La cara de Maika estaba ruborizada y aquellos gemidos seguían, aun estando despierto. El omega vio de reojo su bolso. Damián buscó las píldoras, había logrado hallar el frasco, pero este se encontraba vacío. La enfermería estaba a unos salones de ahí, sabía que si corría sería capaz de buscar las pastillas y traerlas de vuelta a Maika.
—Vuelvo en un momento, de acuerdo.
Al escuchar aquellas palabras Maika no pudo evitar pensar en los alfas que habían estado a punto de abusar de él. Y sin darse cuenta se encontraba aferrado al brazo de Damián.
—No te vayas... —el cuerpo del omega temblaba.
—Debo darme prisa de otra manera.
—Por favor no me dejes —aquellos ojos dorados, se habían llenado de lágrimas las cuales comenzaron a rodar por las mejillas.
—De acuerdo —Damián cerró con seguro la puerta —En serio que te gusta tentarme demasiado —decía, para después morder levemente aquella oreja pálida.
Maika soltó un gemido, y se dispuso a buscar aquella boca, lamió levemente los labios del alfa para después liberar sus feromonas. El alfa al sentir el calor de aquella lengua acompañado del delicioso aroma, le acercó para poder besarle, amaba el sabor de esa boca, y el sentir como sus labios y sus lenguas se complementaban, hacían de aquel beso algo exquisito.
Maika se separó un poco, había estado tan inmerso en el beso que su respiración estaba demasiado agitada. Damián trató de besarle de nuevo, pero el omega le detuvo, posando el dedo índice sobre sus labios, y se dispuso a besarle el cuello mientras que empezó a quitarle la camisa a Damián. Maika quien ahora besaba esos musculosos pectorales, comenzó a descender hacia el abdomen, para luego abrir con los dientes la bragueta del pantalón.
—Quiero aah —proclamó, sin dejar de verlo a los ojos y lamiendo la ropa interior de Damián.
—Maika aah aah —pronunció, pasando sus dedos entre el cabello del omega. Quien por su parte se dispuso a sacar el pene del alfa y comenzó a besarlo poco a poco.
—Es muy grande —dijo, pasando su lengua por la cabeza de aquel miembro, para después comenzar a introducirlo en su boca. Aun cuando le costaba meterlo debido al tamaño, no podía evitar querer seguir saboreándole. Las manos de Damián ahora se encontraban aferradas firmemente a la cabellera color caramelo. El interior de la boca del omega se sentía increíble.
Maika seguía introduciendo el miembro cada vez más a la par que enrollaba su lengua, y continuaba estimulándolo con una mano, mientras que con la otra había comenzado a masturbarse, pues el placer parecía desbordarse de su cuerpo. Podía sentir, como su parte posterior comenzaba a palpitar inconscientemente. Sintió que el pene del alfa crecía aún más y de alguna manera daba la impresión de temblar levemente.
—Maika detente —aun cuando sabía que, de no hacerlo este acabaría dentro de su boca no le importó, por el contrario, deseaba más. Logró meterlo al fondo de su garganta y sintió como el semen de Damián le llenaba, por su parte el omega eyaculaba, mientras sentía aquel fluido tibio recorrer su garganta.
Damián levantó al omega y lo colocó en la mesa de conferencias. Retiró los zapatos, y terminó de quitar el pantalón y la ropa interior de Maika. Tomo la pierna izquierda, le beso suavemente la planta de los pies, conforme iba avanzando hacia los muslos, podía oír a Maika cada vez que le mordía.
—Aaahh aaah.
—Estás muy mojado —dijo mientras comenzaba a introducir sus dedos, Maika no pudo evitar correrse de nuevo, al sentir como estos seguían rozando efusivamente el punto sensible de su interior —¿Así que te bastó con eso? —decía subiéndole la camisa, mientras comenzaba a pasar su lengua sobre las areolas, estas respondían al sentir el camino que trazaba y al percibir dientes mordiéndolo levemente.
—Umm aaah —la forma en la que el cuerpo del omega reaccionaba, y al oír sus gemidos era una prueba clara de que también lo estaba disfrutando. Succionó aquellos tersos pezones, pues quería dejar aquel cuerpo lleno de marcas nuevamente —Noo aaaah.
—Dices que no, pero parece que estas a punto de correrte nuevamente, me pregunto si debo hacerle caso a lo que pronuncias o a lo que me muestra tu cuerpo —dijo para después morderlo aún más fuerte.
—Aah hmmm quiero —suplicaba tocando el pene de Damián.
—Espera un poco, necesito prepararte adecuadamente —respondía, introduciendo otro dedo.
—Aaargh —la cavidad del omega ahora se encontraba inundada de fluidos corporales, a tal grado que estos se comenzaron a derramar. Su interior no había dejado de palpitar, este parecía suplicar por el miembro del alfa.
—Bien creo que así será suficiente —declaró lamiendo el fluido que se encontraba en sus dedos, tomó su pene y comenzó a introducirlo lentamente. Podía sentir como este se abría camino en el interior del omega. Le tomó por la cadera mientras seguía embistiendo, veía como mordía sus labios para tratar de ahogar sus gemidos, aun cuando se encontraba en celo parecía que a comparación de la vez anterior, esta vez este estaba más consciente.
—Aaaah siii aah umm —Maika sentía como Damián comenzaba acelerar el ritmo de las penetraciones, estas no solo eran cada vez más rápidas, sino que parecían también tener más fuerza. Una y otra vez que el pene del alfa golpeaba su interior, podía sentir que su cuerpo parecía estar en llamas, al mismo tiempo notaba como sus movimientos se comenzaban a coordinar con los de Damián.
—Relájate, me estás apretando mucho...ugh me es difícil moverme.
Por más que trataba de relajarse, no podía evitar que su cuerpo temblara de placer, y se contrajera con cada penetración. Maika levantó sus brazos como si hiciera una invitación para que Damián le tomara. El alfa le acogió en brazos, y mientras las piernas se comenzaban a enredar en su cintura este continúo embistiendo. El omega podía sentir como aquel miembro ahora se encontraba de alguna manera tocando aún más adentro, y eso había hecho que se corriera de nuevo.
—Espera, aaah por fav aaah.
—No, solo un poco más —dijo mordiendo su cuello, haciéndolo gemir aún más de placer. Pudo sentir, como este le enterraba las uñas en la espalda y encajaba los dientes en sus hombros. Quería aferrarse a algo, pues todo su ser parecía derretirse ante la satisfacción que estaba experimentando.
Aquella cara que instantes atrás mostraba miedo se encontraba en éxtasis total. Las lágrimas que en esos momentos llenaban sus ojos dorados, se debían al placer incontrolable que sentía. Damián bajó a Maika de sus brazos, para colocarle de espaldas e hizo que este subiera una pierna en aquella mesa. Arremetió de golpe contra él, el abdomen del omega mostraba una protuberancia, dejando en evidencia lo profundo que estaba siendo penetrado.
—Aaaah aaah —Damián apretaba con una mano aquel bulto y esto hacía que Maika sintiera aún más satisfacción.
—Aún no —decía sin dejar de penetrarle —Maika, tu interior se aferra a mí, se siente bien, diablos —el omega seguía sintiendo aquella presión en su abdomen mientras era embestido continua y más salvajemente.
El alfa le tomó por la barbilla para besarle, cada rincón de ambos cuerpo parecía estar llegando al clímax. Maika percibió como Damián se corría al mismo tiempo que él, el semen seguía siendo bombeado en su interior, de tal manera que se había esparcido en aquella mesa. Aquel cuarto, en ese momento se encontraba lleno de feromonas. Las cuales se complementaban perfectamente, y parecían sellar en forma de marca temporal aquella unión de cuerpos, aun las respiraciones de ambos se encontraban jadeando en sintonía.
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Aunque había hecho lo más posible para limpiarse, Maika aún era capaz de percibir el olor de Damián en su piel. Sentía como el calor aún no abandonaba sus mejillas y podía jurar que su respiración aún no se había normalizado.
—Iré a buscar una píldora a la enfermería.
—No necesitas hacer eso.
—¿De qué estás hablando? ¿Sabes que me he corrido dentro, cierto?
—¡Dije que no es necesario!, no creo que te deba una explicación. Así que solo olvídalo.
—Creo que debo diferir en esta ocasión —replicó, tomándole del brazo.
—Tsss, podría decirse que soy prácticamente un beta, así que no debes preocuparte de que quede embarazado... Además, hoy era el último día de mi ciclo de celo.
—Maika —aquellas palabras habían dejado perplejo a Damián.
—Debemos darnos prisa o llegaremos tarde.
Nota: *Para los omegas, la probabilidad de quedar embarazados durante el ciclo de celo disminuye con el paso de los días. En el caso de Maika, de acuerdo con los resultados médicos la probabilidad de embarazo era nula, aun desde el primer día.
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