Si fuera remar al norte opciónen este río que de mí tiratus labios besaría con más decisióny a tu cintura con más fuerza me ceñiríapor de nuevo no ser arrastrado por la corriente, en su ignoranciacruel, en su empeño frustradodejándome, gélido caudal de manecillas,que odio en secreto cuando con arroganciael café de tus ojos creo olvidado.Aún en la distancia,a través del grueso silencioque mis oídos hace sangrar,tus espejos de caoba escancianel dolor y de mi alma el precio,que por ella palabra sino suplicar puedo.¿Vive el que no sufre?¿Sabe en el fondo quien ama quecuando se acabe quedará un pozo de azufre?¿Que, hueco del amor que lo llenó,vacía la emoción que lo movió,no verá sino ajeno el prójimo doquiera que vaya?Ese éxtasis, esa seda que embarazoalguno le causara y el mismo infierno le enfriara,para equilibrar trae el riesgo del rechazo;del fin.Lógico, natural, comprensible;pues si finito es el humano,finito es también lo sensible.Como el tiempo, verdad ¿No?
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