Young Soo miró confundido al peligris que aún le sostenía sobre sus piernas. La repentina llamada le había puesto un poco estresado, a pesar de no tener conocimientos sobre muchas cosas, el menor no era ningún tonto, sabía muy bien que el mayor deseaba demasiado esta situación, era muy consciente de que la acción que realizaban no era ningún juego de niños, por que no solo leyó libros de temática histórica y ciencia, también leyó novelas y algunas de ellas, aunque jamás lo dijo, tenían contenido para adultos. Comenzó a tener curiosidad por este tipo de libros cuando se dio cuenta de la relación que tenía su primo con Joon, así que buscó todo tipo de temáticas en su afán de comprender aquella situación.
— Ah, lo siento, a veces los viejos gruñones se vuelven molestos — Bromeó Dae-Hyun mirando al menor, el cual solo le observo inexpresivo y bajó su rostro un tanto ruborizado. El peli gris lo bajó de sus piernas con cuidado y le sonrió — Disfrútalo — comentó sonriente señalando el aparato en manos del menor — Iré abajo un momento, debo hablar con Seung Jin hyung — despeinó sus cabellos negros y se dirigió a las escaleras.
Young Soo le observó en silencio, dejando de lado la excitación del gran regalo que le había dado. Había algo que lo molestaba y eso era el hecho de disfrutar de los claramente engañosos "besos curativos" de los labios del peli gris. Le salva la vida, le sostiene en sus brazos, le hace sentir seguro, le cuida. ¿Realmente estaba bien sentirse de esa forma? Él también es un hombre, debería ser él quién genere esas sensaciones también, ser fuerte ¿Entonces por qué deseaba la protección de Dae-Huyn, por qué sentía ese cosquilleo en los labios cuando le veía?.
El peli gris bajó hasta la cocina. Para su suerte Seung Jin aún se encontraba en la misma conversando seriamente con Joon.
— Seung Jin hyung — pronunció ingresando al lugar, haciendo que ambos mayores voltearan a verle.
— Ah, Dae-Hyun, llegas justo a tiempo, estaba por marcharme — El castaño se levantó del asiento junto a la mesa en la que estaba y sujetó su celular — Yun me mandó un mensaje, aparentemente encontró algo — sonrió de lado — No puedo creerlo, tantos años buscando y al fin tenemos una pista —
— Te dije que Yun Hyung no era solamente un buen chofer — El peli gris sonrió ante el buen ánimo del mayor.
— No nos hagamos ilusiones aún, podría ser sólo un señuelo falso — Comentó Joon serio.
— Que optimista... — Seung Jin miró a su pareja de reojo.
Dae-Hyun río ante el sarcasmo del mayor.
— Hyung, necesito salir por un momento esta noche,
¿Podrías poner vigilancia por un rato a Young Soo? — Pidió el peli gris.
— ¿Es algo urgente? — Pregunto curioso el castaño.
— No. Esperaré a que vuelvas, de todas formas no me iré por mucho — Explicó.
— De acuerdo, no hay problema — Seung Jin asintió y se colocó la gran gabardina negra — Volveremos pronto — comentó saliendo junto a su pareja, a lo que el peli gris asintió.
Dae-Hyun subió nuevamente las escaleras, mientras sostenía un grueso abrigo en sus manos. Tal como pensó, el menor aún seguía en el ventanal, solo que a diferencia de antes, ahora se encontraba jugando con el aparato, lo que hizo que sonriera. Su conejito se veía tranquilo y alegre, estaba contento de que su regalo le gustara.
— ¿Lo estás disfrutando? — Preguntó sonriente. A lo que el menor asintió con la cabeza sin despegar la vista del juego — Ten, abrígate, la temperatura empezó a bajar — se sentó a su lado y le extendió la prenda.
Young Soo pauso el juego y recibió el abrigo, obedeciendo se la colocó y continuó jugando.
— Saldré por un rato más tarde — Comentó el peli gris. Sintió que debía de explicar su momentánea ausencia al menor. Observó atento buscando alguna clase de reacción, pero el contrario ni siquiera se inmutó.
— Está bien — Fue lo único que el peli negro respondió.
Luego de un par de horas, Dae-Hyun bajó del añejado taxi amarillo, le pagó al conductor y se giró observando la puerta de su casa, la cual compartía con su mejor amigo, mientras escuchaba el auto marcharse. Sacó la llave de su bolsillo y la miró sintiéndose un poco nostálgico, acariciándola con su pulgar momentáneamente para luego colocarla en el cerrojo y abrir la puerta.
— Realmente, se siente un poco extraño estar en casa — Comentó al ingresar.
Min Yun venía de la cocina con una taza de té, llevaba puesto una camiseta a rayas negras y blancas, y un pantalón de jogging negro, con solo sus pantuflas y el cabello medio despeinado.
— Desde que empezaste a trabajar para ese Hyung raro prácticamente te mudaste a ese lugar — Comentó el peli menta con su típico tono agresivo — Ni siquiera me acuerdo cuando fue la última vez que dormiste aquí — tomó un sorbo de té.
— ¿Qué eres, mi esposa? — Bromeó Dae-Hyun.
— ¿¡Acaso quiéres morir!? — Reprochó Yun.
— Ajajajaja — EL peli gris soltó una gran carcajada, luego dejó su abrigo sobre el sofá — ¿De qué querías hablar? —
— Quiero que dejes de trabajar en ese lugar — Comentó Yun de forma directa sin dejar de mirarle fijo.
La sonrisa en los labios de Dae-Huyn ya no era tan divertida, las palabras del mayor ciertamente no eran una broma, habían pasado demasiado tiempo juntos como para saber cuando el contrario estaba hablando en serio.
— ¿A qué viene esto tan de repente? —El peli gris enarcó una ceja, presionando su labio inferior con la lengua.
— Estuve buscando información con los papeles que Seung Jin me dió — Comentó el peli menta y se dirigió hacia su computador — Y créeme que ese tal Jeong es difícil de rastrear, todas sus ''huellas'' estaban fabricadas, planeadas — comentó serio — y encontré esto — presionó una pestaña mostrando el número de una boleta.
— Un contenedor — Dae-Hyun observó pensativo.
— La cosa es... Fui al mismo. El lugar sólo tenía cajas llenas de papeles y cosas inservibles, pero en medio de todo eso, encontré esto — Colocó un viejo diario frente a Dae.
— ''La trágica muerte de uno de los apoderados más ricos de Seúl, el mayor de los Jeong' — Leyó el peli gris — ¿El hermano de Mr. Jeong? —
— Escondido en medio de la tapa de una maleta estaba esto — Min Yun sacó una bolsa plástica transparente, que contenía un pico de loro color rojizo y se la dio.
— Esto... Es sangre — vio seriamente las manchas que contenía en el pico el objeto.
— Seung Jin Hyung tomó una muestra de la sangre, la cual hará analizar para buscar el ADN proveniente — Respondió el peli menta mirándolo a los ojos prácticamente desparramado en la silla — Dae-Hyun... — Se enderezó y encorvó su torso posando sus brazos sobre sus piernas y entrelazando sus dedos — Este tipo... Por donde lo vea, parece peligroso. Deja esto a un lado, busca otro trabajo, deja que los problemas familiares se resuelvan solos, ellos tienen el poder y el dinero, tú no —
— No puedo — Dijo Dae, cabizbajo con la mirada perdida.
— Debes alejarte de ese lugar, podrías salir perjudicado, tal vez lastimado, incluso podrían matarte — Le regañó Yun.
— Si es como dices, entonces con más razón debo estar al lado de Young Soo — Respondó.
— ¡Tsk! — Min Yun sonrió con molestia — Estoy hablando de tu vida Dae-Hyun — Señaló.
— No puedo dejarlo solo... — Repitió el peli gris.
— ¡Ellos pueden pagar cientos de guardaespaldas! — Le cortó el peli menta exasperado.
— ¡La última vez que lo deje solo, ese maldito viejo de mierda lo golpeó con una jodida vara de metal hasta sangrar! — Dae-Hyun elevó la voz molesto— No dejaré que pase de nuevo —
— ¡¡Te has encariñado tanto con el mocoso que no reflexionas en el peligro en el que estás metido!! — Gritó Yun fuera de sus estribos.
— ¡Sí! ¡Me encariñé con él!¡Pero eso no tiene que ver con el hecho de que es una vida que está en peligro! — Rectificó el peli gris de igual manera.
— ¡KIM DAE-HYUN! — Gritó enojado, provocando que el menor se contrajera ante el repentino regaño — Le prometí a tu abuela, yo le prometí a tu abuela que cuidaría de ti — se levantó de su asiento, se acerco a Dae y colocó sus manos en sus hombros — le prometí que no volvería a dejar que corrieras el riesgo de morir... No de nuevo — puso su mano en la costilla izquierda del menor.
Dae-Hyun sintió su corazón doler al notar los ojos llorosos del mayor y sintió sus dedos acariciar la cicatriz que le había dejado el pasado.
— Yun... — intentó calmarlo, pero el peli menta estaba muy ensimismado en su propia mente — Hyung — dijo al sentir como las manos de su amigo apretaban con fuerza su remera. El mayor lo soltó y se separó de el, sin mirarlo al rostro — No voy a dejarlo solo — Repitió el peli gris.
Min Yun sabía muy bien que Dae-Hyun se refería a Young Soo. Dae siempre fue un jodido cabeza dura, si se proponía algo, eso debía pasar, lo sabía muy bien. No había caso, no escucharía sus palabras, aún incluso si él mismo quebraba su tan importante imagen y le suplicara en lágrimas, Dae-Hyun no lo escucharía.
— Está bien — Concedió el peli menta con la voz un tanto rasposa — Pero ten por seguro, que si las cosas se salen de control, yo mismo te sacaré de ahí con mis propias manos —
— Lo sé — Respondió el peli gris, observando con ternura al mayor. Min Yun podía ser la persona más odiosa, gruñona y aburrida del planeta, pero lo que le faltaba de altura le sobraba de corazón, por eso Dae-Hyun y su abuela llegaron a amarlo tanto, volviéndolo parte de su familia.
Abrazó brevemente al peli menta, acariciando sus cabellos y se separó de él, tomando su abrigo consigo, cerrando la puerta tras de si y se marchó.
Young Soo miró a los dos guardias parados de espalda frente a la puerta de su habitación, la sensación que estos le generaban era muy distinta a la del peli gris. Se sentía incomodo, desprotegido, incluso un poco paranoico de que alguno de ellos le pudiese hacer algo. Era como si dos enormes robles hubieran crecido repentinamente en su habitación.
La una de la madrugada se marcaba en el reloj y Dae-Hyun no llegaba, había salido a las 9 pm y aún no regresaba, lo que preocupaba demasiado a al menor.
Sus ojos eran como los de un búho observando fijamente a su puerta sin quitar la vista de los dos enormes tipos. Su lapicera jugaba en sus dedos nerviosamente y su cuaderno era sujetado a su lado con fuerza.
El acontecimiento de aquel secuestro la había dejado sumamente desconfiado y paranaoico. En su mente procesaba las miles de formas en la que podría tener que defenderse en cualquier momento si era atacado. Entonces todas sus alertas se encendieron cuando los dos sujetos se movieron repentinamente en dirección a la escalera. Young Soo estaba eufórico, su respiración se agitó, apretó con fuerza su lapicera y esperaba el momento justo para saltar de la cama.
— Estoy de vuelta — Dijo Dae-Hyun ingresando a la habitacion con un rostro pensativo ante la charla que había tenido con su amigo, pero eso se esfumó al momento en el que levantó la vista y vio a Young Soo en una posición un tanto semi encorvada, con la mirada asustada, como un pequeño animal que esta siendo asechado. Esto le desconcertó bastante, recordó los traumas que podía tener el menor después de aquella vez que lo encontró, e inmediatamente se acercó a él y se sentó a su lado.
— Hey, Young Soo, ¿Estás bien? — Preguntó preocupado, viendo la respiración agitada del menor.
— Eres tú — Sus músculos se destensaron un poco y pudo dejar su cabeza descansar dejándola agacha, pero su respiración aún seguía siendo un poco irregular — No confiaba en ellos, podrían haberme atacado — frunció el ceño.
— Está bien — Dae-Hyun sujetó el rostro del menor con una mano mientras quitaba el lápiz y el cuaderno cuidadosamente con la otra — Ya se fueron, estoy aquí — levantó cuidadosamente su rostro, mirándole a los ojos.
Young Soo sintió un poco más de calma al corroborar que aquel tacto gentil era puramente del mayor. Podía sentir la sinceridad en su tacto, la protección y delicadeza que éste siempre le hizo sentir, ahí estaban, frente a él nuevamente. Su corazón sintió un gran hormigueo y no sabía por que razón pero necesitaba tanto de aquel contacto , ese que solo él le podía dar y sin siquiera pensarlo, alzó sus brazos, rodeó el cuello del mayor y se aventó directo a sus labios.
Dae-Hyun se sorprendió al instante en el que tomó sin aviso alguno
sus labios, la desesperación del menor con la que ejercía presión en los
mismos. Le generó ternura, <
Young Soo se separó lentamente mirando fijo al mayor, dándose cuenta de la acción vergonzosa que había hecho, su rostro se sonrojo y aflojó su agarre intentando retroceder, pero antes de que pudiera hacerlo, Dae-Hyun le tomó nuevamente de los brazos atrayéndolo hacia el, fusionando sus labios de forma delicada, retomando aquel beso, prosiguiéndolo lento, pero pasional, provocando que su corazón se revoloteara y cerrara los ojos al sentir tantas sensaciones.
Dae-Hyun sujetó las piernas de Young Soo y lo levantó, acomodándolo en su regazo y apretó su cuerpo contra el suyo en un fuerte abrazo necesitado de sentirlo cerca de el. Besó sedientamente aquellos rosados e inocentes labios. Maldición, él estaba tan locamente perdido por este chico, por su lindo conejito.
— Está bien — Dae-Hyun le beso — Estoy aqui — le besó de nuevo — Estoy aquí — repitió entre besos mientras le acariciaba.
Young Soo lo escuchó, pero su necesidad de él era tan grande que siguió buscando desesperadamente sus labios, un beso tras otro, sin poder soltarlo de su abrazo.
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