El ambiente estaba siendo demasiado agradable para ser normal, y cuando por fin se atrevió a darle un mordisco a su hamburguesa sintió una fuerte palmada en su espalda poniéndole los pelos de punta.
—Realmente, Gaara, no puedo creer que hayas caído tan bajo. —escuchó cómo Seo Jun lo insultaba en su cara sin descaro.
—Oh vamos, Seo Jun… No molestes a mi bebé. —Doo Gyu se ahogó con su comida al oír como lo llamaba su prima mientras sus amigos intentaban ocultar sus rostros para no poner en evidencia que se querían morir de la risa…
—Mierda… —se quejó bebiendo agua rápidamente para así voltearse a ver al más alto, y allí fue cuando conoció a los otros tres chicos que habían mencionado sus amigos. Sí, era real. Los cuatro eran grandes… Es decir, eran lo suficientemente altos como para aplastarlo pero eran tan guapos que era capaz de decirles gracias si le golpeaban. —Realmente eres patético. Vete de una vez, que quiero comer en paz lejos de tu horrible cara. —escupió molesto, abriendo más rápido su boca que lo que su cerebro podía pensar.
—¿Qué…?
—Oh cielos, vamos, Seo… Todos nos están mirando. —mencionó el chico de cabello anaranjado, tomando del brazo al grandulón para llevárselo lejos de la mesa donde estaba Doo Gyu pero aun así logró oír cuando dijo…
—¿Acaba de llamarme feo?
Una sonrisa había aparecido en el rostro de Doo cuando sintió que ganó la batalla, pero pronto se le borró la sonrisa al notar que todos, absolutamente todos los estudiantes del comedor los estaban mirando mientras cuchicheaban entre ellos. No estaba cómodo. No estaba nada cómodo y Gaara lo sabía. Ella acarició su espalda para reconfortarlo sintiendo culpa por la manera en que involucró a Doo Gyu pero ya estaba hecho y ahora simplemente debían continuar con la farsa.
Fue difícil terminar de almorzar cuando tenía unos ojos pegados en su espalda como si desearan apuñalarlo, y más complicado se volvió dentro de clases tras tener que sentarse nuevamente frente al asiento de Seo Jun. Lo que tenía de guapo lo tenía también de imbécil, y lo peor de todo, es que este era solo el comienzo de su martirio.
Lo odiaba por ser de su gusto, y odiaba ser odiado injustamente por el ex de su prima.
Al llegar a casa, lo único que logró hacerlo feliz fueron los diez mensajes de @satoru_12jun y, aunque no era nada romántico, él se conformaba con ser extrañado por el chico desconocido. Así que esa noche hablé con él por llamada mientras jugaban Dark Paradise y le contaba una historia distorsionada de lo que fue su primer día de clases… Omitió muchas cosas en el camino, pero lo que sí dijo, fue que había un chico muy molesto que ahora lo odiaba sin motivos y que no quería regresar a verlo mañana.
—@satoru_12jun :
Ojalá pudiera estar ahí para ayudarte…
aunque no lo creas soy fuerte
—@bear_gyu03 :
¡Oh vamos, eres un niño rata!
y otaku
seguro debes ser un debilucho
—@satoru_12jun :
¡¡Hablo en serio!!
Mis puños podrían noquear a ese idiota que te molesta
Osito…
—@bear_gyu03 :
Desearía verte…
—@satoru_12jun :
¿Por qué? ¿Estás enamorado de mí?
Doo Gyu sabía que él estaba bromeando pero aun así quedó paralisado sin poder responderle de inmediato. ¿Cómo podía decirle que le gustaba cuando ni siquiera le había visto la cara? Además… aun no sabia la orientación sexual del "otaku" pese a que suele ser muy coqueto con él.
—@satoru_12jun :
¿¿¿Osito???
Se que sigues en linea, no te enojes conmigo
sabes que era una broma
jajajajaja
No creo que seas…
—@bear_gyu03 :
OTAKUUUU
Debo irme, mi madre me descubrió
Lo siento, buenas noches.
Suspiro con pesadez escapando de ese chat. No quería leerlo más ni mucho menos escucharlo. No pretendía ser amado por alguien que nunca lo vio pero iba a romperle el corazón si justo esa persona resulta ser homofóbica. De todos modos, no mintió mucho porque en cuanto terminó la conversación se fue a la cama para dormir sin poder dejar de pensar en lo que pasó en su primer día de clases… sobre todo… descubrir la existencia de Choi Seo Jun.
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