Con mucho cuidado y tratando de no dañar, en lo posible, aquel artefacto, William, logró sacarle un pedazo chico de vidrio a la Esfera, por medio de una sierra redonda eléctrica. Una vez que obtuvo el pedazo, lo puso en el aparato para medir el Carbono 14. Su equipo era un poco más avanzado que los usuales; pero aun así le tomaría unos días el saber cuan antiguo era aquel artefacto.
Iba a continuar la investigación cuando el teléfono sonó en su oficina y Willam lo contestó. Para su agradable sorpresa, era un viejo amigo suyo: Simón Tulko, otro arqueólogo igual de obsesionado que él en encontrar una civilización perdida, con la sutil diferencia de que la ciudad que Simón buscaba si era un mito. La razón de su llamada era para comunicarle de su reciente descubrimiento en medio oriente: una pequeña cajita de música qué él creía que pudo haberle pertenecido a la mítica ciudad de Barkur. William no tardó en felicitarlo y también comunicarle su descubrimiento. Ambos se alegraron ante tal noticia y se prometieron darse, en privado, información de sus avances en la investigación de tales reliquias antiguas.
Tras despedirse de su amigo, William, colgó y continúo con su investigación.
Durante unos días la Esfera no parecía dar muestras de actividad; pero, por extraño que pareciera, cada vez que tocaba en donde le había sacado un pedacito minúsculo de vidrio sentía como una pequeña descarga eléctrica le pellizcaba el pulgar. Todos los días, con el microscopio, trataba de determinar de qué podía estar echa esa Esfera y, con la otra mano en el teclado, continuaba buscando los resultados del carbono 14.
El microscopio no mostraba nada fuera del compuesto cristalino de la Esfera junto a lo que parecía una pequeña nube gaseosa en miniatura en su interior; pero el Carbono 14 si fue algo que lo preocupó bastante.
El día de los resultados, la maquina había enloquecido: no daba una fecha exacta, por el contrario, eran varias fechas caóticas que no tenían sentido: por momentos decía que la Esfera databa del año 500 A.C pasado cinco segundos dijo que databa del 1220 D.C y tras tres segundos dijo que databa del 2100 D.C. Finalmente no determinó la fecha exacta y se quedó en blanco la pantalla del ordenador. William no sabía qué diablos estaba pasando con el Carbono 14; pero su investigación no lo llevaba a ninguna conclusión seria. Al final supuso que debía ser algo hecho como una artesanía para adornar las viviendas de los mayas… o quizás los Incas. Ya se estaba rindiendo con su investigación y pensaba dejar su descubrimiento como una simple baratija sin mayor uso salvo el decorativo, es lo que hubiese hecho de no ser… de no ser por ese problema con el carbono 14 que le llamó demasiado la atención, tanto que no desistió con la investigación, no todavía, averiguaría el verdadero significado de esa Esfera aunque fuese lo último que hiciera. Debió pasar la semana entera antes de que la Esfera volviese a entrar en actividad produciendo ruidos de tormenta.
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