La música retumbaba en los oídos de Matt mientras sus pies rebotaban en el suelo, el sudor cubría su cuerpo y su temperatura era alta.
Pronto dejó de tropar y bebió de su botella de agua.
El sonido dejó su oídos y pasó a su boca, Matt cantaba mientras veía como dos patos, posiblemente esposos, discutían por un motivo desconocido, él sonrió y recordó a cierta persona.
- ¿Qué debería preparar para comer? - sonrió.
*Craaaack*, se escuchó.
Una gotita cayó en la nariz de Matt.
Los relámpagos asustaron a los patos y ambos se fueron del lugar, Matt también hizo lo mismo.
La lluvia cubría toda la ciudad.
Matt llegó a casa mojado, rápidamente se bañó, cambió de ropa y secó su cabello.
- Espero no enfermar.- dijo.
Además del sonido de la lluvia, el departamento estaba en silencio, Natsu había viajado para buscar sus pertenencias y entregar su carta de renuncia en su trabajo, Matt se había ofrecido e insistido fervientemente para ir con él, pero su novio se había negado, así que él no insistió más.
De Momento Matt iba a vivir en un departamento cerca de la empresa de su familia, pero luego se instalaría con Natsu.
Habían pasado dos meses desde que ambos habían formalizado su relación, y un mes y medio desde que Natsu se había ido.
- Que lindo día... - cantó Matt.
Finalmente iban a estar juntos de nuevo.
*Ring, ring*, sonó.
Matt corrió para contestar. - Amor, hola, ¿ya estás por llegar? - sonrió de oreja a oreja. - Bien amor, en media estoy ahí... - colgó.
*Craaaack*, retumbó el cielo.
- ¿Qué voy a preparar para comer? Tengo que pasar antes al súper. - agarró un sueter y salió del departamento.
... * Shaaaa *, la lluvia no parecía querer disminuir y el día estaba oscuro y frío.
*¡Pum!*, sonó de repente. - Tonto, las llaves del coche y mi billetera - Matt entró nuevamente, agarró sus cosas y salió de nuevo.
De camino al aeropuerto, Matt cantaba para sí mismo, solo quería llegar lo más pronto posible al lugar, al final no había pasado al súper y en su lugar había comprado la comida favorita de Natsu y un chocolate caliente.
La espera había acabado, por fin iba a abrazar nuevamente a esa bella persona, tenerlo en sus brazos, protegerlo y amarlo...
Natsu miraba como la lluvia caía, su corazón estaba tranquilo, pero sus manos estaban heladas.
El viaje había sido agotador para él, más por la repentina lluvia, en el tiempo que había estado lejos había extrañado más de lo que creía a ese pequeño demonio de cabello risado que no lo dejaba dormir en las noches.
En lo más profundo de su corazón, Natsu sonrió y deseó ver a Matt. - ¿Dónde estás tontito? - rio.
- ¡Daniel!
*Craaaack*, los truenos cayeron con más fuerza y la sonrisa de Natsu desapareció y su pulso se aceleró.
- Bienvenido hijo, vamos a casa. - la familia se dio un abrazo y se fue del lugar.
Natsu parecía desconcertado, su cuerpo de sentía helado y sus ojos estaban un poco rojos.
- ¡Natsu!
Pronto una voz conocida cubrió todo su cuerpo, su corazón se aceleró y su cuerpo se sintió caliente.
- ¡Bienvenido! Te extrañé. - Matt le dio un fuerte abrazo, Natsu reconoció aquel olor familiar, y correspondió con fuerza el abrazo. - Yo también. - contestó el joven.
La pareja no quería soltarse, pero las miradas comenzaron a caer sobre ellos y se retiraron del lugar, Matt le había puesto un sueter más grande y le había dado el chocolate.
De camino al departamento de Matt habían platicado sobre cómo se la había pasado Natsu; la lluvia ya había bajado de intensidad, pero todavía hacía frío, sin embargo el corazón de ambos se sentía cálido.
El departamento silencioso pronto se llenó de risas y del sonido de besos.
- Natsu, ve a bañarte y luego comemos, o prefieres comer antes.
- Voy a bañarme, necesito un baño de agua caliente.
- Sí, mientras calentaré la comida, ya está fría.
- Ok. - Natsu le dio un beso en el cachete a Matt, y este se sonrojó, el joven no pudo evitar reír ante su tierna reacción.
- No entres. - ordenó Natsu.
Matt vio como su pareja entraba al baño y tuvo que contener las ganas de entrar con él.
Cuando finalmente se disponía a calentar la comida para enfriar sus pensamientos, su celular sonó, era su padre.
- Padre. - contestó.
Natsu "se había olvidado" de poner el seguro en la puerta, "esperando" que nadie entrara, pero cuando vio que de verdad nadie iba a entrar no pudo evitar suspirar.
Sus manos ahora estaban calientes y su pulso estaba acelerado por la razón correcta.
- Entiendo, el lunes estaré de regreso en la oficina, agradezco que dejes a mi cargo este negocio, no te voy a defraudar. ¿Cómo dijiste que se llama nuestro cliente?
La lluvia ya había pasado, pero la ciudad aún no recobraba su ritmo.
- El señor Demian, muy bien... Gracias padre, nos vemos el lunes.
Matt colgó el teléfono y feliz fue a calentar la comida.
- ¡Matt! - se escuchó eco.
- ¿Me hablaron? - preguntó a la nada.
- Matt, olvidé mi toalla.. - el de la voz era Natsu.
Matt dejó la comida y fue por la toalla, luego fue al baño,. tocó la puerta y desvió la mirada cuando abrieron la puerta. - Tu.. tu toalla. - dijo tímido... Pero unos brazos lo jalaron dentro del baño y la puerta se cerró de golpe.
Al final, la comida no se había calentado, afuera todavía hacía frío, la lluvia había comenzado de nuevo, pero detrás de una puerta había mucho calor.
*Tin*, en su bandeja de Matt había un mensaje de su padre que decía: Se me olvidaba decirte, el señor Demian tiene un hijo, su nombre de Daniel. Confío en ti para este negocio..
*Craaaack*, los truenos habían comenzado de nuevo.
¿Qué podría salir mal si te declaras al amor de tu vida? Lamentablemente Natsu cometió ese error, un error que le saldría muy caro.
Su vida cambió de un momento a otro, de tener una vida despreocupada a tener pesadillas en las noches, pero una luz se presentó en sus días más deprimentes y, con ello, todo cambió.
Para bien o para mal, el pasado siempre va tras uno.
"Te amo" y "te quiero" son palabras fuertes que no se deben decir sin un sentido de responsabilidad, pero el odio a veces puede ser más fuerte.
Advertencia: Historia +18, contiene escenas fuertes.
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