—¿Llevabas mucho esperando? —preguntaba Damián.
—No, acabo de llegar hace menos de diez minutos.
—Disculpa, tuve que contestar una llamada.
—No te preocupes... —habían pasado algunos días desde que el omega había pedido tiempo, este creyó que, para entonces el ritmo de su corazón ya no se aceleraría cada vez que viera al alfa. Pero estaba equivocado.
Damián se había sentado del otro lado de la mesa, justo en frente de él. Sentía la presión de aquellos ojos grises viéndole. Y al alzar la vista y verle ahí, recordó que semanas atrás esa aula de conferencias, había sido el lugar donde ambos cuerpos se retorcían de placer, mientras se entregaban el uno al otro. Tal recuerdo lo hizo poner aún más nervioso.
—¿Sucede algo?
—No, no, todo está bien. Deberíamos planear, en que empresa haremos la investigación de campo.
—Vaya, parece ser que estamos conectados —decía mostrando una sonrisa traviesa. Damián amaba ver las reacciones que el omega tenía cada vez que se sentía nervioso —La llamada que recibí, era justo para confirmar que podremos hacer la investigación en la empresa W&W co, solo hay un pequeño problema...
—¿Problema?
—Más bien diría una pequeña disyuntiva.
—¿Cuál es?
—La sede en la que se nos asignaría, está a unas 6 hrs de aquí en carro o podríamos tomar un avión privado si así lo deseas, sería más rápido.
Maika sabía que, aunque recortara las horas de viaje, aun así, la investigación duraría dos días. Su mente automáticamente transcribía eso a las horas que tendría que estar al lado del alfa. Pero, aunque deseaba negarse, entendía que el hecho de que una empresa tan importante como esa, les permitiera hacer su investigación era algo que no podía dejar pasar.
Así que no importaba que su corazón se encontrara con un ritmo elevado o si su cuerpo sentía descargas de electricidad al estar tanto tiempo con Damián, debía aceptar.
—De acuerdo... deberíamos empezar con lo de hoy.
—Me parece perfecto.
Maika llevaba un pantalón de vestir negro pegado al cuerpo, acompañado de unos zapatos de vestir del mismo color y en la parte superior portaba un suéter ligero color verde olivo. Damián había notado como el omega, frotaba sus brazos y manos, parecía que el clima estaba más helado de lo que Maika hubiera previsto. Estiró su mano con el fin de tocar aquella mano pálida.
—Están helados —decía al tiempo que entrelazaba su mano con la de Maika —Muy fría —añadió mordiendo suavemente el dedo índice del omega.
—Umm, basta ... ¿Qué haces? —podía sentir el aliento cálido del alfa pegando sobre el frío de su mano.
—¿En verdad no puedo hacer ni siquiera esto? —preguntaba mientras mordía aún más fuerte.
—Aah...n.... umm... no —los recuerdos que aquella habitación traían a la mente de Maika, el olor de las feromonas de Damián y el tibio toque de su mano. Hacían que la mente del omega empezara a nublarse.
—Muy bien y que me dices de esto —decía, acercándose lentamente a Maika, a la par que acariciaba su mejilla y sujetaba su cabellera. El omega comenzó a ser atraído por instinto a aquella boca, la cual había saboreado en más de una ocasión, por tanto, el resistirse le era aún más difícil, ya que sabía que el sabor de esta era jodidamente irresistible.
—Quiero café —había logrado pronunciar una frase, la cual hizo desconcertar al alfa por un instante. Lo suficiente para que Maika pudiera zafarse de aquel toque.
—Vaya, creo que debo ser más rápido —proclamó, sin quitarle la vista —Vamos por ese café —el omega suspiró aliviado, había logrado escapar de aquel imán llamado Damián, bueno al menos eso pensaba.
La cafetería del instituto era enorme, llena de ventanales y con un aspecto minimalista pero elegante. Damián se dirigió a comprar las bebidas, mientras que Maika tomaba asiento en una mesa junto a uno de los ventanales, con el fin de sentir el calor de los rayos del sol.
—Aquí tienes, un caramel macchiato —decía poniendo la taza frente al omega, el alfa podía notar que Maika era el tipo de persona que gusta de los sabores dulces. Por su parte Damián prefería más los neutros o un tanto amargos, por tal motivo había optado por un espresso.
El omega tomó la taza entre sus manos, era agradable sentir aquel calor disminuyendo el frío de estas, sopló un poco y tomó un sorbo. El sabor le resultaba delicioso, lo único que no le agradaba del todo era que generalmente la crema dejaba un rastro sobre sus labios. Comenzó a pasar su lengua con el fin de barrer con él.
—Diablos en verdad deseo besarte —proclamó el alfa al ver la lengua de Maika, pasar por aquellos labios —Pero ¿supongo que eso sería muy obvio? —dijo en un tono juguetón, aunque sabía la respuesta a esa pregunta, por un instante deseaba que el omega difiriera y le permitiera besarle.
—Demasiado —susurró ruborizado —Sigamos con el proyecto, ya casi es hora de las actividades del club.
—Muy bien.
Aun cuando podían trabajar de forma profesional en cuanto al proyecto se trataba, la tensión que sentían ambos no disminuía. Aquellas miradas subjetivas, junto con los roces ligeros no ayudaban en lo más mínimo.
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—¡Damián! ¡Bennet! —gritaba Luka mientras corría hacia donde ambos se encontraban —¿Supongo que se dirigen a las prácticas?
—Estas en lo correcto —respondía Damián sonriendo —Por cierto, ¿acaso aún estabas en clase?
—No, Samantha me pidió ayuda para acarrear unas cajas.
—¿Te refieres a la omega pelirroja?
—Si esa misma.
—No sabía que tenías debilidad por las pelirrojas —declaraba Damián. La mirada de Luka comenzó a dirigirse a una figura a la distancia.
—Ni yo —decía viendo fijamente a Ezra, quien se encontraba yendo camino al club —Bueno los veo adentro —dijo, corriendo hacia donde estaba el beta.
Maika no pronunció palabra alguna, no quería que su amigo resultara herido. Pero al mismo tiempo le costaba creer que Luka fuera capaz de lastimarlo.
—No debes preocuparte por él, Luka no le haría daño —dijo al ver la preocupación del omega.
—Lo sé, es solo que.
—Te preocupa por el hecho de que es un alfa ¿cierto? —Maika le miró sorprendido, se preguntaba, como es que Damián sabía respecto a su desagrado por los alfas.
—¿Cómo?
—Te preguntas como lo sé, al principio creí que era el hecho de las muestras de afecto en público, pero no te molestan si estas vienen de un omega o un beta. Después creí que tu incomodidad era solo hacia mí, pero al ver tu trato hacia otros alfas. Pude entender que, el solo hecho de que si la persona que está cerca tuyo es alfa te sientes incómodo —el omega seguía en silencio —Descuida, no tienes que decirme la razón ahora. Pues tendremos toda una vida para poder saber y entender todo el uno del otro —pronunció con una sonrisa que demostraba seguridad.
—¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? —musitó.
—Ja ja ja, tienes razón, sin embargo, Luka es la persona más amable y protectora que conozco. Sé que muchos de los alfas son una basura, él no lo es.
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—¿Te sientes bien?
—Hola Luka, si, solo estoy un poco cansado.
—¿Has estado trabajando mucho?
—No, mi trabajo en el bar generalmente solo es los fines de semana, pero he estado batallando con la clase de economía.
—Si ocupas ayuda —los ojos de Ezra se iluminaron de golpe.
—¡Quiero cobrar el premio!
—¿En verdad solo pedirás que te ayude con tus estudios? —la voz del alfa sonaba un poco decepcionada.
—Sé que quizás para ti no es mucho, pero para mí significaría demasiado, prometo poner todo de mi parte con el fin de que no tengas que repetir la información.
—No me refería a eso —declaraba pellizcando suavemente la mejilla de Ezra —Podría ayudarte cada que lo necesites, sin necesidad de haber cobrado tu premio, pero está bien te ayudaré a estudiar.
—Gracias —exclamaba entusiasmado el beta, abalanzándose en forma de abrazo hacia Luka. Este al percibir aquella fragancia emanar del cuerpo de aquel beta, no pudo evitar responder el abrazo, mientras sentía su corazón palpitar fuertemente.
—¿Qué sucede Ezra? —preguntaba Maika, quien ya había llegado a la puerta del salón de prácticas, donde se encontraban aquellos dos.
—Maika, Luka ha aceptado ayudarme a estudiar.
—Y dime Bennet ¿cuál ha sido el precio que tuviste que pagar? —la cara del alfa mostraba una sonrisa burlesca.
—¿A qué te refieres? —justo al terminar de pronunciar esas palabras, lo recordó "la apuesta" —Rayos —murmuró.
—La apuesta, por supuesto —añadió Luka, Maika le miró ferozmente —Vamos Ezra será mejor que entremos de una vez —decía mientras pasaba su brazo alrededor de los hombros del beta y lo dirigía al salón de prácticas.
—No culpes a Luka, ¿a acaso creías que iba a olvidar algo tan importante como cobrar la apuesta? —decía Damián en el oído del omega —Así que espero que estés listo, pues cobraré mi premio el viernes después de clases.
—¿Puedo al menos saber que pedirás? —preguntaba Maika girando un poco su cabeza, sin saber que se encontraría con la cara del alfa cerca de él.
—Es un secreto —pronunció a la par que le daba un pequeño beso en la mejilla.
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—¿Qué te ocurre Maika? Apenas has tocado tu comida.
–No es nada abuela... mañana tengo un compromiso después de clases, para que no te vayas a preocupar si ves que no llego.
—Ya veo, así que ahora se le llama "compromiso" a las citas.
—¿¡Que!? No, no es eso —decía desesperadamente el omega.
—Ja ja ja, vamos hijo no creas que soy ciega, te he visto sonreír a la nada, mientras te pierdes en tus pensamientos. Solo espero conocer a esa persona pronto.
—Tsss —bufó —En verdad, no sé de qué hablas —Maika no podía creer, que su manera de actuar fuera tan obvia. Odiaba que su cuerpo pareciera tener autonomía propia, respecto a la forma en que se comportaba en lo referente a Damián.
Al terminar de cenar, tomó un baño para después disponerse a elegir el conjunto que llevaría a la "cita", le molestaba pensar en esa palabra, pero aun cuando no quisiera admitirlo sabía que era exactamente eso.
Bzzz bzzz
—Desearía que el tiempo avanzara más rápido, no puedo esperar a que llegue la hora. Olvidé decírtelo, lleva una maleta. Tengo pensado secuestrarte y liberarte el domingo... Si fuera decisión mía preferiría no hacerlo, pero sé que por ahora deberé regresarte a casa. Lleva un abrigo.
—Tonto —decía sonrojado, después de leer el mensaje del alfa.
—Bien.
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