Un desconocido esta frente a la puerta de su casa pidiendo algo, más practicamente exigiéndolo. Daeh-Hyun comprende la situación, lo que se le refleja en el rostro, haciendo que no pueda encontrar palabras para enfrentar al sujeto, sin poder quitarle los ojos de encima.
—Yo....— Intenta pensar en que debería de responder.
— ¿Puedo pasar?— Seung Jin interrumpe en la clara confusión del chico— Hace mucho frío y estar completamente empapado no es de mucha ayuda— los labios le tiemblan tiemblan por el invernal clima y se notan un tanto morados, contrastando con su apariencia elegante y bien puesta.
— Ah. Claro, por favor pase— Se hace a un lado para que pueda ingresar el sujeto, aparentemente mas mayor, observando que entra dejando charcos de agua en el piso que gotean de su gran tapado negro.
— Como decía, necesito que seas mi guardaespaldas— Observa al joven que no se inmuta al verlo entrar y sigue recostado leyendo, y se gira nuevamente para dirigirse a Dae — Bueno, no mí guardaespaldas realmente...— se enreda con sus propias palabras.
— No comprendo...— Responde el peli gris.
— Young Soo —
El nombre del joven que había rescatado se hacia presente de nuevo, era como si quisieran recordárselo, haciendo que algo en su interior se mueva inquieto.
— Él, es mi primo. Le pregunte por ti, y veras, Mr.Jeong esta buscando nuevos guardaespaldas para su cuidado— Explicó.
Este joven chico sigue apareciendo en su entorno, como si intentara meterse a la fuerza a su vida, y eso le incomoda un poco.
—Lo siento. Si es verdad que le ayude, pero yo no tengo nada que ver, no es mi responsabilidad—
— Necesito que seas tu quien lo escolte. No puedo confiar en mí tío para esto, si solo un error más ocurre, temo que en pocos días reciba la noticia de que lo encuentren asesinado en una zanja— las palabras exageradas que salen de su boca con tono de ''tío mayor'' parecen un melodrama , pero la angustia y preocupación que salen de las mismas, hacen a Dae-Hyun dudar de su convicción poniéndolo a pensar.
— Que... Si es tan importante, ¿Qué te hace pensar que puedes confiar en mí?— mira de forma pensativa hacia el suelo, para luego volver la mirada a Seung Jin.
—Le salvaste la vida, sin saber quién era. No creo que haya mejor prueba que esa— La firmeza en su dulce voz se hace notar —Tendrás una buena paga. Si aún crees que necesitas más, te pagaré yo también, el dinero no es problema— Insiste.
Dae-Huyn giró inmediatamente su vista hacia Yun. Su amigo y compañero de trabajo tiene una gran deuda que su padre le dejó al morir, cada centavo que gana, se lo entrega a unos matones de mierda, que habían estafado al viejo por andar en malos caminos. Siempre pensó que su amigo no merecía eso, pues a pesar de su difícil carácter siempre fué alguien de bien, que odia la injusticia y piensa primero en proteger a los demás antes que a sí mismo.
Ésta cantidad de dinero, podría ayudar a su amigo. A él no le interesaba el dinero realmente, es feliz con solo tener una vida tranquila , comida y un techo para dormir.
— Está bien, lo haré—
—¿¡De verdad!?—Seung Jin sonrió ampliamente poniendo sus manos sobre los hombros de Dae y mirándolo directo al rostro, haciendo que éste se sobresalte un poco por su acción —Me encargaré de infiltrarte en los datos, espera a que yo te llame— le extendió una tarjeta rosa— Eres realmente guapo como él dijo— miró hipnotizado por unos segundos al chico, para luego darse la vuelta y abrir la puerta.
— A-aguarda, ¡Mi número de teléfono! —trató de decirle.
— No hace falta— Le interrumpió— te llamaré, así como llegué hasta tu casa— dijo con una amplia sonrisa cerrando la puerta tras de si.
Dae-Hyun se quedo parado en silencio, intentando asimilar todo lo ocurrido
— ¿Alguien le dijo que soy guapo?— sonrió de lado un tanto aturdido.
Algo era seguro, luego de recibir la llamada de este extraño y atractivo sujeto, sería el guardián de aquel muchacho que por extrañas vueltas de la vida, él le vio, siendo bajado de aquella camioneta negra, manifestándose de la nada con su completo afán en salvarlo, y lo único que conocía de él, era su prestigioso apellido y su sangrante y deformado rostro.
—Si se quedaba un rato más, iba a pensar que podría ser igual de extraño que tú— Bromeó el peli menta ante la situación sin quitar el diario frente a su rostro.
Dae- Hyun solo miró por unos segundos la puerta, un tanto inquieto y confuso mientras rascaba su nuca.
—Se ha deshinchado bastante, aunque tal vez deje alguna marca— Comentó para si mismo.
Young Soo se miraba al espejo, mientras voltea de un lado a otro tocando las partes lastimadas de su rostro.
Cuanta impotencia. Su pecho se siente pesado, como si una enorme roca se alojara dentro. Esta cansado de tener que soportar todas las estupideces por culpa de su padre que es un maldito egoísta enamorado del dinero.
Gira a ver a sus costados la enorme sala de lectura. El gran silencio que cubre toda la mansión es desgarrador, al punto en el que su propia respiración se escucha como si saliera de un jodido parlante.
Esto lo entristece más de lo que ya está, sus heridas duelen, la soledad lastima su alma, y el cansancio emocional lo domina, dejando escapar un rostro de profunda depresión.
— Iré a ver a Joon — Se dice en voz alta intentando evitar pensar en cosas negativas.
Se dirige por las escaleras al primer piso, pasando por el pasillo hasta llegar a la cocina.
—¡Hyung!¿Qué haces?— Dice anunciandose antes de entrar al lugar, pero al abrir la puerta de la enorme cocina, no encuentra a nadie.
Miró en todas direcciones sin decir palabra alguna, mientras caminaba hacia la mesada, donde un par de verduras a medio cortar se encontraban, al lado de una filosa cuchilla. Sintió curiosidad por su brillante color plateado, era hermosa pero peligrosa al mismo tiempo.
Mientras más miraba el brillante objeto, más obscuridad inundaba sus pensamientos.<<Si hubiese muerto en ese momento, estaría en paz. El estúpido viejo ya no me utilizaría. No estaría encerrado como un asqueroso animal. Ya no seria una acción empresarial. No me dolería el pecho, el alma, no me sentiría el despojo que soy, no me ahogaría en mi propia tristeza>>.
Fue silencioso.
El filo de la cuchilla cortado la piel de su muñeca, la sangre brotaba por cada milímetro de la herida.
El rostro con la amplia sonrisa en su rostro, las tartas y los retos, de su amado primo, se hicieron presentes. Joon, leyéndole historias, trayéndole libros, recibiéndole con esos hoyuelos, y su perro, PomPom, recibiéndole con tanta alegría.
<<¿Qué hice?>> Lágrimas brotaron de sus ojos, haciendo que el shock debilite sus piernas y cayera al suelo de rodillas.
Quería morir, realmente quería morir, pero imaginar el rostro quebrado de las personas que amaba, no lo dejaron continuar.
— ¡Ese torpe carnicero, le dije que carne de!...— La impactante imagen al ingresar a la cocina hizo que el moreno se frenara de golpe.
Young soo yacía de rodillas en el piso, con la cuchilla a su lado teñida de rojo en su filo, sosteniendo con su mano la muñeca que no para de sangrar a montones. Sus lágrimas brotaban en abundancia, mientras su rostro de dolor y miedo mezclados estaban fijos en Joon.
— Lo siento, no debí hacerlo, no le digas a Seung Jin Hyung — pronunció con la voz quebrada entre sollozos desesperado.
Las palabras de Young Soo, hicieron que reaccionara, corriendo hacia él, arrodillándose ante el menor.
— De-debemos apretar la herida— arrancó un pedazo de su blanca camisa, envolviendo la herida de su muñeca.— Presiona lo mas fuerte que puedas— Le pidió, intentando mantener la calma para llevar la situación.
Young Soo asintió, mientras Joon le ayudaba a pararse, para prácticamente subirle a su motoneta marrón de un estilo antiguo, y comenzar a conducir.
<<Otra vez estoy aquí>> pensó Young Soo ya en el Hospital. Aspirando profundamente el olor alcohol etílico y desinfectante, mientras estaba sentado obedientemente en la camilla y el doctor le cocía la herida.
— Con esto ya esta.— Dijo el Doctor— Fue una herida bastante profunda, pero pude detener el sangrado. Solo cuide de que no se infecte.— informo a Kwan Joon — Y tú, ten más cuidado cuando juegues en la cocina— Se dirigió al menor, para luego despedirse y retirarse.
Tuvieron que mentirle un poco al medico, con que Young Soo estaba jugando con su perro en la cocina, y luego de tropezar, cayó sobre la mesada cortándose con la punta filosa de la misma.
— ¿En qué estabas pensando?— su voz está mucho más gruesa y se puede notar que el morneo esta molesto.
— Busqué la forma fácil— Acepto Young Soo — fui un cobarde, lo lamento, no lo volveré a hacer. No le digas a Seung Jin Hyung — la mirada apagada del muchacho sigue fija en el suelo.
Joon se acerco al menor rápidamente, haciendo que se sobresalte un poco pues pensó que iba a golpearlo.
— Te prometo, que vamos a solucionarlo, pero ésta no es la forma— pronunció con gran pesar mientras le abrazaba con gran fuerza.
— Perdóname...— Suplicó Young Soo con las lagrimas desbordándose de sus ojos.
La noche había llegado y la luna se lucia en todo su esplendor.
— Ya deja de dar vueltas por la casa como condenado. Ven a acostarte conmigo, ya es tarde— Dijo Seung Jin con voz tierna, palmeando el colchón.
Joon, ha estado caminando de una esquina a la otra, pensando, angustiado, impotente, por lo ocurrido en el día. Se frena al escuchar la dulce voz de su amado, y se dirige a la cama para acostarse a su lado.
— Young Soo... me pidió que no te contara, pero, creo que mereces saberlo....— Comenta con duda y preocupación en su voz
— ¿Y ahora qué rompió?— Sonrió ingenuo el castaño.
— Hoy...El... Intento suicidarse— la mueca de pena y tristeza se le hacen presentes, mientras mira a su novio.
La sonrisa de Seung Jin se borra al instante, al darse cuenta que por su tono de voz, Joon no esta jugando, siendo apoderado por el pánico y el shock.
— ¿¡Por qué me lo dices hasta ahora!?— los ojos se le humedecen mientras golpea el pecho del moreno con sus puños— ¿¡Cómo puedes ocultarme algo así!?, ¿En dónde está?, ¡Voy a ir a verlo!— Intenta levantarse de la cama, pero Joon lo sujeta, haciendo que este caiga de nuevo en su lugar, rodeándole con los brazos.
— Es por esto que no te dije antes. Él esta bien, lo llevé al Hospital y lo curaron. Me quede con él hasta que se calmó. Lo dejé durmiendo con PomPom — acaricia dulcemente el cabello de su amado, mientras siente su camiseta humedecerse, por las lágrimas del mismo— No llores, vamos a sacarlo de ahí, por el momento, llama al guarda espaldas, así podremos protegerlo. Y le hará bien un poco de compañía cuando nosotros no estemos— Le acarició el rostro haciéndole girar hacia el— No llores, te prometo que el esta bien— Le beso en los labios reconfortándolo, siendo correspondido.
— No vuelvas a ocultarme algo así— Lo regaño.
— Lo se, lo siento—
— Idiota— Volvió a besar los labios del moreno, lenta y apasionadamente, mientras este los giró, quedando el moreno sobre el.
Joon beso su cuello, mientras le acariciaba el torso, pasado de jugar con la zona sensible, haciendo que Seung Jin suelte pequeños jadeos, para luego volver a sus labios. Sus respiraciones se agitan al aumento de las caricias.
EL moreno le sujeta una de las piernas, levantándola hasta la altura de sus hombros, mordiendo suavemente la piel, provocando escalofríos en el castaño y pequeñas descargas en su parte baja.
Presiona su erecto miembro contra la parte íntima de su pareja, haciéndole entender que se abrirá paso, y comienza a acariciarle la cintura, metiendo su pulgar por la orilla del elástico pantalón, para comenzar a quitárselo lentamente sin dejar de besar sus carnosos labios.
Las lágrimas, por la difícil noticia que recibió de su amado primo, continúan cayendo, mezclándose con el amor, la desesperación y excitación, que Joon le hacía sentir; y aunque, comprendía que no era momento para tales cosas, estaba claro de que la única forma en la que sabían sobre llevar el dolor, era amándose.
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