Maika había logrado tomar un baño antes de que comenzaran los ensayos. Sabía que, de no hacerlo, el olor a feromonas sería un más notorio. Podía ver como Luka le veía de reojo.
—De no saber que eras tu Bennet, hubiera podido jurar que Damián estaba parado a mi lado —murmuró en su oído, el omega no pudo evitar abrir sus ojos como platos; tras escuchar esto.
—No sé de qué hablas —respondió de forma indiferente.
—No te preocupes, en realidad lo que hagas o dejes de hacer no es asunto mío. Solo te pido de favor que no lo lastimes, él ya ha sufrido bastante.
Los ensayos comenzaron, pero en la cabeza del omega aún rondaban aquellas últimas palabras que había dicho Luka. Logró sobrevivir la primera ronda de ensayos. Y mientras se encontraba tomando un descaso. Pudo verle, cruzando aquel muro de cristal; estaba Damián. Demasiado concentrado y sin perder la vista en el objetivo, seguía acertando justo en el centro de la diana.
El sonido de aquella flecha había hecho que Maika recordara de nuevo el olor de sus feromonas y sintió un sobresalto en su pecho. Desvió la mirada, ya que se reusaba a aceptarlo. Exhaló profundamente, para después poner de nuevo su cabello en media cola y regresó a los ensayos. Sabía perfectamente que, en aquellos momentos; lo único en lo que debía de pensar era el torneo.
—Muy bien jóvenes, eso es todo. Recuerden descansar bien la noche anterior al torneo.
Tomó sus cosas lo más rápido posible, Maika deseaba salir de ahí. Quería evitar, encontrarse de nuevo con Damián; al menos por hoy.
—Bennet, oye Bennet —escuchaba la voz de Luka llamándole.
—Si lo ignoro, quizás se calle —murmuró, para sí mismo.
—Vaya, eres rápido —decía Luka, quien había tenido que correr para alcanzarle.
—Disculpa, no te oí.
—Quería saber si
—¿sí que?
—Tu amigo, el beta.
—Recuerdas que tiene nombre ¿cierto? —respondió alzando un poco la voz —Ezra, su nombre es Ezra.
—Claro ... Ezra. Bueno quería saber si, se encuentra bien —Maika le dirigió una mirada juiciosa —Solo quiero verificar que su tobillo esta mejor —declaró con una sonrisa.
—Si, no te preocupes —los ojos de Luka aún seguían sobre él, como buscando más información —Pero le es imposible participar en este tipo de torneos; por su trabajo. Siempre está cansado y si tratara de participar, bueno sería una carga de estrés extra que; créeme no necesita.
—Su trabajo en el bar.
—Si ese mismo, si me disculpa debo darme prisa.
Comenzó a alejarse de ahí, de pronto sin darse cuenta; se encontraba corriendo a toda velocidad. Podía sentir el aire frío colándose por su garganta, para después llegar a sus pulmones. Deseaba que aquella brisa inundará su pecho. Pues algo dentro de él creía, que quizás eso podía hacer disminuir el calor, que persistía; gracias a Damián.
—Maika ¿qué te ocurre, porque estás tan agitado? —preguntaba su abuela.
—Aaah corrí aah hasta aquí —respondió con la respiración entrecortada.
—Ya veo.
—Y tu mañana ¿tuvo alguna novedad? —preguntó a la par que se empinaba un vaso de agua.
—Mi día ha sido bastante bueno jajaja, han contratado dos grandes eventos... Para el mismo día.
—No... no lo haré cof cof —el omega casi se había ahogado, al negar de inmediato al oír aquellas palabras.
—¿No lo harás?, pero si ni siquiera te he dicho nada.
—Ya sé que es lo que dirás, alguna de esas frases tendrá mi nombre e ira acompañada de; podrías ayudarme con.
—Tienes razón, no debería obligarte a hacerlo. Solo llamaré y diré que necesito cancelar uno de ellos.
—Aarrg, odio que juegues esa carta conmigo... lo haré —dijo casi en forma de susurro.
—Ah que emoción, lucirás realmente apuesto en traje —decía su abuela, mientras le abrazaba —Mostraré mi gratitud y te dejaré elegir.
—¿Se supone que me sienta afortunado?
—Vamos, ¿qué eliges, noche de exposición o cena de caridad?
—Podrías decirme, ¿cuál de las dos requiere que interactúe menos con los clientes?
—Veamos... Umm la cena de caridad.
—Entonces cena de caridad será.
—No deberás preocuparte por nada, yo me encargaré de planear todo. Solo necesitaré tu presencia, este evento será en dos meses aproximadamente.
—Bien.
Maika se retiró a su habitación, quería tomar otra ducha pues por alguna razón parecía que el olor a las feromonas de Damián seguía impregnado a su piel.
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Luka, quien aún se encontraba en el colegio debido a que el entrenador había querido aclarar cosas del torneo, se disponía a dirigirse a su auto. Pero un reflejo rojizo detrás de un muro capto su atención, no pudo evitar ir a averiguar que era aquello.
—Te encontré —dijo mientras miraba fijamente a Ezra, este se hallaba dormido sentado en una banca.
Aquellos rayos de sol que se colaban por el hueco del muro hacían que el cabello de Ezra pareciera estar en llamas. Luka aún no podía entender como alguien tan delicado pudiera ser un beta. Aquella piel era demasiado blanca y tersa, aunque la estructura corporal poseía músculos definidos, era delgada. Al ver más detenidamente su rostro, notó como sus pecas parecían formas pequeñas constelaciones. Luka se había acercado más de lo que pretendía.
—¿En qué rayos estoy pensando? —decía, poniendo el cabello rizado de Ezra detrás de la oreja.
—Umm —Ezra comenzó a despertar tras aquel toque, al ver esto Luka retrocedió de inmediato —Hola —proclamaba el beta tallando sus ojos.
—Pareces cansado, ¿te encuentras bien, ¿cómo sigue tu tobillo? —preguntó el alfa, a una velocidad fuera de lo normal nervioso debido al sobresalto.
—Me encuentro bien descuida, de hecho, te estaba esperando umm —declaró al mismo tiempo que se estiraba.
—¿A mí?
—Sí, prometí comprarte una comida como agradecimiento —el alfa no podía quitar la mirada de aquellos ojos esmeralda —Pensé que serviría para desearte buena suerte en el torneo —la sonrisa esbozada por Ezra había hecho que el corazón del alfa reaccionara.
—Me encantaría —respondió de inmediato, con una sonrisa dejando ver sus hoyuelos.
—Genial, te daré la dirección para vernos ahí.
—O podríamos irnos juntos —espetó por inercia, haciendo que el beta demostrara cierta sorpresa en su mirada.
—Es solo que debo ir a casa primero.
—No me molesta esperarte, además quien me asegura que no te quedaras dormido al cruzar una avenida —respondió con un tono burlesco.
—Jajaja de acuerdo, por cierto, ¿te molestaría si invito a un amigo?, él también competirá y
—¿A un amigo? —interrumpió.
—Sí, a Maika.
—Ya veo a Bennet, me parece bien —Luka no entendía del todo, porque se había sentido más tranquilo al oír que el amigo al cual se refería Ezra era Maika.
Bzzz bzzz
—Bueno.
—Maika, quería saber ¿si quieres ir a comer?
—No lo sé Ezra —respondía secando su cabello con una toalla.
—Vamos, es mi manera para desearte suerte en el torneo.
—Uff bien, mándame la dirección.
Maika pensaba que tal vez no era tan mala idea ir a comer con su amigo. De esa manera, podría tener su mente puesta en otra cosa, que no fuera el recuerdo del toque de Damián. Paso sus dedos sobre una de tantas marcas que su piel tenía, sintió como sus mejillas se encendieron.
—Basta, definitivamente necesito pensar en algo más.
La dirección que Ezra había enviado no quedaba muy lejos, así que Maika decidió que caminaría.
Por otra parte, Ezra acababa de arribar a casa, había pasado algún tiempo desde que alguien más aparte de Maika, estuvo en su departamento.
—Adelante, ¿quieres un vaso de agua?
—Claro, gracias —Luka no recordaba haberse encontrado en un apartamento tan pequeño antes, aun cuando los cuartos eran reducidos estos estaban limpios, y parecían contar con lo necesario o al menos era lo que se apreciaba en la sala y la cocina. Notó como aquel lugar, despedía ligeros residuos del aroma que no podía sacarse de la cabeza.
—Aquí tienes, ¿podrías esperar un poco? Necesito llevarle la renta al administrador, no tardo —Luka asintió.
Pasaron unos minutos, pero para el alfa parecía haber sido un lapso de tiempo demasiado grande. Una ansiedad comenzaba a apoderarse de su pecho, estaba dispuesto a ir a buscar al beta.
—Disculpa mi tardanza —la voz de Ezra había apaciguado la ansiedad de Luka —Me cambiaré rápidamente y podremos irnos.
—Claro —dijo mientras soltaba un suspiro.
Ezra optó por unos jeans negros pegados, una camisa blanca y una chamarra de cuero negra.
—Listo ya podemos irnos —el alfa al contemplar aquella figura había quedado sin palabras por unos segundos.
—Tu cabello —dijo después de salir del embelesamiento —Está levantado.
—Oh —el beta intentó inútilmente peinarlo.
—No, aún no.
—¿Y ahora? —decía mientras que seguía tratando de aplacar su cabellera.
—Aquí —respondió Luka acomodando delicadamente el cabello de Ezra en su lugar.
—Gracias —pronunció con una leve sonrisa.
—No hay problema —declaraba, apretando el puño, a la par que seguía sintiendo un ligero cosquilleo después de haber tocado el cabello y visto de nuevo esa sonrisa.
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