Las suaves caricias de Azai me despertaron, todo el color había vuelto a su cara, se veía como antes del veneno.
^Buenos días mi amor^ Dijo suavemente mientras se acercaba a mí para darme un dulce beso en la frente.
-Buenos días- Dije frotando mi cara contra su pecho como un gato, me encantaba la calidez y firmeza de su pecho y amaba como su aroma se impregnaba en mí.
De repente toda la atmosfera se vino abajo cuando me empecé a encontrar mal.
-Me siento horrible, tengo nauseas ¿Estaría la fruta envenenada? -
La cara de Azai pasó de una dulce sonrisa a una de miedo. Sin poder aguantar más salí de la cama y vomité en la palangana que había a mi lado, Azai no la había necesitado, pero a mí me vino de perlas que hubiese una.
^Llamaré al médico^ Dijo Azai levantándose y saliendo de la habitación, intenté pararle, pero una nueva arcada me detuvo.
No pasó mucho tiempo hasta que llegó el médico, su cara de preocupación se esfumó en cuanto me vio.
/Estás embarazado, solo con mirarte se ve/
^ ¿Estás seguro de que es eso? ^ Dijo Azai con su expresión un poco más relajada
/Si, los omegas cuando se embarazan suelen verse radiantes y hermosos, solo míralo, ha estado vomitando y se acaba de levantar, pero su rostro se ve brillante y terso, sus mejillas están sonrosadas y sus labios se ven rojos como cerezas, es obvio que está embarazado/
Azai se alegró por la noticia y corrió para abrazarme, pero yo solo pude empezar a llorar.
^ ¿Por qué lloras? ^ preguntó con preocupación Azai
-No es obvio, voy a traer a un bebé al mundo en un país que empieza a ser inestable y que está al borde de la guerra con medio continente, sin mencionar el intento de asesinato del otro día- Dije con lágrimas en los ojos.
/Es conveniente que no estés expuesto a ningún estrés fuerte durante los primeros meses, podría causar un aborto espontáneo/
^Está bien doctor, los cuidaré y protegeré a él y a mi hijo con mi vida^ Dijo Azai con seriedad. El médico asintió y se fue de la habitación no sin antes decirme que fuera una vez por semana a revisar mi estado.
Los días continuaron pasando y mis nauseas matutinas me amargaban los desayunos, mi cuerpo solo admitía fruta y todo intento de comer algo de origen animal era castigado con arcadas.
Sumado a esto es estrés de no saber dónde estaba el consejero de guerra me provocaba pesadillas donde yo era capturado por el ejército enemigo y de la ansiedad perdía al bebé. La tensión me estaba matando y lo notaba día tras día.
Por fin un día llegó la noticia que estaba esperando
/Han capturado al consejero de guerra en la frontera, está siendo transportado a la capital en este momento/ Sus palabras me aliviaron, toda la tensión pareció desvanecerse.
Ahora mi bebé podría crecer en paz...
El primer mes pasó y mi barriga ya empezaba a estar un poco abultada, casi no se notaba, pero era lo suficiente para tener que usar un traje fushvit.
Azai estaba muy pendiente de mí y siempre que podía acariciaba mi barriga, me parecía adorable por su parte la forma en la que miraba mi vientre y sonreía como tonto mientras lo acariciaba suavemente, incluso en el sexo era delicado, le daba miedo hacernos daño a mi o al bebé.
^Te amo, tú y este bebé me hacéis el Alfa más feliz de la tierra^ Dijo Azai con una sonrisa infantil
-Y tú a mí me haces el omega más feliz de la tierra- respondí mientras me acercaba para darle un suave beso.
Realmente todo parecía perfecto, tenía el mejor Alfa del mundo, mis nauseas desaparecieron hace semanas y según el doctor todo iba bien con mi embarazo.
Salí de la habitación para ir al comedor y vi a Nuro escabulléndose de forma sospechosa por los pasillos.
/mmm... Aenir... ahhh no me muerdas el cuello es vergonzoso para un alfa/ Esa era la voz de Nuro...
/Sabes que te gusta cundo te muerdo el cuello, te gusta sentirte poseído/ La voz del asesino llegó a mis oídos, no podía ser ¡Nuro tiene relaciones con alguien que está preso por intentar asesinarme!
Abrí la puerta de los calabozos y entré solo para encontrarme a Nuro medio desvestido con una potente erección marcada en sus pantalones y su ligue encima con una erección aún más grande.
-No me lo puedo creer ¡¿te enrollas con alguien que intentó asesinarme?!-
/Shilé yo... Sé que te parece mal, pero él no es malo.../ Nuro respondió, pero no le dejé terminar.
-No me digas que no es malo, intentó asesinarme y si no llega a ser por Azai estaría muerto y tú, tú que me tienes que proteger ¡¿Te acuestas con él?!-
Empecé a encontrarme mal, pero aun así la rabia era lo suficiente como para que ignorase mi estado
-Además con otro Alfa, en este país eso es ilegal ¿O eso tampoco te importa? ¡¿Sabes lo que pasará si se corre la voz?! ¿Sabes en qué posición me dejas como representante de nuestro país?! Dioses no puedo creer que seas tan irre...- Un fuerte pinchazo en el vientre hizo que me doblase
Nuro y ese alfa corrieron hacia mi
- ¡No os acerquéis! - Grité, pero a cambio recibí otra punzada y con ella la sensación de un líquido tibio en las piernas, levanté la larga falda y solo vi rojo, rojo por todos lados.
Empecé a gritar y a llorar, el alfa me cogió en brazos como a una princesa y me llevó corriendo con el doctor.
Mientras corría por los pasillos el miedo a haber perdido el bebé me invadía, solo podía llorar y temblar, la sangre goteaba por mis piernas hasta el suelo dejando un rastro de gotas de sangre por los largos pasillos.
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