No quiero correr a otro país otra vez por no saber enfrentar mis errores y mi pasado.
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La hora corría más rápido que nunca, y el dolor en mi pecho crecía junto con los segundos que se escapaban de mis manos. No se de donde saqué las fuerzas para tomar una ducha y prepararme para salir, cuando claramente no quería hacerlo. Mis pies pesaban, y sentía como el suelo me quemaba las suelas de mis zapatos. Era imposible salir de casa en mi condición, pero no podía defraudar a mis amigos hundiéndome en este pozo negro que intenta succionarme una vez mas.
-¿Yun? -Escuchar esa voz conocida no me ayudó a tranquilizarme, pero si a mantenerme de pie. Seung Hwa me conocía como a la palma de su mano, y cuando nuestras miradas se cruzaron rompí a llorar de la desesperación que guardaba en mi interior. Fue terrible sentir pánico por tener que salir a las calles de Seúl. Fue horrible tener que vivir esto una vez más.
-No puedo... yo... debo salir... Tengo que ir a Blue Moon pero tengo miedo. -me permití lloriquear en sus brazos. Yo sabía que si necesitaba apoyo, Seung Hwa me lo daría a pesar de todo.
-Oye tranquilo... respira ¿si? -acarició mi cabello haciéndome suspirar. -¿A qué hora debes estar en Blue Moon? ¿Por qué no quieres ir?
-En... en cuarenta minutos es mi turno.
-Bueno, tomemos un té juntos, ¿si? Y me cuentas qué ha pasado, mi vida. -no pude responder con palabras pero nosotros no necesitábamos hablar para entendernos. Seung me ayudó a caminar hasta el sofá de nuestra sala de estar, y dejando un beso sobre mi frente me susurro que fuera paciente, ya que iría a calentar agua para el té.
Cuando regresó, trajo un pañuelo de seda para ayudarme a secar las lágrimas de mi rostro, pero por dentro aun seguía muy angustiado y si hablaba del tema con él no tardaría en romper en llanto una vez más. Es extraño en mi llorar, pero creo que he colapsado y que mi cuerpo no puede soportar tanto dolor. Además, mi mejor amigo siempre tuvo la facilidad de hacerme flaquear, es una lastima que nos hayamos alejado tanto luego del incidente que prometimos nunca mencionar.
Él suspiró, y entendí que esperaba a que yo quisiera hablar. Seung Hwa nunca me presiona, pero soy del tipo de persona que necesita que lo presionen para confesar. Eso era lo difícil de hablar con él.
-Jae Hyun regresó...
-¿Qué?
-Él me volvió a buscar y... bueno, ayer fue a Blue Moon, armó todo un alboroto porque quería llevarme con él. -Mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas, tocar el tema me ponía demasiado sensible, pero era necesario soltarlo todo.
-Ese desgraciado se atreve a...
-Eso no es todo, él también ha conseguido mi número de teléfono, y hoy... -le tendí mi teléfono para que viera. -me llegaron todos esos mensajes "amables" de su parte. -murmure aquello último con sarcasmo, sin saber si reír o seguir llorando por mis desgracias.
-Dios, ese tipo es... ¿Pero no te había terminado por alguien más?
-Si, pero al parecer no le duró mucho o no lo se, no entiendo porque quiere buscarme otra vez. ¿Qué hice mal, Seung? ¿Por qué me está haciendo esto?
-Cariño... tu no hiciste nada malo, ¿si? Ese tipo es un enfermo, si sigue así deberíamos ir con las autoridades.
Seung Hwa tomó mis manos queriendo brindarme todo su apoyo, pero aun escuchando sus palabras el miedo no disminuye de mis sentidos. Además, me alborotó mucho con su propuesta, ya que abrir una denuncia contra Jae Hyun es algo que me niego a hacer. No porque tenga piedad de él, sino que en verdad soy cobarde y prefiero que por voluntad de dios ese tipo deje de perseguirme por su propia voluntad.
-No, no, no quiero hacer de este problema algo demasiado grande.
-¿Estás seguro, hyung?
-Si... yo... solo quiero tranquilidad, no quiero verme envuelto en algo donde pueda perder todo.
-¿Sun Hee ya lo sabe?
-No, pero creo que lo más inteligente que puedo hacer es avisarle... por si él planea hacerles algo a ustedes también.
-Hey, no, no, no le tengas miedo, eso es lo que él busca, que le temas. Nosotros no le tenemos miedo y vamos a cuidar de ti así como también cuidamos de nosotros mismos, hyung. Jae Hyun es solo un tipo patético.
No había sido fácil tranquilizarme pero cuando el té de tilo hizo su efecto Seung Hwa se preparó para acompañarme hasta Blue Moon, como si yo fuera un niño que teme ir al jardín de niños y quedarse solo sin sus padres.
Una vez que estuve en mi trabajo me sentí más en paz, pero al mismo tiempo era agotador tener que lidiar con la preocupación de todas las personas que me conocen. En ese momento me arrepentí de involucrarme con Sakura, Ju Won, el resto de los empleados e incluso con Young Soo, porque no sabía si lo que más me dolía era el miedo y la ansiedad, o la culpa de hacer que estas personas se preocupen por alguien que no vale la pena.
Es decir, por mi.
La jornada no fue muy pesada, mi teléfono no estaba conmigo pero aun así podía sentir el temblor en mis manos, del terror que sentía de llegar a casa y encontrarme con un sin fin de llamadas perdidas. ¿Por qué? Porque esto ya lo he vivido cuando era pareja de Jae Hyun, y no estaba preparado mentalmente para revivirlo, nadie está preparado para vivir una vez más el acoso de una ex pareja tóxica que no sabe dejar vivir a la otra persona.
Cuando mi turno terminó sentí que Young Soo quería decirme algo importante, pero su intento quedó en el aire, ya que para mi sorpresa Sun Hee llegó en el horario justo en el que yo salía y por la expresión de su rostro pude deducir que Seung Hwa la había puesto al tanto. La mirada cómplice que le dedicó a Young Soo me hizo entender que no solo había sido informada por Seung, sino que también que mi hoobae había participado.
Honestamente, no estoy en posición de enojarme con ellos, y estoy más que agradecido de no tener que repetir lo mismo otra vez, y que ellos me hayan ahorrado esa charla incómoda.
-Si no te molesta, vine a recoger a Yun. ¿Interrumpo algo? -preguntó entonces Sun Hee viendo curiosa la expresión decepcionada de Young Soo.
-No, no era nada importante. -Lo conozco lo suficiente como para saber que se oye tristón, pero tampoco quise ponerme insistente con él, podía esperar al día siguiente.
Pero cuando el otro día llegó Young no me dijo nada, ni ese ni otro, y pasaron tantos días que poco a poco se fue de mi mente aquella intriga que antes me había generado. Ya había pasado más de una semana desde el incidente de Jae Hyun, y los primeros días seguí recibiendo mensajes violentos de su parte pero poco a poco fueron disminuyendo.
Sun Hee me decía que esa era una buena señal y que a partir de ahora debía quedarme tranquilo, pero no se si era mi sexto sentido, que seguía tan alerta que no había manera de que pudiera sentir paz. Al punto de sufrir ataques de pánico al quedar solo rodeado de personas desconocidas, o insomnio por las noches. Young Soo me tuvo mucha paciencia cuando nos encontrábamos en horarios laborales porque sabía mi condición y empatizaba mucho conmigo.
Después de todo el me comentó que también salió una vez con una mujer que tenía actitudes similares a las de Jae Hyun con la diferencia de que Young Soo no sufría de abuso físico, pero sí de abuso verbal y mental. Me daba pena pensar que un hombre tan bueno como él haya estado con una mujer tan mala y venenosa, pero recordé que Sakura muchas veces mencionó que Young Soo no era bueno para elegir amistades e imagino que es peor para elegir a sus parejas.
Dejando de lado todo lo malo que hemos vivido en algunos momentos de nuestras vidas, he pasado lindos momentos durante estos días haciendo pijamada con mis amigos en la casa de Young Soo y teniendo salidas como en los viejos tiempos con Seung. Era raro volver a salir con él después de tanto tiempo, y si, quizás parecerá raro porque vivimos en la misma casa pero como ya mencione antes, con él estuvimos distanciados durante varios meses, solo que nadie se daba cuenta de ello, después de todo nos esforzamos por actuar normal como si nada.
-¿Sabes? Realmente he extrañado esto. -murmuró Seung mientras caminábamos juntos de camino a casa, la brisa estaba fresca y me sentí extraño. Habíamos ido juntos al cine a ver una de esas películas de horror que tanto le gustaban a él, probablemente yo no iba a poder dormir en una semana pero también mi lado masoquista lo disfrutaba.
-Si, yo también extrañaba pasar tiempo contigo...
-Siempre hacemos todo con Sun Hee, y no digo que esté mal, pero recuerdo que antes solíamos tener estas citas amistosas.
-Bueno, yo pienso que te equivocas un poco... porque no eran solo citas.
-Tienes razón, a veces me olvido de ello.
-Lo sé... -balbuceé un tanto incómodo. -Pero no te preocupes porque ahora todo es mejor y eres mi mejor amigo, Seung. -y esta vez me fije en sus ojos. Nos esforzamos tanto por olvidar aquello que de verdad el recuerdo de que alguna vez me gustó de manera romántica se esfumó de mi mente y corazón. Pero cuando le vi, en sus ojos podía ver melancolía y ¿arrepentimiento? Siempre fue confuso para mi descubrir los sentimientos de Seung Hwa, pero algo tenía claro, una relación entre nosotros es imposible porque no podríamos, simplemente no podríamos. Siempre será mi mejor amigo y lo amaré de esa manera hasta el final de mis días. Es un buen chico, y se que algún día encontrará a la persona indicada, y yo seré muy feliz por él.
Compartimos un par de palabras después de eso, fue fácil romper la tensión que lastimosamente se había creado y por mi parte preferí ignorar aquella confusión que Seung Hwa me había generado. No deseaba pensar en la posibilidad de que yo le gustase cuando yo ya no puedo verlo con otros ojos que no sean de amigos. Es duro, pero yo ya he derramado lágrimas en su momento, y no es algo muy relevante en esta historia porque fue algo que llegó y se fue volando rápido con la primera brisa invernal.
Habían pasado tantos días que incluso junio nos empezaba a suspirar en la nuca. No deseaba que llegue el verano, y de algún modo, que hayan pasado tantas semanas sin saber nada de Jae Hyun me tenía más tranquilo que antes. Pero no se porque seguía cayendo en la inocencia del pensamiento de que aquel sujeto había recapacitado, no se porque trato de buscarle el lado bueno a todo cuando se muy bien que vivo en un mundo corrompido en el cual debo sobrevivir.
Entonces, esa mañana había despertado con el pie izquierdo, mi alarma nunca sonó por lo tanto, no llegué a tiempo a mis clases de historia de las artes visuales. Todo el universo me gritaba que hoy no iba a ser un buen día , que me quedara en casa, pero yo seguía siendo terco y demasiado optimista. Claramente no me fue muy bien en clases, y mi cuerpo se sentía pesado. Una presión en mi pecho me avisaba que no debía seguir caminando hasta Blue Moon pero yo seguía nadando en contra de la corriente.
Miré mi reloj una vez más para asegurarme de no llegar tarde al trabajo, pues quizás podría darme una vuelta por la biblioteca antes y despejar mi mente de estas malas vibraciones. Eran exactamente las 3:33 PM, y me detuve a pensar... mi turno era recién a las 5 PM tenía tiempo para ir y venir rápido. Pero antes de que pudiera tomar esa decisión mi teléfono sonó y al ver la pantalla pude notar que se trataba de un número desconocido.
El viento chocó fuerte contra mi rostro como queriéndome decir algo, y por algún motivo mi ansiedad aumentó de golpe sin siquiera coger la llamada. Cuando me decidí en aceptarla la persona que me llamó corto, y eso me generó más inseguridad. Me sentí solo y vulnerable, sentía que alguien me estaba observando y no quería verme demasiado paranoico pero en definitiva alguien más ya estaba conmigo, y esa persona tomó fuertemente de mi brazo para obligarme a caminar hasta uno de los callejones más cercanos.
-Es tan difícil dar contigo, Yun, por dios.
Tan solo bastó oír su voz ronca para entrar en estado de alerta. No quise mirarlo a los ojos pero él odiaba que baje la mirada y me obligo a verlo aun si tenía que apretar mi mandíbula para lograrlo. Era imposible gritar, sentía que no tenía voz, ni fuerza para liberarme de ese simple agarre. No podía creer que me lo encontrase de camino a Blue Moon, y como yo no había tenido ninguna sospecha de que pronto aparecería para cumplir su promesa de arruinarme la vida.
-¿Por qué me miras como si fuera el malo? ¿No te cansas de hacerte la víctima todo el tiempo? Tu y yo sabemos que esto es tu culpa, por ser una puta arrastrada. ¿Te quedarás callado por siempre? -Al inicio hablaba con tranquilidad pero era violento con sus palabras punzantes. Poco a poco fue levantando el tono de su voz cuidando de no hacer un escándalo a plena luz del día. Jae Hyun siempre debía mantener su buena apariencia. -Tu no te das cuenta que yo te amo, y que hago todo esto porque te quiero, no quería que estés con esas personas horribles que te usan. Pero ahí vas tu movimiento tu trasero a donde hay dinero, ¿verdad? Seguro porque eres casi extranjero, ¿allá te enseñaron a ser zorra? -Cállate, déjame solo... -miré con espanto cómo nos alejabamos de la luz para adentrarnos más en la oscuridad de ese callejón sin salida. ¿Por qué no grité? No lo sé, el miedo hacía que mis palabras se quedaran atascadas en mi garganta y lo último en que pensé fue en pedir ayuda.
-Oh... así que si sabes hablar eh... -golpeó su puño la pared rozando una de mis mejillas, sabía que él intentaba intimidarme pero yo también lo conocía demasiado bien para saber que no tardará en tocar con su puño alguna parte de mi cuerpo.
Era estúpido darle batalla, solo provocaría que sea más duro conmigo y lo peor de todo es que el horario en que me encontró era beneficioso para este encuentro, ya que las personas no transcurren mucho en este horario donde trabajan o estudian.
Si tenía suerte... un ángel podría salvarme.
¿Por qué pienso en Young Soo?
-No se porque me haces esto, Jae... -mi voz sonó cansada, en verdad, no deseaba luchar, le pedía paz por una vez en la vida. ¿Era mucho pedir?
-Solo vine a buscar lo que es mío, pero parece que mi zorra se pone bastante difícil. Ese novio tuyo... es un imbécil, ¿seguro que te folla bien? Porque dudo que puedas reemplazar mi pene con algo tan mediocre. -me sentí tan asqueado cuando presiono mi entrepierna con una de sus piernas, y se restregó contra uno de mis muslos, acercándose tanto hasta que nuestros alientos se juntaron. No quería, le tenía miedo, asco, y solo deseaba que alguien me sacara de ahí.
Sabía que nadie iba a tomar mi mano, y otra vez estaba cayendo en el dolor. Mi mente no me dejaba de disparar diciéndome que todo era mi culpa por tomar malas decisiones, y Jae Hyun me apuñalaba con cada toque que dejaba en mi cuerpo.
Sobre todo cuánto más lo rechazaba mas me apretaba y me lastimaba.
No hay manera de explicar todo el dolor que he estado sintiendo. Ya no sé quien soy, ni a donde estoy mirando. No se si vale la pena luchar contra esta ira que me asfixia y me mata por dentro, pero la ira no es mía, no, no lo es.
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