“Oye… Mira, no sé cómo supiste el nombre del juego pero no importa” dijo Mitsuru. Al esperar una respuesta que no llegó, no pudo evitar mirar al otro con preocupación. Se quedó pensando en qué decir y decidió intentar otra vez.
“Lo más seguro es que se me olvidara tal y como dices, de lo contrario no tendría lógica. ¿O quizá viste la caja del juego? Daitaro, no pasa nada…”
“No es eso, es sólo…” Daitaro respondió con esfuerzo.
“¡Woof! ¡Woof!”
Ante los ladridos que creía percibir como unos expresando preocupación, Daitaro alzó la mirada y le sonrió cálidamente.
“Descuida, Hachi, estoy bien” dijo el niño al ahora pasar a verse un tanto decaído.
“¿Es la sensación de deja vu de nuevo?” preguntó Masaru con curiosidad. Daiki y Mitsuru se vieron intrigados por esto pero decidieron no comentar nada por el momento.
“No…” murmuró Daitaro al entonces reír brevemente y mirar a la torre de hot cakes. “Al contrario, siento como si hubiera olvidado algo”
Dicho esto, los niños se quedaron callados. Un silencio incómodo reinó sobre ellos por unos segundos, esto, hasta que observaron a Daitaro servirse un hot cake y empezar a comer. Agradecían esto, pues podían imitarlo y comer en silencio. Mitsuru miró su consola, y justo después de apagar la pantalla, se dispuso a comer.
Consciente de que había vuelto las cosas incómodas con su hermano, Daitaro intentó remediar la situación en cuanto pudo recuperar su compostura.
“Mitsuru, ¿de qué trata ese juego?”
“¿Hm?”
“Me da curiosidad saber por qué te está gustando”
“¿Entonces no sabes de qué va?”
“No, de ahí que pregunte” Daitaro contestó con una sonrisa. Mitsuru se quedó pensando. Lo miró con sospecha por un momento, pues no sabía si estaría mintiendo, pero… Extrañamente creía que estaba siendo sincero.
“Bueno, es un juego de supervivencia donde los personajes deben cuidarse de no comer demasiado”
“¿Qué? Eso suena muy estúpido” comentó Daiki sin poder creer que algo así tuviera a su hermano anclado a la pantalla.
“Y no estás equivocado en que suena así, pero, es más complicado de lo que parece” dijo Mitsuru “En la mayoría de los juegos de supervivencia, la clave es buscar comida para sobrevivir, pero…, en este, la dificultad consiste en decidir el momento adecuado para comer, pues al darles comida, los personajes te siguen pidiendo más y más”
“¿Eh?” Masaru arqueó una ceja al escuchar eso. No era un loco por los videojuegos como su hermano, pero… Debía admitir que eso sonaba muy raro.
“Sí, digamos que entre más comida les des, más comida necesitan, más comida te piden y gestionar sus acciones se vuelve más difícil” comentó Mitsuru. “Es extraño pero creo que es interesante”
“¿Y qué entonces no puedes pasar el juego si tan sólo no les das de comer?” preguntó Daiki.
“No es tan sencillo, de lo contrario me habría pasado el juego ayer” Mitsuru le dedicó una expresión equivalente a llamarlo ‘tonto’. “Pero tiene sentido que llegaras a esa conclusión obvia”
“Oye…” Daiki entendió la implicación y lo miró con enojo. “Será obvio pero, ¿acaso no intentaste hacer eso?”
“No, ya que cuando empiezas el juego se ve que necesitan comida. Aunque pueden durar un día o más sin comer y no les pasa nada, así que sí puede engañar a los más ingenuos. Con esto quiero decir que es normal que uno crea que es necesario estarles dando de comer”
“¿Y no puedes vencer el juego en esos días donde los personajes no comen?”
“Es difícil, ya que se requiere de energía para que los personajes puedan vencer a los monstruos… Por lo que si ninguno come, entonces nadie puede vencerlos y terminas muriendo por hambre o al ser asesinado por uno de los monstruos”
“...Hm, ¿y qué hay de que sólo uno sea el que coma? ¿Se puede?” sugirió Daitaro.
“Sí, eso es lo que estoy haciendo de hecho” dijo Mitsuru “Sólo me interesa la historia así que no es como que quiera hacerme la vida más difícil tratando de encontrar una mejor manera”
“¿No es la mejor manera entonces?” Masaru preguntó mientras masticaba. Mitsuru negó con la cabeza.
“En teoría es lo más lógico. Son seis personajes, por lo que si uno es el que come para derribar a los monstruos… Los cinco restantes se salvan y no te abrumas con la distribución y demanda de alimentos. Tienes a uno pidiendo comida y es fácil atender su necesidad de comida, pero…”
“¿Pero…?”
“Digamos que se vuelve más salvaje al atacar y eso hace que pierda vida más rápido” respondió Mitsuru dirigiéndose a Daitaro. “Vence a los monstruos más rápido pero su barra de vida cae…, así que al recurrir a esto, terminas sacrificando a un personaje por el bien de los demás” explicó “Debe haber alguna forma de que todos sobrevivan sin que uno como jugador se abrume por la demanda de comida…, pero es más fácil sacrificar a uno para que los demás vivan y yo pueda disfrutar la historia” concluyó satisfecho.
“Eh… ¿Así que estás tomando el camino fácil?” preguntó Daiki “Creí que tenías más determinación que eso”
“¿Fácil? ¿Tienes idea del noble sacrificio de ese personaje? Será fácil para quien lo escuche, pero no debe ser fácil decidir renunciar a tu propia vida por defender a los demás” explicó Mitsuru satisfecho de su explicación. “Así que hago una opción tormentosa y difícil…, siendo más eficiente con mi tiempo y logrando ver el final cuanto antes. No quiero estar pegado al juego toda la vida ni me interesa desbloquear todo al 100%”
“Eh… Qué pésimo jugador eres” dijo Daiki. Mitsuru asintió.
“Siempre puedo ver los otros finales en internet o jugarlo de nuevo meses después”
“...Hm, así que lo haces ya que te interesa conocer el final” comentó Daitaro tras escuchar todo. Mitsuru asintió.
“Pienso que todo se vale mientras llegues al final y hayas conocido la historia. Si tu elección te lleva al verdadero final o encuentras una manera de resolverlo que no ocupe tantos sacrificios, eso debería ser lo mejor”
“Eso sigue sonando a que intentas justificar tu forma floja de jugar” dijo Masaru “Pienso que es algo cruel sacrificarlo sólo por ahorrarte tiempo”
“Masaru, es un videojuego, ¿qué importa? Me importa más no desperdiciar mi tiempo en cosas innecesarias”
“Que juegues eso ya es desperdiciar tu tiempo en algo innecesario” dijo Daiki. Mitsuru se cruzó de brazos y lo miró con sospecha.
“¿Ah, sí? ¿Y tú qué harías si tuvieras que jugar? ¿Cómo pasarías el juego tomando en cuenta lo que te dije?”
“No lo sé y no me importa” dijo Daiki “Sólo digo que tus palabras no tienen sentido con lo que haces”
“Heh, me supuse que no se te ocurriría nada mejor” contestó el rubio con una sonrisa pícara. “El tonto de mi hermano no quiere siquiera intentar resolver la situación, haha, eres como ese personaje que sobrevive a costa de los demás”
“¡Que no quiera pensar en tu estúpido juego no hace que yo sobreviva a costa de alguien!” exclamó Daiki molesto. “¡Además! ¡Tú eres quien está salvando a cinco personajes decidiendo sacrificar a alguien!”
“Al menos así sobreviven cinco, ¿tú a cuántos salvarías? Seguro que se te mueren todos”
“...Mitsuru, sigo sin creer que matar a uno sea la respuesta…” dijo Masaru.
“Evidentemente no lo es, como bien dije, debe haber otra manera pero no me interesa perder el tiempo encontrándola”
“...Así que sí lo intentaste pero no pudiste” concluyó Daitaro al quedarse pensando. Mitsuru se quedó en silencio por unos segundos antes de mirar hacia otro lado y cerrar los ojos con indignación.
“¡Dije que no quiero perder el tiempo pensando en eso!”
“Eh…” Masaru y Daiki sonrieron burlones al darse cuenta. Compartieron miradas que contenían sus ganas de reírse.
“Así que en realidad sólo eres estúpido” dijo Daiki. Masaru dejó escapar una risa antes de que ambos se rieran con mucha fuerza.
“¡Oigan, no se rían!” exclamó Mitsuru al ahora ver con reclamo a Daitaro. El pelirrojo miró a los otros riéndose, por lo que se disculpó inmediatamente después.
“No era mi intención delatarte… Lo siento”
“¡No estás ayudando!”
“¡Mitsuru, qué mal perdedor eres!” exclamó Masaru. Daiki asintió con fuerza.
“Seguro que no estuvo más que muriendo una y otra vez hasta que se le ocurrió recurrir a esconderse detrás de un personaje”
“¡No es verdad!” Mitsuru hizo un puchero antes de quedarse callado, pues creía que sólo estaba echándole leña al fuego.
“Oigan, no se rían tanto de Mitsuru…”
“Daitaro, ¿tú qué harías entonces?”
“¿Ah?”
“Ya que provocaste esto, responde, ¿tú cómo pasarías el juego?” preguntó Mitsuru en una especie de despecho.
“Yo…” Daitaro se quedó pensando en esto. “Quizá haría lo mismo que tú”
“Haha…¿Eh?” Daiki y Masaru dejaron de reírse al escuchar esto. Era una respuesta tan ajena a lo que Daitaro diría que ahora lo miraban muy extrañados.
“Daitaro… ¿tú igualmente serías tan cruel como para sacrificar a los tuyos con tal de salvarte?” preguntó Masaru.
“No imaginé que estuvieras en el mismo nivel de Mitsuru”
“Sé que se divierten diciendo eso, pero, esa no es la situación” dijo Mitsuru. Los otros dos lo ignoraron con tal de escuchar la respuesta de Daitaro.
“Bueno… Es sólo que probablemente usaría al personaje principal para ese sacrificio, por lo general te dejan ponerle tu nombre, ¿no?” preguntó Daitaro. Mitsuru asintió.
“Si te dejan nombrarlo, creo que eso sería lo que haría. Pienso que si alguien debe sacrificarse, es el jugador”
“Hm, tiene sentido dentro de la forma de ser de Daitaro” dijo Daiki sonando satisfecho. “¿Qué hay de ti? ¿Sacrificaste al protagonista?”
Ante la pregunta, Mitsuru desvió la mirada y guardó silencio.
“Cobarde” dijo Masaru.
“Gallina” Agregó Daiki.
“De acuerdo… No pienso quedarme a recibir insultos gratuitos…” Mitsuru se puso de pie en un intento por irse de la cocina.
“¿A dónde vas? Te toca lavar los platos junto a Daiki” dijo Daitaro al ahora ver cómo el otro aceleraba el paso. “
“¡Oye, no huyas!” exclamó Masaru al correr detrás de él. Daiki observó la escena pero prefirió quedarse comiendo. Daitaro lo miró con curiosidad.
“¿No piensas correr también?”
“Prefiero acabar de desayunar, de todas formas no tengo pensado lavar los platos”
“¿Qué? Pero…”
“Dejando eso de lado, mejor explícame por qué crees que sacrificar al protagonista es lo más apropiado”
“¿...?” Daitaro lo miró de forma interrogante; sin embargo, captó poco después. “Te refieres al juego de Mitsuru…”
“Sí, me llamó la atención que dijeras eso”
“¿Pero qué no acabas de decir que era una respuesta que esperabas de mi?”
“No, dije que tenía sentido por tu forma de ser, pero… No entiendo, ¿crees que es lo mejor porque es lo más fácil?”
“No que sea más fácil, pero…Por lo que dijo Mitsuru, me dio la impresión de que el resto del equipo sufre cuando están pidiendo comida”
“¿Por qué pensarías que están sufriendo?”
“Bueno… Justamente porque Mitsuru dijo que los del equipo están bien sin comer pero entre más comida les das, más comida necesitan” explicó Daitaro “Me imaginé que quizá sienten hambre más rápido, por lo que darles más comida sólo hace que se vuelvan un pozo sin fondo…”
“Hmm…, sí, supongo que eso tiene sentido” respondió Daiki al quedarse pensando.
“Es como cuando uno toma refresco para quitarse la sed pero sólo provoca que le dé más sed” comentó Daitaro con una sonrisa. “Si me pongo en los zapatos del protagonista…, no querría ver a los de mi equipo sufrir por necesitar más y más comida. Además, no sé qué tan viable es dejar de darles de comer una vez que empiezas…, pero sonó a que eso no es posible debido a la demanda”
“Ya veo, aunque… ¿No prefieres pensar en cómo salvar al protagonista?”
“¿Hm?”
“Me irrita un poco escucharte, ya que suena a que te sacrificarías sin pensarlo mucho” dijo Daiki al ver su comida con algo de conflicto. “No me gusta escucharte hablar así”
“Haha, Daiki, sólo estamos hablando de un juego, no tienes porqué preocuparte”
“Lo sé, pero… Me gustaría que al menos pensaras en una alternativa donde tú puedas estar bien”
“Daiki…”
“Nadie quiere que te sacrifiques, así que no lo hagas”
Daitaro sonrió cálidamente ante el comentario. Le conmovía escuchar a su hermano preocupado.
“Sí que te lo tomaste como si fuera algo que haría. Descuida, no podría hacer eso” dijo Daitaro “Tendría que perder la cabeza como para recurrir a algo tan extremo”
Daiki lo miró con sospecha antes de fruncir el ceño y regresar su atención a su comida.
“Piensa un poco en cómo se sienten los demás, tonto”
“Lo siento… No quise hacerte sentir mal, Daiki” Daitaro se vio un poco arrepentido al ver que el contrario se había tomado muy personal lo que había dicho.
“No me siento mal, sólo me enoja que hables así” dijo Daiki “Por lo que será mejor que pienses en una solución que no sea esa”
Daitaro se quedó pensando en esto por un momento antes de sonreír con algo de burla.
“Lo haré si aceptas lavar los platos”
Inmediatamente, Daiki pasó de verse en conflicto consigo mismo a ver a su hermano con incredulidad.
“...¡Mitsuru, ésperame!” exclamó Daiki al salir corriendo con tal de evitar lavar los platos. Daitaro se quedó descolocado por un momento. Su hermano sí que podía correr rápido cuando quería.
El pelirrojo cerró los ojos segundos después y se quedó contemplando la conversación anterior. De alguna manera agradecía que Daiki hubiera salido corriendo, ya que… Aunque en ese momento le diera vueltas en su mente, no se le ocurría otra opción. Por lo que quizá…
No había otra manera más que esa.
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