sí mismo por tener una erección en ese preciso momento. Detestaba con todo su ser a Choi Doo Gyu y no iba a permitir que éste viviera su vida tranquila cuando le robó a su novia y además provocó aquello en él.
Luego de aquel disgusto para ambos, lamentablemente tuvieron que volver a verse durante el almuerzo. Doo Gyu iba de la mano con Gaara llevando lo que comería el día de hoy con su única mano libre. Seo Jun no podía dejar de mirar horrorizado la unión de sus manos, y ya no sabía si lo que sentía eran celos u obsesión por separarlos de alguna u otra forma. Su ego había sido golpeado y más le perturbaba lo que había pasado en el baño.
Por eso, regresó a dejar que sus impulsos actuen primero ignorando por completo la advertencia de Yeon Bin. Su amigo lo conocía demasiado bien como para saber cuando estaba a punto de hacer algo idiota. Así que sin pensarlo demasiado caminó rápidamente cerca de la nueva parejita de Gaara para así chocarlo a propósito logrando que Doo Gyu acabe en el suelo por el impacto.
El empujón no había sido muy fuerte pero, a comparación de Seo Jun, el más bajo era mucho más ligero y estaba distraído en otras cosas como para imponer fuerza. Fácilmente cayó de culo rompiendo el agarre que mantenía con Gaara y su almuerzo… ah… bueno, este había acabado sobre la ropa de Doo Gyu.
—¿Qué demonios? —su mirada filosa rápidamente buscó al culpable, y lo miró con tal odio que le erizo la piel a Seo Jun. Por un instante, sintió culpa por sus actos pero ya estaba hecho y debía mantenerse firme a sus ideales aun si era idiota.
—Joder… —se quejó a lo lejos Yeon Bin sin poder mirar al tonto de su amigo, y el único que se levantó de aquella mesa fue Jake para sacar al alto de aquella situación antes de que "la princesita" lo matara.
—¡Me tienes harto! —le gritó Doo Gyu, recibiendo ayuda de Gaara y Taemin.
Comments (0)
See all