Young Soo no podía creerlo, él se sentía tan confuso ante sus sentimientos. '' Te amo '', aquellas palabras nunca las había entendido bien, aunque sonaban tan claras en su mente, y su corazón palpitaba tan fuerte cuando salían de la boca del mayor. Y ahí estaba otra vez, ese cosquilleo, ese deseo por buscar sus labios, pero como siempre, su orgullo no lo dejaría tomar aquella iniciativa, mucho menos luego de aquella escena vergonzosa que había mostrado esa misma noche, pero quería estar seguro.
— Repítelo — Pidió, y el mayor le miró nuevamente a los ojos.
— ... Te amo — Dijo nuevamente.
— ¿Qué haces cuándo amas a alguien Hyung? — Cuestiono el menor.
— Bueno... — no comprendía bien su pregunta, pero en su intención de complacer la duda del menor respondió de todas formas — Quieres protegerlos, quieres, que sean felices... —
— ¿Qué más? — insistió.
— Quieres estar a su lado todo el tiempo que puedas —
— ¿Qué más? —
— No quieres que lloren o verlos tristes...—
— ¿Qué más? — Repitió nuevamente sin apartar su mirada fija de los ojos contrarios.
Dae-Hyun por algún motivo, tuvo la sensación de que su conejito se refería a otra cosa mas especifica.
— Quieres... Estar a su lado cuando despierte, y cuando se acueste... Quieres... — Observo las mejillas del menor — Acariciarlo —
— .... ¿Qué más? — Insistió sin apartar la mirada.
Maldición, no podía contenerse, no podía fingir, no podía negarse ante aquellos hermosos ojos, ante ese hermoso y frágil chico. Miró los rosados y finos labios del menor, tan dulces, tan lindos.
— Quieres, tocarlo — rozó con su pulgar el labio inferior del menor sin apartar la mirada de ellos. Young Soo sintió una pequeña corriente en su espalda cuando aquel dedo roso su boca — Quieres... Besarlo... —
Young Soo miró al mayor, que se encontraba tan pedido en sus labios, y él se encontraba tan perdido en el peli gris, ya no le importaba esa estúpida confusión, después de todo, algo era seguro, Dae-Hyun era lo único que lo hacía tan dependiente, lo necesitaba más que a cualquier cosa.
— Hyung, dijiste, que me amabas, entonces... ¿Qué quieres hacer? — observó aquel dedo que se encontraba en su labio y luego miró aquellos carnosos labios que tenía tan cerca.
— Yo... — El peli gris ragó nervioso— Quiero hacerlo todo — respondió, con el deseo de tomarlo, pero no se movió en absoluto.
— Yo también... — dijo, captando la atención del mayor — Yo también lo quiero todo —
Y esas palabras fueron todo lo que se necesitaba.
Dae-Hyun acercó su rostro al de Young Soo y fusionó sus labios en un tierno beso, pero esta vez, era correspondido de la misma forma, con el mismo sentimiento, sus corazones latían como locos. El mayor lo abrazó con fuerza contra su cuerpo y Young Soo rodeó su cuello, casi rogante, necesitado de aquel calor que emanaba.
Uno tras otro, el beso se volvía más apasionado, más profundo. Ambos estaban unidos por un mismo sentimiento y, Dae-Hyun no podía creer, que en ese momento, tenía a su conejito en sus brazos, correspondiéndole. La felicidad que sentía era desbordante, ninguno de los dos pudo evitar sonreír ante aquella sensación, incluso el menor, aunque estaba más que avergonzado.
— Al parecer algo pasó entre estos dos. Hace una semana que andan incluso más pegados que antes — comentó Joon por el teléfono, mientras revolvía aquella crema que sería para el delicioso pastel que estaba preparando para el pequeño Young Soo y que llevaría a su amado novio depsues también.
— Ajajajaja — La típica risa de limpia parabrisas de Seung Jin resonó — ¡Yah! Te lo dije, él era el indicado, ¿No fui siempre un prodigio para elegirlos bien? —
— Lo eres — sonrió el moreno.
— ¿Qué es ese sonido? ¿Éstas haciendo crema? — Preguntó el castaño al otro lado de la linea.
— ¡Oh! ¿Cómo lo supiste? ¿Acaso estás aquí? — Joon respondió asombrado y miró en todas las direcciones buscándolo.
— ¡Ajajaja! He estado mucho tiempo en la cocina, puedo reconocer el sonido incluso si no estoy ahí — Se regodeo Seung Jin.
— Como se esperaba de un prodigio. ¿Qué hay de ti, ya salieron los resultados del ADN del analisis de sangre? —
— Estoy en el auto ahora mismo llegando hacia el edificio del forense. No puedo creer que luego de tantos años, al fin tenemos algo, esto podría ser la prueba de que mi tío asesinó a mi padre. Estoy tan ansioso por verlo tras las rejas — comentó entusiasmado.
— Yo igual. Prepararé éste pastel para festejar nuestro progreso — Respondió Joon.
— ¡Hm! — Seung Jin asiente — ¡Espero que sea un delicioso pastel! ¡Igual de delicioso que esta victoria! —
— ¡Hm! Ve con cuidado — Pidió el moreno.
—Lo haré —
— Te amo — se despide de su amado.
— También te amo — Responde Jin para luego colgar.
El auto llegó al lugar, Seung Jin bajó y se dirigió hacia el gran edificio encaminándose inmediatamente a la administración.
— ¿Puedo ayudarlo? — pregunta la mujer encargada de la recepción al verlo.
— Así es, me dijeron que está listo el análisis de ADN que solicité hace unos días —
La mujer revisó los archivos en la computadora.
—¿Kee Seung Jin? — Preguntó.
— Así es — Concedio el castaño.
La mujer buscó entre varios papeles y archivos que tenía a su al redor, sacó un sobre sellado y se lo extendió al chico.
— Solo debe firmar aquí — Indicó.
Seung Jin obedeció e hizo una reverencia en forma de agradecimiento para después retirarse.
Ingresó a su vehículo tan ansioso, que las manos le temblaban.
— Iremos a la casa de mi tío — ordenó al conductor y éste arrancó de inmediato.
Jin suspiró intentando calmar sus ansias, ese sobre tenía lo que más había deseado, un arma con la cual apuntar a su tío y callar sus asquerosas mentiras, Podría exponer su podrido ser y abrir las puertas de la libertad a su amado primo. No esperó más, abrió cuidadosamente el sobre intentando no romperlo y sacó aquel papel que sellaría por fin el destino de sus vidas.
— El análisis de sangre del sujeto A con el sujeto B — leyó en voz alta y todo su ser se congeló — Dio negativo. El análisis coincide en un 99% con el sujeto de nombre, Min Suk... — todo su mundo se vino abajo una vez más, ¿Acaso la vida le estaba jugando una maldita broma? Las pruebas que se encontraban junto a la llave, claramente llevaban todo hacia su padre y resulta que la sangre de aquella supuesta arma ¿¡Era la de un desconocido!?. Tantos años, tanto tiempo, y otra vez en cero. Apretó con tanto odio aquel maldito sobre y frunció el seño ante aquel porcentaje de mierda.
— Están prácticamente curadas, algunas marcas incluso ya ni siquiera se ven — Dae-Hyun observó los brazos del menor, luego desprendió delicadamente la venda de la muñeca — Aquí también se ve bastante bien —
—¿En serio? — Young Soo sonrió.
— Así es, podemos pedirle a Joon Hyung que quite los puntos, ya esta prácticamente cicatrizado, te pondré un ungüento luego para que se vaya la marca — respondió el peli gris.
— Eso es bueno — sonrió nuevamente el menor, pero ésta vez su sonrisa era tan amplia y pura que sus ojos desaparecieron y un pequeño hoyuelo se dejo notar en su mejilla izquierda.
Dae-Hyun quedo deslumbrado ante aquella hermosa y brillante sonrisa, quedó hipnotizado por aquel lindo hoyuelo y no pudo evitar apretarlo.
— Nunca te había visto sonreír así — Confesó — te ves realmente lindo, tanto que quiero atacarte en este momento — las palabras del mayor hicieron que Young Soo se sonrojara, lo cual le causó ternura — Vamos con Joon Hyung para que te quite los puntos — dijo y ambos se dirigieron hacia la planta baja.
Al llegar a la cocina escucharon provenir de la misma un inusual bullicio.
— Jinie cálmate — Intentó delicadamente Joon.
— ¿¡Cómo quieres que me calme!? ¡Otra vez! ¡Otra jodida vez! ¡Tiempo y dinero desperdiciados en otra maldita prueba falsa! — gritó Seung Jin totalmente superado.
Los menores ingresaron al lugar, viendo la escena de Joon acariciando la espalda de Jin, y éste completamente exasperado, alterado.
— ¿Está todo bien? — preguntó Dae-Hyun, mientras que Young Soo veía sorprendido aquel estado en el que se encontraba su primo que resultaba totalmente nuevo para él.
— Fuí a buscar las pruebas de las sangre que se encontraba en la herramienta. Y resulta ser una prueba expiatoria ¡Cómo todas las otras! — El cataño arroja molesto el papel sobre la mesa.
— Seung Jin, sea tu padre o no, un muerto es un muerto. Tienes aquí la prueba de un asesinato y se encontraba en la maleta desaparecida de tu tío en medio de una bodega, eso no lo hace menos culpable —
—No es la sangre de cualquiera — comentó Dae-Hyun tomando los análisis de la mesa observando el papel en sus manos — Min Suk. Es el nombre, del padre de Mi Yun Hyung... —
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