Cuando llegué a la casa con los ojos hinchados y las lágrimas secas por todo mi rostro, el primero que me recibió fue Seung Hwa quien sin preguntar me abrazó. No dije absolutamente nada al respecto, solo me aferre a él y lloré, porque mi mente ahora mismo era un jodido desastre, una guerra entre un millón de sentimientos que Young Soo provocaba en mí y también aquellos pensamientos negativos que eran producto de una oscuridad que descansaba en el fondo de mi corazón.
Me sentí débil, me sentí increíblemente frágil, pero sobre todo... sin palabras. No sabía si realmente deseaba hablar al respecto, pero luego recordé que Sun Hee me había marcado numerosas veces antes de mi escena dramática con Kim, y que aun no lograba saber nada de ella, y para peor... no estaba en casa.
—Sun Hee... —susurré en un tono débil buscándola con la mirada mientras me separaba poco a poco de Seung Hwa.
—¿Si? ¿Qué pasa con ella? —preguntó con confusión pintada en todo su rostro.
—¿Dónde está? Tengo unas diez llamadas perdidas de ella y no me ha cogido el teléfono.
—Oh... bueno... tenía entendido que estaba en una cita, que raro que no respondiera. ¿Deberíamos preocuparnos?
—¿Una cita? ¿Una cita con quien? —pero ella no nos dio mucho tiempo para entrar en pánico, ya que pronto la escuchamos entrar por la puerta cantando con su voz alta y chillona como toda boba enamorada. Me alegraba mucho verla así, esa sonrisa solo podía significar una cosa, y esa cosa era que todo había salido bien para ella. No como...a otros, bueno, a mi.
Ella quedó paralizada cuando hicimos contacto visual, y es que supongo que aun no caía en lo que estaba pasando, ni siquiera yo sabía lo que estaba sucediendo.
¿Por qué me llamó tantas veces como una maniática si todo andaba bien?
—¡Oh, chicos! ¿Me esperaban? —pregunto confundida al ver nuestros rostros pero luego se fijó especialmente en el mío volviendo su expresión de confundida a preocupada. —¡Oh, mierda! ¿Qué ha pasado? —me quede en silencio al recibir esa interrogante, aun no sabia si tenia ánimos de ponerlos al día pero cuando estuve a punto de abrir la boca Seung Hwa me salvo.
—Bueno... siendo honesto yo tampoco sé qué ha pasado con hyung ya que... simplemente llegó así. Pero... él estaba muy preocupado por ti Sun Hee...
—¿Por mi?
—¡Si! ¿¡Quien no se preocupa si le dejas diez llamadas perdidas y luego no coges el teléfono!? —le regaño Seung Hwa, y como si hubiera presionado alguna especie de interruptor que le devolvió la memoria a Sun Hee, ella reaccionó de inmediato acercándose a mí para tomarme por los hombros y decirme seriamente.
—Tu y yo debemos hablar, pero antes tienes que decirme que te ha pasado.
—Está bien, pero primero tomen asiento. —suspiré resignado.
Si realmente debía ser honesto con mis amigos, no tenía ni un milímetro de ganas de contarles todo lo que había sucedido con Young Soo, pues pese a todo, no deseaba dejarles una mala impresión de quien ahora tiene mi corazón. De alguna manera... una parte de mi rogaba que todo se arregle entre nosotros y se borre para siempre ese horrible recuerdo desafortunado, pero también me sentía culpable e idiota por pensar de esa manera.
Bebimos un poco de un viejo vino que teníamos guardado para alguna ocasión especial, y mi lengua se comenzó a soltar contándoles con confianza el tipo de relación que llevaba en secreto con Kim, y como yo mismo había sugerido que sea de esa manera ganándome por supuesto un regaño por parte de un Seung Hwa un poquito pasado de copas. No les comenté todo con lujos y detalles pero sí lo suficientes como para recibir ayuda psicológica por parte de ellos.
Sun Hee se veía más seria de lo normal, como si estuviera analizando todo lo que le estaba contando, y en definitiva era lo que hacía ya que después de todo ella no había bebido tanto como nosotros, y buscaba la manera más adecuada y madura de hacerme abrir los ojos. Sabía que si me lo decía ahora en este estado yo podría cometer algún tipo de locura y no era ni el momento ni la hora para comportarme como un pendejo, pero también ella no quería meterse ni influir demasiado en nuestra relación.
Su plan era hacer que nos reconciliemos de una buena manera, y que yo me entere de lo que en verdad pasó por boca de Young Soo y no por terceros. No había que olvidar que Kim también era su amigo, y sería muy lamentable que ella hiciera el trabajo por él logrando quizás que yo aun sabiendo la verdad no tenga cara para volver a dirigirle la palabra.
Esa noche dormí con la duda, pues ella no fue capaz de decirme sobre que quería hablar al verme ebrio pero yo no me puse muy insistente al respecto.
Al día siguiente ella vino a mi habitación con un delicioso desayuno preguntándome si recordaba algo de todo lo que había dicho la noche anterior, y claro que recordaba todo, sobre todo la confesión de Young Soo que aun se sentía como un puñal en el corazón. Sun Hee se sentó a mi lado y mirándome a los ojos me dijo que debería considerar escuchar la versión de Young Soo de las cosas, ya que tal vez las cosas no eran como yo pensaba y lo había distorsionado todo en mi mente. Mi primera reacción fue enojarme con ella, pero cuando vi como me miraba logre brotar la duda y la esperanza en mi mente.
Pero aun cuando ahora tenía curiosidad de lo que tenía Young Soo para decir o justificar lo que vi, yo no me sentía listo para oírlo. Porque pese a que tal vez era bueno, mi mente no dejaba de imaginarse los peores escenarios.
"Ya no me eres necesario."
"Eres asqueroso, Yun."
"No me gustan los hombres."
Ese tipo de comentarios los escuchaba una y otra vez en mis sueños despiertos, y lo peor era que todo salía de los labios de un Young Soo que no era real.
Ese día, él no me buscó, pero cada vez que pasaba frente a él podía sentir su mirada cargada de una profunda tristeza. No quería sentir lástima, pero me sentía miserable al hacerle mostrar ese tipo de expresión. Si yo soy lastimado, ¿por que parece que quien sufre mas es el? Al final de mi jornada él no me siguió pero cuando llegué a casa noté que en mi bolso había un pastelillo bien envuelto junto a una nota. No necesitaba pensar demasiado, sabía que era él, y aunque tenía el impulso de botarlo, no podía ser duro con él.
"Sunbae, perdóname si te parezco molesto, se que odiaras ver mi rostro todos los días, quizás lo mejor sea cambiar el turno laboral pero yo... aun si me odias, soy feliz con solo verte existir. Eres el mejor..."
Era sorprendente cómo con tan solo un par de palabras lograba ablandar mi corazón pero también como en cuestión de segundos él lo destrozó cuando lo tuvo a su poder. Me comí ese primer pastelillo de muchos más que llegaron junto a innumerables notas de disculpas y arrepentimientos, porque aun no podía catalogarlas como "románticas". Young Soo me conocía tan bien que no me dejaba pastelillos todos los días, y otras veces me dejaba flores sin ninguna palabra recitada, solo un simple detalle que me hacía cuestionarme mil veces si debía hacerle caso a Sun Hee quien no dejaba de insistir día y noche con que debía oír la declaración de quien yo consideraba culpable.
Lo que no sabía era que, por culpa de mi terquedad, mis mejores amigos conspiraron en mi contra, aunque hoy en día no soy capaz de culparlos. A mi espalda crearon algunos supuestos planes para que yo me reuniera con Kim, ninguno parecía ser demasiado perfecto, hasta que un día a Sun Hee se le encendió la lamparita y podría funcionar si Young Soo, la figura principal, cooperaba. El no estuvo del todo de acuerdo cuando Sun Hee le planteó su plan, ya que sabía que ella a veces no era muy buena para realizar este tipo de tareas a espaldas mías pero se quedó más tranquilo cuando supo que Seung Hwa la estaba ayudando. Aun así, le daba algo de terror enfrentarme cuando después de haberse confesado yo lo rechace sin miramientos. Tenía miedo de salir lastimado, pero no tenía nada que perder con intentarlo una vez, pues lo peor que podía pasar era perderme para siempre y tenía de mí para mucho tiempo más.
En clases de lenguaje visual nos pidieron hacer un análisis de obra en pareja, y como esa clase la doy con Seung Hwa, y de hecho nos sentamos juntos, nos tocó hacer pareja. Como tenemos diferentes horarios laborales yo le dije que me dijera cuando él pudiera para así poder coordinar, lo que no sabía era que luego en un futuro él usaría esto a su favor para reunirme con Young Soo. Todo inocente caí en el plan de Sun Hee, y cuando recibí el mensaje de Seung Hwa citando en cierto horario en una de las galerías más cercanas lo que menos pensé era que iba a encontrarme con otra persona. No me había arreglado demasiado y llevaba mi bolso con el que siempre voy a la universidad, pesado y minado de apuntes que "iban a ayudarnos" con el trabajo.
—¿Cómo puede ser que no pueda encontrarlo en un sitio tan pequeño? —me queje en voz alta frustrado por cargar con tanto peso, y pensando que tal vez Seung Hwa estaba siendo impuntual, algo que por cierto sabe que detesto. Espere unos minutos observando una de las obras más llamativas del lugar, a primera vista sabía que transmite melancolía, no necesitabas ver una cara triste para sentir tal sentimiento, el juego de colores y la composición te ayudaba a transmitir mucho más que una persona.
Doblemente frustrado probé con llamar a Seung Hwa, pero no me respondía la llamada, solo me mandaba mensajes diciendo que estaba cerca y que lo esperara en el jardín de la galería. Me molesto, pero fuera de eso, como si mi intuición lo estuviera percibiendo, comencé a sentirme ansioso a medida que iba acercándome al lugar acordado.
Solo bastó que atraviese el arco de madera que daba al jardín para que pudiera verlo, parado de espalda al gran árbol mirando hacia mi dirección. Como si fuera planta no me podía mover, no podía entender qué demonios estaba haciendo Young Soo ahí, pero luego mi mente grito "Sun Hee" y no tuve que pensarlo demasiado para entender qué estaba pasando.
Cuando al fin pude reaccionar tuve el impulso de retroceder dando entender que tenía todas las intenciones de salir huyendo una vez más, pero no se en que momento Young Soo se acerco a mi, y tomo de mis manos fuertemente sin dejar de tratarme con mucho cuidado, como si temiese a que fuera a romperme allí mismo frente a él una vez más.
—Sunbae, por favor... —suplico.
—No... yo... Esto es un error, tengo que ir a casa.
—Yun... te lo suplico, dame la oportunidad de al menos hablar una última vez contigo, por favor... no me dejes. —Kim se oía tan lamentable que me partía el corazón, pero yo no quería ser el tonto que lo perdonara con unas simples palabras. Era débil y no quería que se aprovechara de eso.
—Ah... está bien, pero hablemos aquí. —suspire rendido, y camine con él hasta la banca que se encontraba debajo del árbol principal. Tenía suerte que como era un día de semana no estaba tan transcurrido pero de todos modos me ponía nervioso hablar en público a pesar de que fue "mi idea". —Habla de una vez... sabes que me da ansiedad, Kim.
—Uhm... esta bien, sunbae... —suspiro soltando mis manos. —no quiero sonar fastidioso, se que lo detestas pero no quiero que pases por alto lo que te dije aquel día. En verdad Yun, yo te amo muchísimo, no se como, no se que paso, pero yo no puedo pensar en la idea de estar con alguien más. No se si esto me hace gay, honestamente no me importa, pero yo te quiero a ti... y con respecto a lo que viste con Jung Eun... antes de que llegaras ella y yo estábamos discutiendo. —quería preguntar más pero quería seguir firme y no flaquear tan rápidamente. —Ella me estaba reclamando porque paso mucho tiempo contigo, y que tuviera cuidado porque tu eres abiertamente gay, que todos lo saben y que seguramente van a burlarse de mí, que le parecía asqueroso que yo me relacione contigo porque parecíamos pareja. No podía golpearla porque es mujer... pero las ganas no me faltaron cuando te ofendió, aún si no puedes oírla yo me enoje demasiado y... bueno, le he gritado y le he dicho muchas verdades que al parecer le molestó.
—No entiendo... —susurré confundido. Si estaban peleando... ¿por qué vi lo que vi? ¿me estaba tomando el pelo?
—Ella me grito que seguramente ahora yo era un sucio homosexual, y yo no me aguante y le dije que me gustabas mucho, se que me pediste que lo mantuviera en secreto pero se sintió bien decirle por fin que me gustabas. Me sentí libre pero... eso empeoro las cosas. Jung se ofendió tanto que me dijo que iba a curarme lo gay y se colgó para besarme. Yo ni siquiera le he correspondido, pero no sabía cómo quitármela de encima sin hacerle daño, ya que conociéndola... si le dejaba algún tipo de marca o la empujaba montaría todo un escándalo.
—Pero... —trate de asimilar todo lo que me estaba contando, y sabía que no me estaba mintiendo pero era difícil también para mi la situación. —¿Por qué no...? ¿por qué no me buscaste? —cuestione angustiado mirándolo fijamente a los ojos.
—Ella te vio, sunbae... Ella te vio y se puso loca, montó todo un drama para retenerme allí e incluso me lastimó. Yo no puedo creer que sea tan...
—Es una perra loca. —gruñí con rabia.
—¡Si es! Y yo no podía hacer nada... ah, lamento que hayas tenido que ver eso, de todos modos yo iba a contarte, sabes que entre nosotros no hay secretos. Realmente quisieras que me perdones...
—No hay nada que perdonar, Young Soo... —suspire con mi mente hecha un completo desastre. —Yo...lo siento mucho, pero necesito tiempo para pensar... a solas.
Se que tal vez él esperaba que me abalanzara a sus brazos, lo perdonara, y todo sea como antes, pero esto me estaba superando y lo único que ahora quería era regresar a casa. Me despedí de él agitando débilmente mi mano, él se veía triste pero yo... aun estaba triste y ahora que sabía la verdad de los hechos no sabía cómo enfrentarlo.
Al llegar a casa estaban Sun Hee y Seung Hwa en el living como si estuvieran esperando por mi, pero yo hice una señal con mi mano para que evitaran hacerme preguntas y deje mi bolso a un costado. Estaba agotado tanto física como mentalmente, y lo que menos quería era hablar. Se que lo que hicieron fue con la mejor de las intenciones pero no tenía ánimos para agradecer, solo quería encerrarme en mis cuatro paredes y dejar que mi cama absorbiera mi cuerpo, en lo posible una eternidad.
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