Los llevan donde se encontraba el resto de sus compañeros, él decide actuar y golpea a dos y toma un arma. El grupo le apunta, pero nadie dispara, entonces, el líder da la orden de apuntar a los chicos y a la chica a quien intentó proteger.
— ¡desgraciado! — dice mientras le apunta al líder.
— Puedo ver en tus ojos que no temes morir, pero al ver que intentaste inútilmente de salvarla, deduje que las personas son tu punto débil. Baja el arma, o ellos mueren.
— ¿Qué es lo que quieres?
— Al ministro
— Entonces déjanos en paz. Llévatelo, pero déjanos, no tenemos nada en contra de ustedes.
— ¡cierto! pero ustedes son parte de mi plan. No puedo dejarlos ir. ¡ahora!
Un sujeto ataca a Oliver por la espalda, pero éste se defiende, lo lanza lejos e intenta golpear al líder, pero él lo detiene disparándole en la pierna derecha. Dos sujetos amarran al chico y lo llevan con el resto de sus compañeros.
El primer ministro tenía la cara destrozada por los golpes que le han dado, el líder procede a seguir golpeándolo; todos se horrorizan de la despiadada escena. Oliver logra sentarse con ayuda de uno de sus compañeros y otro realiza un torniquete en la pierna herida.
— Tienes buenos amigos, muchacho. — dice el líder del grupo con una sonrisa en la cara y cubierta de sangre.
— Gracias. Ellos sí son amigos, los tuyos solo permanecen a tu lado por beneficio.
— Estamos juntos por una causa.
— Tú y tu causa se pueden ir a la… — es interrumpido.
— Cuidado con lo que dices, te puede costar caro. — Oliver mantiene la calma.
— ¿Por qué no solo te lo llevas o lo matas enseguida, en lugar de tenernos aquí como rehenes? Pudieron irse hace mucho, pero están esperando.
— ¡tráiganlo! — llevan al ministro del interior hasta una silla, frente a la silla había una cámara —. Ahora sabrás la razón por la cual no lo matamos enseguida.
Enciende la cámara y en una laptop preparan todo para transmitir en vivo, cuando acaban los preparativos comienzan con la transmisión y en menos de un minuto más de 500 personas estaban observando. El líder se coloca frente a la cámara.
— Bienvenidos, pueblo de Kales, a esta transmisión especial. El día de hoy tenemos a un invitado especial, ¡así es! Es el ministro del interior, la misma persona responsable de la pérdida de cientos de hogares en menos de un mes, la clausura de muchos negocios y el origen de la desesperación de todos en el país. Solo le importó hacerse rico. Yo perdí a una niña pequeña, necesitaba el dinero y mi negocio era lo único que me permitía pagar los gastos, pero lo perdí todo y ella no sobrevivió. Al igual que ustedes, pueblo de Kales, siento su dolor, su pena, su angustia, pero hoy eso se acaba, hoy comienza otra era. Lo que sucederá hoy, será de lección para los futuros ministros y un recuerdo para el pueblo que, si nos unimos, podemos vencer a quien sea. La historia recordará la tragedia que sucederá. ¡haremos explotar este piso y el siguiente! La sangre de estos civiles no estará en nuestras manos, sino en las del ministro. Él provocó esto. Si los futuros ministros no aprenden con esto, haremos cosas aún peores. No permitiremos que sigan dañando a inocentes, al pueblo.
El pueblo celebra, otros se angustian, muchos se preocupan que estén usando rehenes y que los sacrifiquen; todas las autoridades de la nación comienzan a movilizarse, policías, bomberos, equipo de rescate, incluso la milicia se movilizó. El mensaje llegó a todo el mundo, todos observan intranquilos cual sería el desenlace de este suceso.
Oliver no soporta el hecho de convertirse en mártir y que la mujer que ama termine asesinada por el dolor que siente otro. Él se levanta y con su fuerza, se libera. Corre hacia el enemigo más cercano y lo lanza contra el ventanal el cual atraviesa haciéndolo caer los 7 pisos, toma el arma del tipo y dispara contra ellos. Algunos logran salvarse, pero otros no.
— ¡ahora! Salgan de aquí.
— Ninguno de ustedes se irá. — dice el líder del grupo liberación mientras les apunta con una metralleta.
— Si quieres, vete. No me interesa atraparte.
— Ya te lo dije, nadie se irá de aquí, si solo lo matamos a él, olvidarán este día, pero si involucramos a civiles nadie podrá olvidarlo, es nuestra oportunidad de cambiar el gobierno a la fuerza.
— ¿usando dolor?
— ¡si!
— Calma. Solo escucha, mencionaste a una niña antes, dijiste que sentías el dolor, la desesperación; si nos matas, no sanarás el dolor, provocarás más dolor del que ya hay, serás igual que él ¡no! Serás peor.
— No me compares con esa basura clasista.
— ¡Está bien! ¡Está bien! Pero tienes que reconocer que tu plan solo provocará dolor. Si nos matas ¿nuestras familias sentirán alivio cuando todo acabe?
El líder duda de sus acciones, pero se mantiene firme, sujeta su radio para comunicarse con alguien.
— ¿Cómo vas los explosivos en el piso 8?
— Aún falta por terminar.
— ¡apresúrense!
— Lo hacemos lo más rápido que podemos, señor. Apenas esté listo le comunico. — se corta la comunicación.
— Ya lo oíste. El plan seguirá.
Comienza a reírse y dispara contra Oliver, pero él logra moverse rápido y colocarse detrás de una mesa, pero en eso, el líder logra escapar mientras que sus subordinados hacen guardia para impedir que escapen.
Oliver se levanta y verifica que todos estén bien, ninguno está herido, pero ahora tienen que enfrentar un nuevo problema, atravesar al enemigo para poder escapar antes de que explote la bomba, pero difícilmente ayudan en el enfrentamiento ya que todos están aterrados o no están acostumbrados a la violencia y lo peor es que tienen que llevar cargando al ministro que aún no despierta.
El líder camina con dificultad en las escaleras que se encontraban junto al elevador, al parecer una de las balas logró alcanzarlo, si vista se estaba volviendo borrosa, la sangre corría como un rio, se detiene en el piso cinco y se sienta. En la radio le comunican que la policía está acercándose.
— ¡entendido! — jadea — resistan tanto como puedan, estamos terminando.
— Entendido, señor. — se oyen disparos del otro lado de la radio.
— Falta poco, tengo que resistir un poco más.
Oliver aún tiene una bala en el arma, planea utilizarla para derribar a uno de ellos y utilizar su cuerpo como escudo, pero las probabilidades de lograrlo eran escasas, tendría que moverme a toda prisa.
— No te preocupes por nosotros. — le dice Celia mientras le sujeta la mano.
— Me preocupas más tú.
— Deja las bromas por un momento, sé que te sientes presionado en estos momentos, pero nos mantendremos aquí, lejos del peligro. Lucha con todo lo que tienes.
— *no es broma* — dice en su mente mientras la mira.
— ¿Qué sucede?
— No te preocupes, iremos por esos helados luego ¿sí?
— ¡de acuerdo! Yo lo quiero de fresa, recuerda.
— No lo olvidaré.
Oliver se acerca a la puerta cojeando, observa que hay dos sujetos caminando de un lugar a otro. Solo tendrá una oportunidad para realizar su plan. Espera pacientemente hasta que ambos estén en la posición que él desea. Luego de unos segundos, ambos están donde él los quería, sale a toda prisa y le dispara a uno, lo sujeta y lo usa como escudo. Lo carga y se aproxima al otro a toda velocidad, los disparos no cesan, pero al final Oliver sujeta el arma de él, la rompe y luego agarra al sujeto, le proporciona un golpe que lo noquea.
En el quinto piso, el líder logra escuchar los disparos y cómo estos terminan, sienten un mal presentimiento y decide volver hasta arriba.
Oliver tenía las manos temblorosas, pero estaba feliz de haber derribado a aquellos que les impedía el paso. Pero en eso, más de ellos estaban llegando desde el piso superior, él vuelve hacia los demás y les grita que se oculten y que se cubran, sale y cierra la puerta, se esconde detrás de un escritorio y cuando el enemigo pasó, rápidamente los ataca, pero logran defenderse.
Eran cinco contra uno, entre esos cinco, había uno que tenía más de dos metros de altura y era musculoso. Oliver se enfrenta a dos a la vez, pelean de forma sincronizada, él no sabe cómo actuar, lo golpean sin descanso al punto que él empieza a perder el conocimiento, pero logra reaccionar y sujeta a uno de la pierna y lo lanza hacia el enorme sujeto de más de dos metros, luego tiene un enfrentamiento uno contra uno, la lucha no dura mucho y Oliver sale victorioso al darle un golpe fuerte en la barbilla.
Dos más lo enfrentan, pero no eran iguales a los otros y Oliver los vence en cinco movimientos. Ya solo quedaba el enorme sujeto, se ven a los ojos, están atentos, pero ninguno se mueve, esperan unos segundos y ambos al mismo tiempo se dirigen hacia el otro. Oliver da un fuerte salto y le propina un golpe en la cara, pero logra resistirlo, el sujeto lo toma del cuello y lo lanza contra el suelo tres veces hasta crear un enorme hoyo.
El enorme tipo coloca su rodilla derecha sobre el pecho de Oliver y le lanza golpes despiadadamente a la cara; el rostro lo tenía cubierto de sangre, estaba a punto de morir, pero en eso, en la radio del tipo se escucha que los explosivos están listos para ser detonados. Se detiene, observa Oliver que no puede moverse más y se levanta para irse, pero el chico reacciona y sujeta enorme hombre de la pierna y lo hace caer, se lanza sobre su cuerpo y golpe su cara sin piedad. La ira consumió a Oliver en ese momento, no le importaba la cantidad de daño que le estaba causando, solo quería matarlo por lo que le hizo; sin embargo, el hombre detiene uno de los golpes, aprovecha la oportunidad y aleja a Oliver.
— Eres un muchacho interesante. Si fueras normal ya estarías muerto por mis golpes.
— Cállate.
Corre hacia el enorme tipo, le hace creer que lo atacará de nuevo en la cara, pero rueda por el suelo y golpea una de sus rodillas provocando que se quiebre. Pero Oliver se acercó demasiado y le da la oportunidad de contraatacar; lo agarra desde el pantalón, lo levanta y lo golpea contra la pared múltiples veces como si estuviera usando un martillo, luego lo lanza lejos, intenta levantarse, pero su rodilla rota no se lo permitía, se arrastra por el suelo hasta las escaleras, pero Oliver lo sujeta y lo golpea sin cesar. Hasta que escucha una voz.
— ¡basta! No lo continúes, no te conviertas en alguien igual a ellos, recuerdo porque peleas. — decía a gritos Celia a Oliver.
— Tengo que… tengo que proteger… tengo que… — decía como si estuviera delirando.
— Tenemos que sacar a todos de aquí. Pudimos escuchar que la bomba está lista, salgamos. — le dice con voz calma.
— Bien… bien… — responde susurrando.
Todos estaban más calmados, aunque aún sentían miedo por la bomba, tenían todo listo para irse, incluso llevaban al ministro en una camilla improvisada con lo que había en el lugar. Hacen lo posible para atender algunas de las heridas de Oliver, pero él les dice que no se preocupen que estará bien, sin embargo, tenía heridas preocupantes y posiblemente unos huesos rotos, pero mientras estaban esperando la orden de Oliver para salir e ir a la escalera de emergencia eterna, el líder del grupo liberación entra todo cansado y cubierto de mucha sangre.
— Como dice ese dicho viejo y muy usado “si quieres que algo se haga bien, hazlo tú mismo.
Lleva su mano izquierda a su bolsillo y saca un interruptor con un botón rojo en medio, lo presiona, pero nada ocurre.
— Je, pensé que lo lograría a tiempo. — comienza a reírse como loco.
— La misión fracasó, no tienes más alternativa. — le dice Oliver.
— Perdí, lo admito. ¡Que lamentable!, moriré sabiendo que cometí la peor falla en toda mi vida. Al menos quería morir entre las llamas de la destrucción.
— Pero lo sucedido hoy no se olvidará, creo que tu mensaje llegó a miles y las cosas comenzarán a cambiar.
— Son palabras que no me convencen, solo el dolor y el desastre hacen que el pueblo nunca olvide.
— Créeme, no lo olvidarán.
Luego de escuchar las palabras de Oliver, el líder muere.
Todos creen que el peligro ha terminado, pero no es así, las cargas explosivas en el piso ocho se activan y explotan, el edificio tambaleó como si estuviera hecho de goma y todos los ventanales explotaron.
Las personas en el piso 8 quedaron aturdidas por la gran explosión, pero el techo que los dividía aún no se había derrumbado sobre ellos, pero no tenían mucho tiempo, la estructura no iba a soportar por mucho tiempo. Comienzan a salir uno por uno, pero el techo no soporta más y comienza a caer, pero Oliver utiliza su gran fuerza y logra sostener el techo, pero al hacerlo, 3 barras de metal lo atraviesan desde la espalda hasta el pecho.
— ¡oliver! — grita Celia y otros de sus amigos.
— No se preocupen por mí, salgan ahora, no podré sostenerlo por mucho tiempo. — tose una gran cantidad de grande.
— Algo debemos de hacer. — afirma desesperado el profesor.
— Si colocamos algo que resista el techo, podremos darle tiempo hasta que el equipo de rescate llegue. — dice una de sus amigas.
— ¿y si jalamos las barras y se las sacamos? — sugiere uno de sus compañeros.
— Eso lo podría matar inmediatamente. — le reprocha Celia.
— ¡basta! Mis brazos no pueden soportarlo más, no hay opción salgan, o todo lo que hice hasta ahora habrá sido en vano. ¡vayan! ¡ya!
Todos dudan, no quieren abandonarlo, pero aun así deciden hacerle caso. El techo comienza a derrumbarse más. Oliver usa más fuerza, pero le provoca un dolor inmenso.
— ¡largo!
Todos salen lo más rápido que pueden. Celia lo mira fijamente con preocupación.
— Estaré bien —. tose más sangre y las barras le están impidiendo respirar con normalidad — creo que tendremos que posponer el helado.
Ella le sonríe entre lágrimas, Oliver asiente con la cabeza y ella se va.
—Después de casi 5 años, no pude decirte cuanto me gustas ja ja ja, en serio quería estar contigo. Al menos me iré sabiendo que sobrevivirás y podrás continuar con tu vida.Otra explosión ocurre en el piso 8 y una en el piso 7, todo el lugar cayó sobre Oliver. Afuera, la policía había tomado el control de las calles que estaban siendo bloqueadas por el enemigo. Observan como una enorme nube de polvo envuelve la parte alta del edificio, todos lloran la muerte de su querido amigo.
El equipo de rescate y antibombas suben, demoran 2 horas en desactivar el resto de explosivos y al mismo tiempo, de encontrar a Oliver, quien se encontraba bajo muchos escombros, pero su rostro mostraba una sonrisa.
Una semana después, el gobierno anunció el despido del ministro marco y a la vez, todas las políticas que él había implementado en el corto tiempo que estuvo al mando. El pueblo festejó la noticia, pero no todos, la familia de Oliver, Celia y todos sus amigos, incluyendo a policías y al alcalde de la ciudad, estaban en el funeral de Oliver y rindiéndole honores por sus valientes acciones.Al día siguiente del funeral, Celia se encontraba frente a la tumba de su querido amigo, con un helado de fresas en una mano y uno de chocolate en la otra la cual deja junto a la lápida de Oliver.
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