El restaurante elegido se llamaba Fuego, el cual era bastante conocido por ser un lugar de reunión para los universitarios que querían pasar un rato agradable y no gastar mucho dinero.
—Supuse que solo seríamos nosotros dos —declaró Maika viendo fijamente a Ezra, el cual no respondió solo se limitó a sonreír.
—Vamos Bennet siéntate, nadie debería rechazar una deliciosa barbacoa coreana, además tendrás el honor de que cocine para ti.
Maika aún permanecía parado, pero su estómago le recordó que ocupaba comer y el olor de la carne sobre la parrilla era delicioso, así que no tuvo otra opción que sentarse al lado del beta a regañadientes.
La mesa se encontraba llena de entradas y diferentes cortes de carne.
—Me siento mal que seas tú quien cocine, se supone que serías el invitado principal —decía Ezra con una cara de preocupación mirando a Luka.
—Me encanta cocinar, así que no pienses en eso y mejor dime ¿qué tal sabe? —preguntó tomando un pedazo de carne y dándolo a comer a Ezra, quien se encontraba frente a él del otro lado de la mesa.
—Delicioso —el alfa quien seguía mirándole fijamente no pudo evitar sonreír al oír aquellas palabras.
—Bennet sírvete y admira mi forma de cocinar —Maika había notado la forma en que el alfa veía a Ezra, pero prefirió no decir nada y limitarse a comer —Podrían traer 4 tarros de cerveza —pedía a la camarera.
—¿Cuatro? —el alfa no dijo nada solo le dirigió una sonrisa burlona. El omega percibió un olor conocido, sabía con que se encontraría al girar su cabeza, y justo como predijo ahí estaba la figura de Damián al lado de él.
—Pensé que no llegarías, siéntate —exclamó Luka.Maika le dirigió una mirada fulminante al beta.
—Perdón —susurró Ezra, a la par que Maika resoplaba.
Damián saludó y dirigió una mirada sutil para apreciar a Maika, quien por su parte se encontraba evadiendo aquellos ojos grises.
—Es un gusto que me hayan invitado, en verdad lo aprecio.
—Deberíamos hacer un brindis, por ser los mejores en el torneo —decía Luka alzando el tarro de cerveza —Vamos Bennet no seas aguafiestas —Maika alzó su tarro de mala gana.
La plática era bastante amena, todos estaban compartiendo experiencias a excepción de Maika. Quien odiaba que su corazón se hubiera acelerado al ver como Damián se llevaba un bocado a la boca; no había podido evitar recordar como aquellos labios se encontraban explorando los suyos hace no mucho tiempo atrás.
—Aun así, creo que el equipo de esgrima tiene la victoria más fácil —en el poco tiempo que Damián conocía a Maika, sabía que este tenía un orgullo bastante elevado, y que un comentario así harían que se incluyera solo en la plática.
—No es así... el esgrima requiere destreza, rapidez y certeza. Debes dar toque en el lugar adecuado en un blanco en movimiento —bingo, había logrado que salieran palabras de aquellos labios color cereza.
—Tienes razón... quizás por ello soy bastante bueno esperando el momento preciso, con tal de conseguir el objetivo —declaró Damián viéndole a los ojos, aquel omega que se encontraba frente a él, ahora vestía unas mejillas sonrojadas tras aquella declaración.
—Creo que ambos deportes tienen distintos niveles de dificultad, será mejor que no comparemos —añadía el beta.
—Bien dicho Ezra, deberíamos competir para ver qué equipo es mejor —espetó Luka.
—¡¿Que?! Pero yo no dije eso, sino todo lo contrario.
—No creo que sea necesario demostrar la teoría, cuando se sabe de antemano el resultado —declaró Damián, recargando su codo en la mesa y poniendo su mano en la mejilla, a la par que observaba a Maika. El cual parecía haber caído en su trampa.
—Bien —respondía firmemente el omega, parecía ser que los dos tarros de cerveza que había ingerido habían elevado su nivel competitivo.
Los equipos se dividieron por arquería contra esgrima. El juego era simple, cada pareja debía adivinar lo que su compañero estaba tratando de decir a base de señas. No podían hablar y tenían un minuto para lograrlo.
—Hagamos esto más interesante —sugirió Damián.
—¿Qué sugieres? —preguntó Luka.
—Umm, lo tengo el equipo perdedor deberá obedecer incondicionalmente por 48 hrs, claro este premio se debe reclamar después del torneo y en el transcurso de una semana —proclamaba el otro alfa.
Maika quería negarse, el solo hecho de pensar en servirle aquel alfa incondicionalmente traía a su mente imágenes pasadas. Pero, aunque quería retirarse de la apuesta, su orgullo no se lo permitía.
—Por mi está bien —proclamó el omega, Luka no pudo evitar verle extrañado. Ahora comprendía que el alcohol y el orgullo de Maika no eran una buena combinación.
—No sé si sea buena idea —inquiría Ezra.
—Descuida, seré benevolente contigo y en caso de que pierda, bueno podrás hacer lo que quieras conmigo, no pondré resistencia —decía Luka, mientras le veía fijamente.
Tales palabras habían tomado desprevenido al beta, quien mostraba una expresión de sorpresa. No solo por lo que acababa de oír, sino por la manera en la que aquellos ojos azul claro parecían ver a través de él. Intentó no darle atención por lo que asintió y solo se limitó a sonreír.
La primera ronda la había ganado arquería, la victoria de la segunda ronda se inclinó a esgrima, solo faltaba la última ronda.
—No te preocupes Ezra, has hecho lo mejor que pudiste.
—Claro —el equipo de arquería había logrado adivinar solamente 3 en la última ronda.
—Bien solo tenemos que hacer cuatro, será fácil solo concéntrate —replicaba Maika. Sin embargo, la atención de Luka se encontraba la expresión agridulce que mostraba el rostro del beta—¿Me estas oyendo?
—Por supuesto.
Luka sabia la respuesta al instante que Maika había comenzado a hacer señas. Pero algo lo retenía de decirla en voz alta. Aunque su compañero de equipo se veía por demás molesto, pues ni siquiera estaba dando opciones de respuesta. Esto parecía insignificante al ver como los ojos de Ezra comenzaron a iluminarse, al darse cuenta que el triunfo de su equipo era inevitable.
—Tiempo —exclamó Damián.
—¡¿Me estas tomando el pelo?! Se que sabias la respuesta.
—No sé de qué hablas Bennet, creo que el alcohol me afectó.
—Tsss, se porque lo haces y no funcionará —susurró Maika en su oído, para después alejarse y empinarse el tercer tarro.
—¡Maika! Basta no tienes tolerancia al alcohol —decía Ezra.
El omega quien se había tomado hasta la última gota de aquel trago, ahora se encontraba con la mejilla en la mesa.
—Creo que será mejor que nos retiremos —declaró Luka, los ojos del beta mostraban preocupación al observar al omega —No te preocupes, Damián lo llevará, solo es cuestión de darle la dirección.
—De acuerdo —respondía Ezra.
—Estoy bien —decía el omega de sobresalto —Me iré caminando —Maika se puso de pie y se dirigió a la salida, Damián fue inmediatamente detrás de él.
—¡No es necesario que me sigas! —proclamaba, tambaleándose de un lado a otro, de pronto sintió como su pierna derecha cedía.
—Claro lo que digas —respondía sarcásticamente el alfa, tomándolo por la cadera para evitar su caída.
Maika le separó rápidamente, inhaló hondo y trató de centrarse lo más que pudo.
—Está bien si solo caminas en silencio a mi lado —tras escuchar esas palabras, el alfa no dijo nada, solo asintió y le siguió el paso.
Mientras que ellos emprendían la caminata a la casa del omega, la escena a las afuera del restaurante si bien no era igual era similar.
—No creo que sea buena idea que manejes... pero me preocuparía si te vas solo en un taxi.
Luka veía con fascinación como Ezra se planteaba que era lo que se debía de hacer, este pudo haber puesto fin a aquel calvario con tan solo llamar a su chofer. Pero el espectáculo era divertido.
—¿Crees que puedas manejar? —preguntaba el alfa.
—No podría, yo tampoco soy muy bueno manejando el alcohol.
—Entonces yo manejo, he bebido menos de un tarro, y mi tolerancia al alcohol es alta. No te preocupes —dijo acariciando la cabeza de Ezra.
—Está bien —el alfa podía notar, como el beta en este estado sonreía más, y era más relajado —Vamos a casa —gritaba Ezra con un tono de voz más animado de lo habitual.
Quizás era el alcohol, que afectaba con cada minuto que pasaba cada vez más al beta. Quien al arribar a su casa parecía batallar por mantener el equilibrio, así que Luka tuvo que tomarlo por la cintura, para comenzar el camino hacia aquel apartamento. Sin disminuir la firmeza con la que se aferraba a Ezra, abrió la puerta con la otra mano y se dispuso a llevarle a la cama.
—Muy bien, ya estamos aquí —Luka comenzó a quitarle los zapatos, podía percibir la mirada del beta sobre él.
—¿Si te ordeno que beses mis pies lo harás, cierto? —Luka no podía creer lo que estaba oyendo, alzó la vista y aquella cara amigable tenía una mirada seductora.
—¿Pretendes cobrar el premio por adelantado? —Ezra sonrió —Ya te lo dije, haré todo lo que me pidas —respondía, acercándose mientras le ayudaba a retirar la chamarra. Parecía que el cuerpo del beta estaba sensible, sus pezones se notaban a través de la camisa, luego de que el alfa los hubiera rozado cuando retiró la prenda superior.
—Umm —jadeó levemente.
—Debo irme —el alfa trataba de aferrarse lo más que podía a la razón, pero aquella figura que le veía, con la respiración entrecortada lo complicaba.
Luka había logrado acostar a Ezra y este al parecer se había tranquilizado para al fin comenzar a ceder ante el sueño.
—En verdad será mejor que me vaya, descansa —dijo acariciando aquella tersa mejilla.
Pero tan pronto comenzó a levantarse de la cama, sintió como Ezra se abalanzaba sobre él con el fin de abrazarlo.
—No me dejes. Por favor... papá ... no me dejes... perdón, por favor.
Seguía repitiendo el beta con lágrimas en los ojos, mientras sus manos temblorosas aun seguían aferradas a Luka. Las palabras que salían de la boca de aquel joven pelirrojo habían tomado al alfa con la guardia baja. Aunque no conocía la historia de aquel joven, algo era seguro no le gustaba verlo llorar. Ya que algo en su interior parecía retorcerse con cada lágrima derramada.
—No te preocupes, no me iré, ahora duerme —si bien las lágrimas se habían detenido, el alfa aun podía oírlo sollozar entre sueños. Notaba como aquellos párpados claros, se encontraban notoriamente rojizos e inflamados tras lo ocurrido, y sintió de nuevo un nudo en el pecho —Diablos —decía besando tiernamente la melena color fuego.
Comments (14)
See all