Los arboles comenzaron a perder su vibrante color verde anunciando el inicio del otoño. Para algunos, una temporada maravillosa donde no hacia ni demasiado calor ni mucho frio, para otros, como Bruno, una completa tortura. Odiaba esta temporada por el simple hecho de tener que regresar a clases.
No le iba del todo mal, pero amaba invertir su tiempo en videojuegos. Algo que solo podía hacer en vacaciones. Él era un chico que se consideraba simple, con gustos simples. El estereotipo de friki que juega videojuegos y es ligeramente otaku.
Estas vacaciones habían sido especiales para él.
¿Por qué?
Porque normalmente Bruno jugaba Sims 4 dándole vidas dramáticas a sus personajes y esta vez, probó algo diferente. Siempre se negaba a los juegos online porque odiaba la idea de socializar con gente desconocida, pero Camilo, su mejor amigo, lo convenció de unirse a "Dark Paradise". Un videojuego de aventura con personajes mágicos que prometía avanzar y mejorar de nivel cada vez que te unías a un clan en especial.
A Bruno le convenció el diseño de los avatares y el estilo de ropa dreamy core. El mundo abierto tenía una calidad preciosa con su toque de fantasía que lo dejaba alucinado. Honestamente era un juego que estaba pensado para el género femenino pero Bruno amaba las cosas lindas.
Su personaje era un príncipe del reino del caramelo, y era gracioso porque era elegante y tan bonito como lo era realmente Bruno. Cabe aclarar que él era abiertamente homosexual con su grupo de amigos, así que no se relacionaba con muchas chicas dentro del juego pese a que abundaban.
Pero lo que realmente lo hizo especial e inolvidable fue conocer al rey del mundo oceánico. No sabía quién era la persona del otro lado, sólo sabía su nombre de usuario @kaisen12 y que le alegró todo el verano con sus mensajes.
Era tan gracioso y lindo que rogaba todos los días poder escuchar su voz. Le regaló sus risas y sus madrugadas. Compartieron tanto tiempo juntos que podía asegurar que era tan amigo suyo como Sebastián y Camilo.
En ningún momento lo quiso presionar para que le revelara más de su identidad, y creyó que tal vez contando más sobre su vida personal lograría que @kaisen12 dijera algo más. Pero no fue así. Podía percibir su miedo, él aún no confiaba del todo en Bruno y aunque él tampoco reveló su nombre, sí le contó a qué universidad iba y cómo llevaba su vida fuera de los videojuegos.
—@bear03:
...No quiero ir a clases mañana T T
Quiero seguir hablando contigo...
—@kaisen12:
Yo tampoco quiero : ccccc
Descansa, osito
—@bear03:
TE DIJE QUE NO ME LLAMES ASÍ, OTAKU
—@kaisen12:
Pero tu nombre de usuario dice bear, aguántate, perdedor
YA VETE A LA CAMA
Si tenemos tiempo después de clases... Podemos jugar y te llamo
No me gusta hablar por chat
Me cuesta escribir rápido como tú.
—@bear03:
Solo oigo excusas para oír mi dulce voz...
JAJAJAJAJA
Descansa, otaku, te voy a extrañar.
Bruno suspiró. No era mentira que lo echaría de menos. Así que luego de aquella partida divertida donde ganó unas espadas especiales con su amado "otaku", se fue a descansar para dar paso al peor día de su vida.
Ese lunes se sintió raro desde que abrió los ojos por la mañana, su cabello estaba alborotado y nada parecía querer salir bien. Su madre los despertó prácticamente a gritos, sus hermanos ya estaban listos para ir a la escuela secundaria mientras que el, quien debía dar el ejemplo estaba ojeroso y muerto de sueño.
Intentó hacer todo lo posible para verse decente pero aun cuando había controlado su cabello con un poco de crema para peinar, su apariencia no se veía ordenada. Bruno solía tener un aspecto despreocupado con su camiseta algo agujereada, no era un mendigo, pero era su estilo y él sabía que en su casa no entendían su vibra. Las cadenas de su pantalón sonaban con cada paso que daba.
Bruno corrió e intentó llegar a tiempo, pero cuando estaba por llegar a la entrada del campus fue interrumpido por una mano que tironeó de su mochila tan fuerte que casi lo botaba al suelo. Volteó con todas las intenciones de defenderse de su agresor, pero cuando enfocó su vista hacia abajo notó que no era ni nada menos que Garam, su prima materna.
—Tú... ¿Qué demonios te pasa?
—Shhh, cállate y sígueme —susurró ella atreviéndose a tomarlo de la mano y lo llevo a un rincón más alejado del resto de los estudiantes que iban llegando.
Fue bastante obediente al dejar que su prima lo arrastrara, no entendía nada de lo que estaba pasando, aún estaba medio dormido así que tampoco tenía fuerzas para oponerse.
—Me separé de Iván. —soltó ella como si le interesara a su primo.
—¿Y a mí qué? ¿Quién es él?
—Oh, por dios, Bru. El año pasado fue tu compañero de clases—Garam empujó ligeramente a Bruno, frustrada por el poco interés de su primo.
—¿Qué? Para mí solo existen Sebastián y Camilo, el resto son NPC 's.
—No puedes ser así, Bru.
—Bueno, sí, sí puedo. Pero... ¿Por qué debería importarme tu ruptura?
Entonces Garam le explicó que Iván nunca quiso terminar con la relación, al punto de volverse muy insistente. Bruno quiso saber qué pasó, pero su prima no tuvo intenciones de dar demasiados detalles. Solo había sido raptado por ella porque necesitaba ayuda, y quería un novio falso para que Iván dejase de ser perseverante.
Bruno sugirió que podía ser Camilo o Sebastián, pero Garam se negó, ya que ella se había adelantado a su plan y le había dicho a Iván que él era su novio actual.
—¿¡Qué demonios te pasa!?
—Oh, vamos, Bru, nadie sabe que somos primos. —murmuró ella como si no fuera algo grave. Pero su primo ahora estaba preocupado, odiaba ser el centro de atención y Garam no era alguien de bajo perfil.
Ella pertenecía al club de teatro, donde había un chico que siempre veía a lo lejos como su amor platónico. Su prima estaba arruinando la posibilidad de tener un romance universitario, y sí, sabía que al ser gay no era algo que pudiese suceder con facilidad, pero siempre tenía la esperanza de experimentar el amor.
Un amor real, y no uno virtual, aunque moría de ganas de conocer a su "otaku".
—No puedo creer que me hagas esto. —dijo frustrado.
—No seas dramático, dios, solo será por el primer cuatrimestre ¿sí? —se quejó la muchacha tomando la mano de Bruno y entrelazo sus dedos como si no estuviesen a punto de vomitar por dentro. "Es una pésima idea", pensó el más alto, y, sin embargo, allí estaba caminando hacia la entrada de la mano con su prima y una tonta sonrisa nerviosa se dibujó en su rostro.
—Disimula mejor, pensarán que estás sufriendo... —lo regañó Garam, pero a Bruno le costaba verse natural.
—Deberás pagarme...
—Dios, sí, te lo compensaré, idiota.
—¡Más idiota tú por mentirle a tu novio!
—EX... EX novio, Bru... Joder.
Él no quería hacer contacto visual con nadie, pero una voz lo alertó y ése era su mejor amigo, el más escandaloso de todos Camilo. Su cara lo decía todo, no podía creer lo que estaba viendo. Él fue el primero en saber que le gustan los chicos, y la estúpida de mi prima se colgó de su brazo cariñosamente como si realmente fuera su novio.
—¡Bruno!
—Mierda, baja la voz, Camilo —murmuró deseando que todos dejaran de verlo. —Luego te explico —intento hacerle señas con un movimiento de cabeza, pero él no captaba demasiado rápido los mensajes.
—¿Ella quién es? ¿Qué está pasando? ¡Sebastián, ven aquí!
—Yo soy su novia. —respondió de inmediato su prima sin titubear, y Sebastián no demoro en reír en la cara de la chica hasta el punto de casi llorar de la risa. Pero los rostros serios de ambos implicados los hicieron callar creando un silencio incómodo.
—Sí, chicos, ella es mi novia... —dijo entre dientes haciéndole miradas a sus amigos con intención de que estos cerrarán la boca de una buena vez. — Después les contaré todo ¿sí?
—Okay, okay... —Sebastián los miro horrorizado mientras se llevaba lejos a Camilo que no dejaba de hacer un escándalo por la situación. Bruno amaba a su mejor amigo, pero a veces solo a veces realmente quería ahorcarlo.
Una vez dentro del departamento de Ciencias, Bruno le suplico a su prima que lo deje en paz, ya no soportaba que todos lo vieran como si fuera una celebridad cuando siempre había pasado desapercibido. Garam se despidió de él con un beso en la mejilla que casi lo hace desmayar de la impresión y le advirtió que a partir de ahora compartirán el almuerzo juntos.
No podía creer que comenzará el cuatrimestre de esa manera, y mientras caminaba hacia su primera clase, que por suerte NO comparte con su prima, cuatro manos lo arrastraron al baño más cercano.
—¿Puedes explicarnos ahora Bru? —dijeron sus amigos al unísono acorralando contra la pared a la pobre víctima.
—¿Tiene que ser ahora? Ya casi nos toca entrar... —se quejó poniendo los ojos en blanco, su paciencia estaba a punto de estallar.
—Oh no, no nos hagas esas caras Bru —reclamó Sebastián levantando su dedo índice para apuntar a Bruno. — Vienes a clases, y nos enteramos de que tienes una novia cuando pasamos todas las vacaciones jugando juntos. ¡Juntos! Y nunca nos dijiste nada, solo nos hablaste de ese chico raro que conociste en Dark Paradise y ahora nos dices que ya no eres gay.
—Eso, eso mismo que dijo Sebas —dijo Camilo dándole palmaditas al más joven de los tres sobre su cabeza, provocando que Sebastián se avergüence por el hecho de ser enano al lado de sus dos amigos.
—¡Ya! Tienen razón, Garam no es mi novia.
—No entiendo... —interrumpió Camilo.
—Shhh, silencio, déjame terminar.
Bruno intentó resumir lo más rápido posible la situación con su prima. No era fácil para él porque apenas lo venía procesando también. Solo les pidió que entendieran y que lo ayudasen también con la farsa, porque bueno, Camilo solía ser de lengua floja y a pesar de que estaba disgustado con lo que estaba pasando, Bruno quería mucho a su prima.
Cuando sonó el reloj inteligente de Camilo los tres se miraron por última vez antes de ir rápidamente al salón de clases. Camilo tuvo que ir a otro salón, ya que él estudiaba Matemáticas, Sebastián y Bruno eran de la misma carrera de Biología.
Su primera clase era de Física y Elementos de Astronomía y Laboratorio, ambos no estaban muy contentos de empezar el cuatrimestre así, pero entonces antes de siquiera cruzar el umbral Sebastián hizo una pregunta que no debió.
No en ese momento.
—¿Y quién es el ex de Garam?
—No lo sé, un tal Iván... —respondió con poco interés, y no pudo seguir con la conversación porque un idiota gigante lo empujó para ingresar al salón. Bruno era notoriamente más alto que Sebastián, pero ese imbécil, era muchísimo más alto y hasta quizá tenía más cuerpo que él. —Mierda... —se quejó en voz baja.
—¿Tan temprano y ya insultando, Lombardi? —lo regañó el profesor que entró detrás.
—Oh, lo siento, profesor.
—Espero no se repita y vayan a tomar asiento ya mismo. —dijo el hombre regordete irritado desde temprano.
Entre suspiros buscó el mismo lugar que el año pasado, al lado de la ventana y un asiento delante del último. Pero cuando estaba por tomar asiento dudó, ya que estaba ese chico alto que lo empujó sentado en el último asiento mirándolo como si quisiera arrancarle su hermoso cabello.
Bruno tomó asiento indignado, no entendía porque el chico se enojaba cuando él fue quien lo empujó primero como el si fuera la nada misma.
Hasta que por supuesto... tomaron asistencia.
—¿Lombardi Bruno?
—¡Presente!
—¿Marino Iván?
El corazón de Bruno se paralizó por un instante, repitiendo un "NO, NO, QUE NO SEA ÉL" en su cabeza. Pero podía sentir las cuchillas en su espalda.
—Presente. —respondió la persona que estaba detrás suyo, y juraba que podía sentir su aliento cerca de su nuca como si fuera una bestia furiosa a punto de comérselo vivo.
No tuvo el valor de voltear y en toda la hora de clase estuvo tenso e incómodo. Iván no dejaba de escanear todo su cuerpo hasta alborotar por completo su estabilidad emocional. Bruno no entendía por qué estaba tan asustado, pero luego recordaba que Iván era mucho más alto e intimidante. Se maldijo internamente por sentarse allí de todos los lugares posibles.
Intentaba creer que podría ser otro Iván, después de todo desconocía su apellido, pero Garam fue clara. Iván había sido su compañero de clases el año pasado. Y teniendo en cuenta la mirada de odio, debía ser él.
Lo peor de todo, era que Iván fue su compañero incluso en la secundaria, pero Bruno jamás le prestó la atención suficiente porque no le interesaba relacionarse con el resto. Además de que Iván en aquel entonces era más bajo y delgado de lo que era ahora. Pero, claro, esos detalles Bruno los desconocía, porque para él era un completo desconocido.
—Así que por esto me dejó Garam. —dijo al terminar la clase en un tono lo suficientemente alto para que llegue a Bruno. Él se levantó de su asiento dispuesto a ignorarlo, pero entonces. — No sabía que le gustaran chicos ratas homosexuales.
Bruno suspiró pesado e intentó contar hasta diez, pero antes de que siquiera sus amigos pudieran venir a buscarlo para ir al comedor juntos él se devolvió a enfrentar al chico de cabello oxigenado.
—¿Tienes algún problema conmigo? —se miraron fijamente a los ojos, y Bruno podía jurar de que si las miradas mataran él ya estaría bajo tierra.
—Solo digo lo que veo, enano. ¿Te molesta?
—Joder, ¿tanto te duele que sea más bonito que tú? —empujó a Iván con una de sus manos. Esto alertó inmediatamente a sus amigos. Sabían perfectamente que Bruno era una bomba de mecha corta.
—Por eso mismo, no eres guapo, solo eres bonito como un sucio homosexual. —respondió el alto con una sonrisa de lado disfrutando del enojo de Bruno.
—No, no, no... Vamos a almorzar, Bru —interrumpió de inmediato Sebastián cuando vio las intenciones de su amigo, y con ayuda de Camilo arrastraron al muchacho fuera del salón.
No dijeron nada hasta estar lo suficientemente lejos de Iván.
—¿¡Estás loco, Bru!? ¿Cómo vas a meterte con Iván? —exclamó Sebastián de inmediato.
—Tu prima es una idiota. Te acaba de enviar a la horca. —dijo Camilo aterrado.
—Probablemente no lo sepas porque vives en las nubes, pero, joder, Iván es uno de los chicos más populares del departamento de Ciencias, si no es que de toda la universidad.
—Él y sus amigos dan miedo... Son miembros del club de atletismo. Iván no es tan bueno como Mauro, pero todas las chicas quieren estar con él. Y su amigo Jay es el peor, es capaz de hacerte trizas.
—Y no hay que olvidarnos del imbécil de Elías. —Sebastián puso sus ojos en blanco sin poder evitar hacer una expresión de desagrado cuando lo menciono. — Ese estúpido cree que con dinero puede pasarte por encima.
—Yo... honestamente, no sé quiénes son. —murmuró Bruno avergonzado y sus dos amigos suspiraron resignados por la falta de interés de su amigo.
Él estaba por ir a una mesa a solas con sus amigos, había olvidado por completo que ahora tenía una novia, así que se sorprendió mucho cuando Garam apareció enojada y lo tomo del brazo para arrastrarlo con ella. Pero, así como él fue a la mesa de los amigos de Garam, Bruno arrastró a los suyos para no estar solo en esto.
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