Todo hubiera estado bien si ya solo él no hubiera intentado besarme.
—¡NO! —grite por instinto.
Karte se detuvo en seco, con una mirada de tristeza en su rostro como nunca antes lo vi.
—Entiendo... Sé que no hay nada para mí en esta ciudad.
—No es eso... Sabes muy bien porque yo no...
—Lume... Tengo que tener auto respeto... —Karter comenzó a vestirse—. No puedo tocarte, abrazarte o besarte. Solo me buscas para apretar mi correa como un perro que se te escapa.
—¡Eso no es verdad! Nunca te he-!
—¿Sabes por qué me quedé en Bruma todos estos años? ¿Por qué nunca regrese con mi familia? Por ti... Lo que siento por ti es más importante que cualquier otra cosa.
—Tu significas mucho para mí... Eres lo único que conservo de mi otra vida.
Karter suspiro exasperado.
—Siempre me dices que quieres olvidarlo todo y seguir adelante... Esta es tu oportunidad... Soy lo único que te queda. Déjame ir, así no tendrás ningún contacto con los magos.
No pude responder ni seguir encarando su mirada. Así que me enfoque en abrazar una almohada, Tapando mi vergüenza.
—Está bien. Te dejaré besarme.
—No te estoy pidiendo un beso, Lume. Eso se lo das a cualquiera que no te ame como yo. Lo que quiero es que me dejes demostrarte mi amor.
Karter, ya vestido, salió de la habitación, dejándome solo.
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