En las afueras del Imperio Cavallino.
En una fabrica de energía nuclear abandonada y reconstruida trabaja el Dr. Malakias, conocido como Malaquita según leyendas urbanas. El lugar donde se enviá a los enemigos del imperio y del que nunca regresan. El lugar al que te envían si no cumples con las leyes del imperio. Pero lo que realmente se hace en Malaquita es Medicina.
En Malaquita se fabrican todos los medicamentos que se usan para el tratamiento de los soldados heridos del Imperio Cavallino y cualquier otra nación que pague bien.
El Consejo haría mejor en formar realmente a la gente en medicina, pero el Consejo Everista lo declaró ilegal hace mucho tiempo. Una de las razones por las que el Dr. Malakias abandonó el Imperio hace mas de 90 años y también la misma razón por la que el trabajo de medico de la armada había recaído en los Ingenieros Biotécnicos del Imperio, tales como el Dr. Isaac Erhlich.
El
Dr. Isaac tenía poca formación como medico pero mucha experiencia
remendando soldados, reimplantando miembros, inyectando la sustancia
viscosa rosa en heridas profundas y viendo cómo se regeneraban los
tejidos, pero era caro y sólo los soldados de mayor rango podían
permitírselo. El resto tenía grapas y piezas cibernéticas si
querían pagar a largo plazo.
Se encontraba comprobando los últimos pagos de los pilotos tratados y los registraba en el sistema; el último pago, un piloto llamado Lukaus Risengance había pagado el setenta por ciento de su deuda por brazos cibernéticas. Lo puso con el resto de los expedientes y esperó la llamada. Sabía que le iban a llamar, siempre lo hacían después de las misiones.
Y allí estaba la llamada.
Otro
grupo de soldados heridos a los que reconstruir.
En
lugar de la cristalería y las piezas mecánicas habituales, hileras
de soldados heridos ocupaban los laboratorios. Salpicaduras de sangre
aquí y allá. Isaac se ajustó sus relucientes gafas azules.
No
había ningún médico para atenderlos, sólo científicos obligados
a remendar miembros y coser heridas abiertas con cualquier cosa que
pudiera mantenerlas cerradas, él mismo incluido como uno de los
"médicos".
Dividió
a los soldados por rangos y delegó las órdenes de tratamiento en
sus asociados y algunos enfermeros. Se detuvo junto a la camilla de
un piloto de alto rango, el de mayor rango. Le reconoció
inmediatamente por su cabello rojizo y ordenó trasladarlo a su
laboratorio de Investigación.
Una vez allí, ordenó a todos
que se marcharan.
Se puso sus guantes de trabajo y empujo la camilla del piloto que aún llevaba parte de la armadura.
Se
inclinó sobre el piloto. -Comandante Diether, tsk tsk. ¿Qué has
hecho esta vez? -Pinchó la armadura con un cuchillo Ivosy. El
cuchillo se hundió y cortó la armadura. Cuidadosamente inspeccionó
el daño hecho. -Azul, revisa los huesos. -
Un enorme ojo robotico azul descendió del enredo de cables del techo con sus dos brazos mecánicos, respondía al nombre de Azul y seguía solo las ordenes del Dr. Isaac. Azul fue creado y programado con Inteligencia Artificial por el mismo Dr. Isaac para ayudarle en la atención medica.
[Beep, boop, Escaneando....Escaneo finalizado]
Una de
las pantallas mostró la imagen de los huesos del Comandante Diether.
-Roto, roto, ese está dislocado.- Dijo señalando la imagen.
[¿Y el brazo? Bip]
-¿Qué
brazo? Oh... Santo Ivosy. Prepara una base para el brazo-
[Okies,
beep, boop.]
-Bien,
es hora de operar. Tiró los guantes y cogió un bisturí y unas
pinzas-.
[Olvidó
ponerlo en modo de suspensión.]
-Oh
sí, haz eso, Azul.-
Azul tomo uno de los viales marcados con el sello de Malaquita. La etiqueta leía “Regenerador súper potentado a la 1000X. Uso Restringido.”
Un
brazo con una aguja pinchó a Diether. La IA le pasó un montón de
cables de aspecto plástico, los insertó en el brazo estropeado e
intentó reconstruirlo, era como hacer esculturas de arcilla pero más
sangrientas. Cuando terminó, cogió una pistola y le inyectó una
sustancia viscosa de color rosa. Azul manipuló una bandeja con un
guante extraño, era un guante de piel sintetizada. Deslizó el
guante en el brazo y le puso más sustancia viscosa rosa.
-Ahí va. Ahora a activar las nanomáquinas. -
Azul
le paso otra pistola. Esta hacía chispas y ruidos chisporroteantes.
Le puso una aguja. Y pinchó el brazo aquí y allá. El brazo se
movió y retorció. Isaac agarró el brazo y lo envolvió
delicadamente con vendaje luego lo acarició.
-Un brazo fino y perfecto, y yo lo hice. Haz una foto, Azul-.
Isaac
posó acariciando el brazo y Azul tomo la foto. Colocó con cuidado
el brazo en la cama. Se despidió de Azul con la mano y se fue no sin
antes ordenar a Azul llamar al personal para que ubicaran al
Comandante en la sección de recuperación y limpiara la sala.
Al finalizar la limpieza Azul se quedo procesando las fotos y los archivos de la operación para adjuntarlos al archivo del Comandante.
[Beep,
boop. Operación: Exitosa.]
Comments (0)
See all