En el pasado de hace 7 años, alguien defendió a un Lume fugitivo.
—¡Deténgase, señor! —le suplicó un adolecente pelirrojo de 16 años a un hombre maduro convaleciente en una cama de hospital—. ¡No voy a permitir que Lume me olvide!
El hombre maduro, se llamaba Amakiir, futuro archimago de Bruma, y padre del chico que acababa de salir corriendo desesperado de la habitación.
—Tu… desterraste mi aura ¿Cómo es eso posible?-— el hombre lucía claramente impactado por tal suceso.
El muchacho no respondió y se limitó a mirarlo desafiante.
Amakiir exhalo con frustración, y se dejó caer contra su cama.
—Arch, esto podría ser un problema —dijo, posando sus manos sobre su pecho mirando el techo—. ¿Tú quién eres?
—Eso no es importante. No dejaré que persiga a Lume, ¡hacerlo olvidar no lo ayudará! —Contestó el pelirrojo, molesto y alerta en caso de que Amakiir intentara levantarse.
—Eres muy joven, niño, cuando tengas mi edad desearás la bendición del olvido, ser un lienzo fresco para hacer lo que quieras en el mundo—. Amakiir volteó a mirarlo, intrigado.
—Eso no es cierto, señor, lo sé de primera mano, perdí la memoria el día del incidente y no tengo nada en este mundo, ni mi propio nombre, si le quita a Lume el recuerdo de conocernos, que es el primer recuerdo feliz que tengo ¡Me va a matar!— gritó desesperado por esa posibilidad.
—Solo quiero borrarle los recuerdos de una semana, no toda la vida… —La expresión de Amakiir se había suavizado.
—Para mi es lo mismo, señor. Mi vida se resume a esta semana con él- El pelirrojo respondió en un tono suave, bajando la mirada pensando en Lume.
—Ya veo —Amakiir suspiro, aunque había hecho lo posible por fingir que se encontraba recuperado aún no estaba bien, se relajó en su camilla y volvió a mirar el techo—. ¿Tu amas a Lume?
Esas palabras permanecieron en el aire mientras el pelirrojo las reflexionaba en silencio.
—No se que es amar, señor, no tengo alguna referencia, solo se que no puedo apartarme de Lume, cada palabra y gesto suyo me parecen hermosas, y no me puedo imaginar cómo era el mundo antes de conocerlo. Literalmente en este caso porque no lo puedo recordar—. Sonrió avergonzado.
Amakiir río con fuerza, desterrando cualquier clima de hostilidad que quedará en el habiente. —Así que creé un casanova.
—¿¡Qué quiere decir!?
—Que no eres el único compitiendo por el corazón de mi hijo.
—N-no entiendo, señor.
—Nada, ya tendrás tiempo para preocuparte por eso —Amakiir rió mientras su vista se enfocaba en el vacío de la habitación, como contemplando un futuro que ya no existía.— Dime, si le borro la memoria a Lume ¿Algún día me perdonará?
—¿De nuevo con esa idea? —el joven frunció el ceño por ello.
—Solo respondeme.
—No es justo preguntarme eso, señor.
—Es justo porque no tienes memoria por lo que te lo pregunto.
—Estoy seguro que Lume nunca lo perdonaría, porque al igual que sus recuerdos, esa versión de él será olvidada ¡Y no tendrá derecho a expresar nada! Sería como preguntarle a un muerto que opina después de matarlo.
—Supongo que tienes razón —Amakiir suspiró con nostalgia— solo que me hubiera gustado ver a Lume crecer, enamorarse, y cumplir todos sus sueños… Me gustaría ahorrarle todo el sufrimiento que su masoquismo y tu egoísmo le van a causar. Cuento contigo para que lo apoyes en lo que se le viene —murmuró sabiendo que el camino que había elegido su hijo, era uno lleno de dolor.
—¡No se preocupe, yo me haré cargo de estar a su lado!
Ambos sonrieron con cortesía, aunque en el fondo ninguno de los dos estaba seguro de haber realizado lo correcto con esta tregua.
—Ahora que ese asunto está resuelto. ¿Puedes explicarme porque aún no sabes tu nombre?
—No logran encontrar mis registros, creen que alguno de los muertos es familiar mío o mi maestro.
—Bien, trae mis cartas y mi péndulo de aquel cajón, necesito localizar a Lume y si tengo tiempo, averiguar el nombre de mi futuro yerno —dijo Amakiir en broma.
—¡S-sí, señor! —respondió el pelirrojo sonrojado bastante feliz de escuchar esas palabras, incluso de no ser ciertas.
Lume was an extraordinary mage apprentice, ready to join the most important organization of magic users in the world. But his destiny was crueler than his dreams, a horrible accident made him leave that path.
Now, he finds himself lost in a mundane and meaningless life, trying to suffocate his sorrows in sex and alcohol.
Until the day his way of living hurt a friend in such a way that, in order to correct his mistake and to save him, he has to return to magic.
This is a story about forgiveness of oneself, overcoming trauma and restoring the connection with magical thinking.
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