Un mes ha pasado desde aquel gran incidente, las personas aún hablaban del asunto como si hubiera ocurrido ayer, a pesar de que todos seguían con sus rutinas, no podían sacar de sus cabezas lo sucedido. Incluso, seguían hablando del tema en las noticias, y no solo de forma nacional, era tendencia a nivel mundial. Nunca antes se había visto una crisis como esta en el pasado. Muchos cuestionaron al gobierno por su lenta respuesta ante la situación y el que no hayan podido impedir que aquel mensaje se haya transmitido por todos lados. A pesar de ser tártaro el culpable, la vista de todos estaba puesta sobre el gobierno.

Una noticia hizo que el mundo temblara y era uno de los temas principales que aún seguían debatiéndose. La mitad de la población pareció. Los criminales desaparecieron sin dejar rastro. No solo cuestionaban al gobierno por su falta de rapidez, sino también por no ser capaces de salvar las vidas de sus propios ciudadanos. El odio y la desconfianza hacia el gobierno creció lentamente.

En la ciudad solo quedaban escombros, ningún edifico o casa se mantenía en pie. Lo que pocos saben, es que quienes causaron el colapso total de los edificios y casas fueron, los sujetos especiales quienes, al fallar su misión, destruyeron todo para borrar evidencia que demuestre que ellos estuvieron ahí, de tal forma, solo serían rumores o exageraciones de la gente sin ninguna evidencia.

Los militares controlan la zona, muchos vehículos entraban y salían del lugar, estaban reconstruyendo todo desde cero, quienes lograron sobrevivir fueron desplazados a campamentos temporales. Periodistas se acercaban a los ciudadanos y les preguntaban cómo fue la experiencia y lo que sucedió.

Las versiones varían, pero había puntos que concordaban, la masacre, la batalla, los seres sobrehumanos. Todos se preguntaban quién era aquel sujeto del video que se hizo viral y que ofrecía una enorme recompensa por atrapar a esos dos sujetos.

El mundo entero empezó a buscar quien era él y quienes eran aquellas personas por las cuales estaba dispuesto a pagar tan enorme suma de dinero y bienes.

Mientras tanto, al otro lado del mundo, el uno de los extremos las lejanos, Nueva Zelanda, se encontraban Hana y Carlos, ambos con sus cuerpos ya recuperados y sus heridas serias habían sanado, pero luego de lo sucedido, decidieron que lo mejor era vivir escondidos teniendo una vida pacifica, no lograron ni resistir una semana y por poco mueren. No tenían la fuerza necesaria para combatir, ni aliados, ni armamento, solo ellos dos. Al entender esta terrible verdad, tomaron aquella decisión.