Los días pasaron y el dolor comenzó a disiparse, por suerte para mí mis creencias me protegían de estos casos, no como a Azai, intentaba mantenerse fuerte ante mí, pero en sus ojos se podía ver el dolor. En Vaen tenemos la creencia de que alguien embarazado no tiene a una personita dentro hasta que este se empieza a mover, esos primeros 4-5 meses son el tiempo que el dios Bûro crea el alma para el cuerpecito que crece y se forma dentro del cuerpo. En el momento que se nota la primera patadita o el primer movimiento se suele celebrar, pues es el momento en el que tu futuro hijo empieza a existir como ser vivo, ese es uno de los motivos por los que el aborto es legal y ético en Vaen, sin embargo, aquí en Kanor una vez que se sabe que estás embarazado ya tienes a un humano dentro de ti y abortarlo es un crimen horrible. Esta pequeña gran diferencia entre nuestras culturas es lo que me proporciona alivio a mí y lo que tortura a Azai.
Los guardias seguían buscando a la familia de Aenir, empezábamos a sospechar que lo que decía era verdad, los vecinos habían visto a la familia salir de noche con maletas, seguramente para esconderse de sus persecutores.
/Su majestad los hemos encontrado, estaban escondidos en el granero de una granja abandonada, los testimonios de la madre y el hermano corroboran la información anterior/ Un guardia entró en la habitación interrumpiendo mis pensamientos.
-Bien, realiza un informe sobre el caso para que sea entregado en el palacio de justicia de Est Nagatch-
/Si alteza/
El guardia hizo una reverencia, desde mi embarazo los guardias de este país me empezaron a tratar con el respeto que se le da a la familia real.
La verdad que eso me reconfortaba un poco, empezaba a sentirme aceptado incluso en un país que me considera inferior, los cuchicheos seguían y las miradas lascivas no cesaron, pero por lo menos intentaban esconderlo.
^Shilé mi amor^ Azai entró en la habitación con una sonrisa, pero en su voz se notaba aun el dolor
- ¿Qué quieres cariño? - No sé cuándo pasó, pero la experiencia nos acercó mucho más como pareja, Azai tenía razón, juntos superaremos esto.
^Sé que todo está siendo muy difícil ahora mismo y no quiero presionarte, pero debemos poner fecha a nuestra boda^ En su voz y en su cara se veía el temor que sentía a hacerme daño.
-Azai, aunque ahora estamos pasando un mal momento sigo queriendo ser tu omega con todo mi corazón- Me levanté de mi cama y abracé a Azai hundiendo la cabeza en su pecho, su olor siempre me reconforta y me tranquiliza.
Cuando vine a este país y nos conocimos creí que nos odiaríamos y que las tensiones constantes no nos permitirían conseguir un acuerdo diplomático, pero más de dos meses después de conocernos estoy seguro de que el dios Buro nos unió.
^Entonces la ceremonia será en 3 semanas, normalmente el omega va completamente tapado, pero quiero cambiar eso. Puedes usar el traje ceremonial de tu país para estos casos y para que no se te vea ajeno a este país te pondremos un velo. Además, tras la ceremonia anunciaremos la ley Shilé para la inclusión de los omegas, esto ayudará a que tengas el apoyo de una parte de la población, serás la imagen del cambio y la igualdad de derechos^
-Azai, me hace muy feliz que el día de mi boda sea también una ocasión para celebrar en el pueblo- Nuestros labios se unieron en un profundo beso, las manos de Azai bajaron por mi dainneab hasta mis nalgas donde las agarró con fuerza sacándome un gemido. Podía notar su fuerte erección creciendo contra mi estómago mientras sus manos masajeaban y jugaban con mis nalgas, poco a poco empezó a subir una de sus manos y con una destreza digna de alguien que lleva toda la vida desabrochando dainneabs me quitó el cinturón. Salte enrollando mis piernas en su cadera mientras seguíamos besándonos, todo el dolor, la pérdida, la tristeza parecía desvanecerse en el aire como el humo de una vela.
Azai caminó hasta la cama donde se puso encima de mí, mi entrada estaba empapada, sentía de nuevo un deseo que pensé que no sentiría en meses, me sentía de nuevo yo. De repente una gota impactó en mi mejilla haciendo que abriese los ojos al mismo tiempo que Azai se detenía y se alejaba.
-Azai... Cariño ¿Estás bien? - Pregunté acercándome a él y abrazándolo por la espalda, más gotas empezaron a caer en mis brazos. Azai tras tanto tiempo reprimiendo su dolor tras una máscara no había podido contenerse más, al bajar la guardia la fuerza de su tristeza golpeó fuertemente a un Azai desprevenido que no pudo hacer nada para contenerse
^Si, estoy bien...^Su voz era temblorosa, se notaba que estaba llorando, no dejaba que le viese la cara, pero su voz y lo empapados que estaban mis brazos lo confirmaban.
-Deja que te vea la cara mi amor- dije levantándome para ponerme en frente de él, en respuesta, movió su cara a otro lado para que no le viese
^No quiero que me veas así^ Gentilmente puse mis manos en sus mejillas y giré su cabeza haciendo que me mirase, sus ojos estaban rojos y estaban empezando a hincharse, pero me pareció igual de hermoso que cuando sonreía
-Mi amor, puedes llorar frente a mí, no es vergonzoso, ni te hace débil, ni me daña, eres un alfa maravilloso, amable y atento además de guapo obviamente- Azai se rio un poco entre lágrimas cuando dije lo de guapo.
-Eres humano, es normal que llores por lo que has perdido y quiero que sientas la misma seguridad para mostrarte tal cual eres que la que siento yo contigo- Azai apoyó la cabeza en mi pecho y lo abracé dejando que soltase todo el dolor que tenía acumulado en forma de lágrimas mientras con una mano le acariciaba el pelo.
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