Saliendo del departamento, Masaru finalmente soltó a Daitaro, quien primeramente miró al pelinegro antes de ver hacia el edificio.
“Sé que quieres regresar por Daiki pero no lo hagas”
“Pero…”
“No va a pasar nada, no te preocupes” dijo Masaru al sonreírle. “Además de que seguro que dentro de nada salen con tal de alcanzarnos. Daiki no puede estar mucho tiempo lejos de ti después de todo”
“Haha, bueno, yo diría que es algo mutuo…, pero sí, tienes razón, seguro que dentro de poco vienen”
“Entonces vamos” Masaru lo jaló levemente, motivándolo a seguirlo. En cuanto Daitaro hizo caso, los dos caminaron en dirección a la tienda.
“Lamento no haberte apoyado en la cocina, sé que hice mal…”
“Está bien, sé que no lo haces porque no quieres que Daiki te resienta o se ponga mal, pero, creo que ya fue suficiente. Tendrá miedo, pero sólo debemos procurar no quemar la cocina o causar algo tan fuerte que pueda hacer que nuestro tío nos corra”
“Sí… Sé que eso es lo ideal, aunque te agradezco por haber forzado la situación así” dijo Daitaro con una sonrisa. “Ahora podremos ir a la tienda sin problemas”
“¿Así que estabas esperando que hiciera esto?”
“Pero claro, no puedo no aprovechar el que me quites la responsabilidad de decidir en contra de Daiki, hehe…” Daitaro lucía un poco avergonzado por sus pensamientos. “Sabes que no me cuesta decirle que no si siento que está equivocado, pero esto era una situación especial”
“Lo sé, me imagino que es más difícil siendo tu gemelo”
“Sí, creo que es algo así… ¿Quizá algo como super empatía? A veces creo que podemos saber lo que el otro piensa”
“¿A veces? ¿No será, todo el tiempo? Pareciera que tienen poderes” sugirió Masaru muy divertido por eso.
“Supongo es la conexión que tenemos al ser gemelos idénticos” dijo Daitaro al mirar a Hachi muy contento. “¿Verdad, Hachi?”
“Woof!!” ante la escena linda, Masaru no pudo evitar notar…
“Sí que te gusta decir que son gemelos. Es como si estuvieras orgulloso de eso”
“¡Por supuesto! Me encanta que seamos gemelos, es lo que se siente más natural”
“Bueno… Claro que se siente natural ya que eso es lo que conoces”
“Hehe, sí, supongo… Pero es así”
“¿Y no te molesta que Daiki no piense igual?”
“Claro que no. Sé que Daiki también se siente a gusto con eso, sólo que no es muy honesto con lo que siente muchas veces… Hm, aunque supongo también le ha de molestar algunas veces no ser visto como su propia persona. Ya sabes, cómo el que lo confundan conmigo o cuando me confunden con él”
“Aunque no debería ser así, quizá no haya mucha diferencia físicamente pero sus personalidades hacen fácil saber quién es quién. Daiki siempre parece estar de mal humor y tú eres todo lo contrario”
“Sí… Lástima que las personas crean que soy mucho más enojón que él” Daitaro sonrió con algo de tristeza por esto.
Los dos hicieron una pausa para primeramente fijarse si venía algún coche y entonces cruzar la calle.
“Lo que me recuerda, noté que quisiste llamarme por mi apodo en el departamento. ¿Sigues conteniéndote por Daiki?”
“Sí… Supongo que somos similares en ese sentido, aunque más que no querer lastimarlo, sólo no quiero que esté enojado todo el día” explicó Masaru. “Me cuesta no llamarte ‘Ira’, pero creo que lo mejor es contenerme frente a él”
“Hmm… No deberías hacer eso, Daiki tiene que acostumbrarse a que está bien que me digas así” dijo Daitaro “Porque sabes bien que de ti ese apodo no me molesta”
“Ira…”
“Daiki sabe que no lo dices con mala intención, incluso sabe porqué me dices así pero aún así se enoja… No tiene razón de ser. No me gusta que te compare con nuestros compañeros de la escuela”
“Quizá…, pero lo entiendo, no es fácil ver cómo los demás se comportan al escuchar el apodo, aunque bueno… No es como que necesiten escucharlo a estas alturas” comentó Masaru sonando decaído.
“Masaru, no quiero que dejes de llamarme así por culpa de otras personas, ni siquiera por Daiki”
“Pero…”
“Si tú pudiste traerme a la fuerza con tal de que me opusiera a Daiki… Yo quiero que lo ignores cuando se enoje por esa razón”
“No lo sé…”
“Si te dice algo, me aseguraré de regañarlo, ¿está bien?”
“Ya me has dicho eso antes, pero, creo que subestimas la facilidad con la que explota. Es aquí cuando digo que no me importa hacerlo enojar, pero cuando se trata de esto…”
“¡Masaru! No digas eso, te prometo que la próxima vez que se enoje le pediré que deje de reaccionar así. El apodo de ‘Ira’ siempre me ha parecido genial, no por nada lo usaba siempre que jugábamos videojuegos”
“Bueno, todavía lo usas cuando jugamos a cualquiera que deje poner apodos…”
“Y ahí Daiki no dice nada porque sabe el significado del apodo, no debería de ser algo malo, tan sólo me hace sonar más intimidante e imponente de lo que realmente soy” sugirió Daitaro.
“Sí… Aunque ahora que lo pienso, no recuerdo cuándo fue la última vez que te enojaste de verdad, hm” Masaru consideró esto por unos segundos. Sí que el apodo de su hermano era irónico considerando su personalidad, aunque… “Pero aunque no seas enojón, dicen que las personas que sonríen más son las que más dan miedo cuando se enojan, así que supongo que es bueno que no te enojes”
“¿Crees? Bueno… Supongo que la última vez que me enojé fue cuando…” Daitaro guardó silencio y dentro de poco se detuvo. No entendía la razón, pero, no podía dejar de pensar que lo que estaba diciendo ya lo había dicho anteriormente. El pelinegro lo miró con curiosidad.
“¿Ira?”
“...” Daitaro sostuvo su frente, causando que Masaru lo viera un tanto consternado.
“¿Estás bien?”
“Sí, no es nada, es sólo…” Daitaro apartó su mano antes de sonreírle a su hermano de forma de reconfortarlo. “Creo que acabo de tener un déjà vu”
"¿Déjà vu?"
"Sí… Esa sensación de ya haber hecho o dicho algo, diría que también siento haber estado aquí antes, pero siempre pasamos por esta calle"
"Vaya…, bueno, quién sabe, ¿quizá en otra realidad estamos pasando por aquí y por eso sentiste eso?"
"¿Crees que pueda ser eso?"
"Podría ser…, si pensamos en las líneas alternas, seguramente hay otra versión de nosotros caminando por aquí. Tal vez sea tu conexión con esa otra realidad"
"Hmm…" Daitaro consideró esto, creyendo que quizá tenía razón, aunque… "¿No te da nervios pensar en eso? Quizá sea mejor pensar que esto pudo ya haber sucedido y tan sólo lo acabo de recordar"
"¿Ah? ¿No te gusta pensar en que haya otra realidad? A mi se me hace interesante la idea… Además de que tiene más sentido que viajar en el tiempo"
"Bueno, admito que es interesante… Aunque sí me da algo de miedo pensar en qué tan diferente podría ser otra versión de mi" al pensar en esto, reparó en las palabras de su hermano. "¿Por qué tiene más sentido eso?"
"Porque suponiendo que uno viaja en el tiempo y cambia algo, si pensamos en las líneas alternas… ¿No estaríamos creando otra realidad? Quizá el futuro que se consigue cambiando el pasado sólo es uno más de esas líneas alternas donde el futuro es diferente"
"Uh…" Creyendo perderse por un momento, Daitaro soltó una breve risa. "Si Mitsuru está obsesionado con los videojuegos, tú sí que estás interesado en temas de ciencia ficción, ¿no es así?”
"No creo que sea así, es verdad que suena a eso, pero creo que me interesa más lo supernatural"
"¿Cómo los hombres lobo o los fantasmas?'
"Como las almas, fantasmas, reencarnaciones… Vidas alternas y cosas por el estilo" explicó Masaru muy emocionado "Lo supernatural no siempre tiene que ser relacionado con monstruos después de todo"
"Pero acabas de mencionar a los fantasmas…"
"No en el sentido terrorífico, me refiero a las almas de las personas que vagan por lugares conocidos sin poder irse al más allá" explicó el de ojos verdes muy ilusionado. "Me gusta pensar en que hay algo más después de la muerte"
"Haha… Masaru, nunca he entendido tu interés por la muerte. Pensar en eso me incomoda.. "
"Es sólo… ¿Qué no sería lindo pensar que mamá y papá nos miran desde alguna parte? Me gusta pensar que algún día podremos verlos de nuevo y que nos dirán que estuvieron cuidándonos desde donde estaban"
"..." Daitaro se quedó sin palabras de un momento a otro, no había pensado en que sus padres pudieran salir en el tema de conversación.
"¡Oigan! ¡Esperen!" exclamó Daiki desde la distancia. Los dos niños se detuvieron y voltearon a ver a sus dos hermanos caminando de prisa.
Masaru sonrió a esto, alzó su brazo y lo agitó animadamente.
"¡Sabía que vendrían!"
"¡Sí! ¡Daiki no puede estar en paz sin Daitaro!" exclamó Mitsuru.
Daiki y Daitaro intercambiaron miradas. Daitaro le sonrió muy feliz de verlo, mientras que Daiki se sonrojó y le dedicó un puchero.
En cuanto se acercaron, Daiki le entregó algo a Daitaro, quien inmediatamente vio de qué se trataba.
"Ah, mi cartera…"
"¿Acaso son tontos? ¿Qué pensaban comprar si no llevaban dinero?" preguntó Daiki. "Sólo vinimos por eso, no por otra cosa"
"¡Woof!" Ante el ladrido, Daiki observó al perrito, y no pudo evitar acariciarle la cabeza. Los otros sonrieron ante esto, pues era curioso ver a Daiki ser más gentil.
"Me sorprende que tú vinieras, Mitsuru" dijo Masaru. "Pensé te quedarías jugando"
"Habría hecho eso, pero Daiki me trajo a rastras mientras repetía que debía alcanzarlos" Ante lo dicho, Daiki frunció el ceño no muy feliz de que su hermano de ojos azules fuera un chismoso.
"¿De verdad? Hachi y yo también te extrañamos" dijo Daitaro.
"Sí, sí, lo que sea" dijo Daiki al ponerse a un lado de Daitaro. Sabiendo lo que su gemelo quería, Daitaro cargó a Hachi de forma de dárselo a Mitsuru, esto para poder sujetar la mano de Daiki.
Masaru y Mitsuru sonrieron con burla, pero Daiki simplemente los ignoró. Daitaro lo jaló levemente y ambos siguieron caminando. Los otros dos no se quedaron atrás y dentro de poco llegaron a la tienda, donde Mitsuru esperó con Daiki cerca de las cajas registradoras, mientras los otros dos entraban a buscar ingredientes. La razón, claro, era porque no podían entrar con Hachi más allá de esa área.
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