Como era usual, las calles del centro de la ciudad estaban repletas en la hora pico. Los autos se amontonaban provocando un caos de molestos sonidos y bocinazos.
— Este Jodido tránsito— susurró— Señor, ¿No puede ir por otra parte?— Preguntó moviendo su pierna con inquietud.
—Lo siento, no puedo hacer nada— respondió el taxista.
Puso sus finos y largos dedos sobre su barbilla pensando, no faltaban muchas cuadras, podía ir caminando, no, corriendo, por que estaba desesperado por ver a su pequeño primo.
—Esta bien, puedo correr desde aquí— Extendió el dinero hasta el taxista —¡Quédese con el cambio!— exclamó saliendo a toda prisa del auto.
Corrió las cuadras necesarias que no fueron pocas pero si necesidad por verlo eran mayores, y al llegar a la gran mansión subió las escaleras a toda prisa.
—¡Young Soo!— exclamó al entrar al cuarto y ver a su tierno y pequeño primo en cama lleno de vendajes y curitas adhesivas.
— ¡Seung Jin! — El nombrado se sentó instantáneamente y sonrió de manera amplia al ver a su primo ingresar por la puerta.
— Escuché en la empresa que habías sido hospitalizado, pero cuando fuí al hospital dijeron que te habían trasladado aquí —abrazó con gran fuerza al menor.
— ¡Hg! no tan fuerte Hyung, mis costillas duelen— intentó soportar las punzadas por el cálido abrazo de Jin, pero dolía demasiado.
—L-lo lamento— se apartó un poco, pero inmediatamente agarró el rostro del menor con cuidado, revisándolo — ¿Quién te hizo esto?, tu rostro está todo lastimado— Sintió dolor en su corazón por ver a su amado pequeño de esta forma.
— Esto no es nada, hubieras visto cuando me encontraron, estaba tan desfigurado e hinchado que no podían reconocerme, ahora al menos tengo mi nariz en su lugar hahaha— Le restó importancia.
— ¡No es gracioso!— tiró de la oreja del muchacho.
— ¡A-ay!— Se quejó ante el jalón.
—Debes cuidar de tu salud, ahora no es momento para bromas— Le regañó— bajaré a la cocina, te haré esa tarta de frutilla que tanto te gusta y luego vendré a jugar contigo— dijo levantándose de la cama.
— ¡Te amo Hyung!— gritó desde la cama mientras su primo se alejaba.
— También te amo— extendió un poco su brazo en señal de corresponder.
Seung Jin bajó a la cocina, tomó un delantal del perchero y comenzó a buscar los utensilios necesarios. Luego de sacar los ingredientes, volcó la harina en el bol.
—No me gusta que pongas esa cara tan triste— Una voz se hizo presente.
Dos brazos rodearon la cintura de Seung Jin, abrazándolo por la espalda. Pequeños pero tiernos besos, fueron depositados en la parte baja de su nuca, haciendo que se retuerza un poco por el cosquilleo que le causa a su pecho.
— Joon — pronunció con una suave voz, llevando su brazo derecho hacia atrás para acariciar el corto cabello del moreno. Luego se apartó un poco para girarse y verle de frente.
—No puedo evitarlo, verlo así me parte el corazón— comenta con voz triste— ¡Es todo culpa de ese viejo...!— Frunció el ceño impotente.
— Shhh, no te pongas así, sabes que las cosas se arreglaran a su tiempo. Mientras tanto, debemos protegerlo como podamos en este momento— Intentó tranquilizar al contrario, para luego depositar besos sobre sus labios, apoderándose apasionadamente de los mismos, aferrándose aun más fuerte al abrazo que le ha correspondido su novio.
Kee Seung Jin, es el hijo del hermano de Mr.Jeong. Supuesto legítimo heredero de la empresa Jeong.
Su madre fué una de las amantes de su padre, por lo que al ser un ''hijo bastardo'' se le fue negado el derecho del apellido de su padre, recibiendo el apellido de su madre. Se crió un tiempo con Young Soo, cuando eran pequeños, tomándose mucho cariño mutuo, pero luego de un tiempo fué descubierto el adulterio de su padre.
Siendo expulsados de la familia, su madre recibió migajas de las acciones, como promesa de que no volviera a mostrar la cara de ella o del niño otra vez. Pero años después al fallecer su padre, la mitad de las acciones fueron entregadas a Jin, por ser hijo legítimo de sangre del mayor de los hermanos Jeong, más la otra mitad fué adjunta a las demás acciones ya pertenecientes del padre de Young Soo.
Su tío lo odia por ser un bastardo, y Seung Jin odia a su tío, por ser un hijo de puta que usa a su hijo como una prueba de poder para sus tan amadas acciones, además de que Jin ha presenciado el encierro de Young soo como si fuese una mascota cara que sólo le hace perder el tiempo.
Conoció a Kwan Joon desde pequeño. Comenzaron a salir cuando iban a la universidad, y ya llevan dos años de formalizar su relación. Jin odia que Joon trabaje en la mansión, pero él moreno lo hace por que quiere dar honor a su padre, y porque de esa forma puede cuidar de cerca a Young Soo.
Seung Jin está a cargo de un cuarto de las empresas Jeong debido a sus heredadas acciones, es un trabajador responsable, bien parecido, y claramente de una buena posición economica.
—Ng— jadeo al sentir la lengua del moreno jugar dentro de su boca.
Se alejó un poco deteniendo el beso.— J-Joon, debo hacerle la tarta a Sookie, y le prometí que jugaría con el hoy— su rostro sonrojado y su respiración agitada.
— Lo siento, es que cuando te veo no puedo controlarme— deposita un suave beso en el cuello de su pareja.
— Eres un pervertido, ¿¡No te bastaron las dos veces de anoche!?— da unos golpes pequeños en el pecho del moreno en señal de que se aparte.
— De acuerdo, no molestaré y te dejaré jugar con tu amado primo. Pero a cambio esta noche quiero otras dos veces más— dice oliendo el cuello de su pareja, y depositando un último beso.
— Está bien, pero espera a que lleguemos a casa. Ahora ayúdame a preparar el postre—
Yeoung Soo se levantó de la cama, poniéndose frente al espejo para apreciar bien los moretones y heridas en su rostro. Gran disgusto y odio por su padre se apoderaron nuevamente de el, sus propios sentenciadores de muerte le dijeron que lo que había pasado era por culpa de su progenitor. Al mirarse la nariz , inmediatamente vino a su memoria aquel peligris que le había salvado de aquellos matones.
— Dae-Hyun ... Mi salvador— Sonrió al recordar la estupidez que dijo mientras prácticamente estaba inconsciente— ¿Qué clase de idiota bromea en un momento así?— Solto una pequeña carcajada.
—¿De qué te ríes?—
Young Soo gira de inmediato y le brillan los ojos al ver a su primo ingresar con una apetitosa tarta te de frutilla entre sus manos, la que tanto le gusta, poniendo toda su atención en la misma, mientras se acerca ahora a la mesita en la que el mayor la ha colocado
—¿No vas a decirme?— reprocha Seung Jin.
— No es nada, solo estaba recordando lo raro que era el tipo que me rescató— Respondió tomando una enorme porción de tarta.
— No sabía que te había rescatado un extraño, creí que había sido uno de los guarda espaldas— Comentó curioso.
— M-hm— mueve la cabeza en ambas direcciones negando mientras su boca esta llena de comida— Lo hubieras visto, entró con una geniiaal patada voladora, noqueó a tres tipos él solo, creo que no sabe que lo ví. Fué increíble, pero luego comenzó a hacer chistes mientras estaba sufriendo de dolor, hundiendo todo pensamiento de grandeza que pude haber tenido de el antes— toma un poco de jugo que hay frente a el.
—Por casualidad.... ¿Te dijo cómo se llamaba? — Seung Jin esta sumamente interesado en la información que acaba de proporcionarle su primo de ésta extraña persona.
— Dae-Hyun. Nunca lo olvidaría, lo que tenía de bien parecido lo tenía de idiota— continúa concentrado en la comida.
— ¿Qué pasó con tu guardaespaldas? no lo he visto por aquí— posa su cabeza sobre su mano, y apoya el codo sobre la mesita.
— Papá lo despidió, esta haciendo una nueva lista de posibles postulantes—
El fuerte resonar de estruendoso relámpagos estallaron en el cielo
— Maldición, esta maldita lluvia no para, y tengo mucha hambre— Dae-Hyun hace una graciosa mueca de dolor, mientras sostiene su estomago con las manos.
—Te dije bien jodidamente ésta mañana que fueras temprano a comprar, por que había pronostico de lluvia. Ahora debemos aguantarnos el jodido hambre de mierda— Min Yun, el compañero de cuarto y trabajo de Dae-Huyn, yace recostado sobre el viejo sofá de la pequeña casa.
— Hyung, no me hables así, me hieres— Reprocha de forma tierna haciendo un puchero.
—No te quejes, estamos así por tu culpa— extiende el periódico sobre su cabeza con ambas manos— Pero oye...— se endereza de repente— ¿No tienes ni un poco de curiosidad de qué pasó con ese chico que salvaste? Dijiste que tenía la cara destrozada, ¿Habrán podido arreglar su cara o habrá quedado deforme?— mueve su mano izquierda en círculos frente a su cara con un rostro de desagrado.
— No lo se, han pasado dos semanas ya. Debe estar bien, después de todo, su padre es dueño de media Corea —
— Aaahjj nacido en cuchara de oro. Que envidia, si yo tuviera dinero tendría mi propio estudio, con un piano y toda la cosa— dice mientras se recuesta de nuevo en el sofá leyendo el diario.
El sonido del timbre resuena en la casa repentinamente.
Ambos miran hacia la entrada.
—Ve a ver quien es— Ordena el peli menta centrando su vista de nuevo en la lectura.
— ¿Quién podría salir con ésta lluvia?— pronuncia bajo Dae-Hyun mientras ladea su cabeza y se dirige a la puerta. —¿Sí?— Pregunta asomándose por la misma luego de abrirla.
Un elegante y alto muchacho de cabellos castaños permanece con con un paraguas negro debajo de la feroz lluvia y un largo tapado negro que gotea por la misma. Alguien que nunca había visto.
—¿Se encuentra Dae-Hyun? — Pregunta el desconocido.
— Soy yo— Dice en respuesta
— Mi nombre es Kee Seoung Jin. Vine para pedirle que acepte mi oferta de trabajar como mi guardaespaldas —
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