¿Cuántos años habían pasado? No lo sabía y tampoco le importaba, solo sabía que pasó mucho tiempo antes de que decidiera salir de su laberinto para ver el mundo humano otra vez: Era una mierda, Asterio no necesitó más de cinco minutos para darse cuenta de ello al ver como un grupo de soldados de uniforme gris con bandas rojas en sus brazos, utilizando armas nuevas, peleaba en terreno abierto contra otros soldados con otro uniforme. Distintas armas, distintas armaduras, misma especie. Cuando algunos de esos humanos se metieron en su palacio sin ser invitados siquiera, Asterio los castigó debidamente, con o sin armas modernas seguían siendo inferiores en fuerzas a él. Tras haberlos matado pasó un tiempo más largo de descanso hasta qué… comenzaron las excavaciones.
Observaba a una mujer muy atractiva caminar por la parte superior de su palacio, de cabello rubio y ojos castaños, llevaba una bata blanca de doctora con una camisa roja y una falda negra que llegaba hasta sus tobillos. Aquellos zapatos con tacones negros la hacían ver aun más hermosa de lo que ya era, parecía ir con prisa a donde estaban los demás hombres. Con un pequeño mugido, Asterio, decidió retirarse hacia el interior de su hogar, no tenía por qué seguir exponiéndose al riesgo de ser descubierto por los humanos. Los equipos modernos que veía no parecían ser lo suficientemente potentes para poder descubrirlo y descubrir toda la magnitud de su palacio real. Tenía mejores cosas que hacer que solo mirar humanos tontos, cosas como dormir un poco o buscar alimentos en otras partes de su reino.
La doctora Sally Titulis se acerco al doctor Alexandros Beutrix y al joven Tiso Ronito, ambos estaban interesados en continuar el estudio del misterioso palacio de Cnosos. Sally, al ver a Alexandros estudiando algunas fotografías, dio un suspiro y preguntó:
- ¿Todavía no da con la puerta de su laberinto doctor?
- ¡Doctora, por favor!- exclamó de forma molesta Alexandros, un hombre de cabello castaño corto con una barba del mismo color, vistiendo una camisa azul y un pantalón negro cubierto por una bata científica. Tomó una taza blanca llena de café y la bebió diciéndole- hemos estado casi toda la noche trabajando aquí para poder encontrar la puerta de entrada al laberinto
- Es un mito doctor- le contestó con desgano Tiso, un muchacho apuesto de cabello castaño corto, tenía unos anteojos de marco fino y vestía una camisa negra con pantalones del mismo color junto a la bata blanca, era uno de los muchachos más agradables del equipo de excavación- ya sabe, algo irreal, una leyenda, un cuento de hadas, etcétera
- Mi querido Tiso, ¿Le debo recordar que antes de que la religión Judeo Cristiana gobernara todo el occidente, lo que hoy llamamos mitos en otra época eran hechos reales? Casi históricos. Al no poseer una fecha exacta es que estos eventos caen en la irrealidad; pero, si somos francos, damos por hecho que Moisés fue una persona verídica a pesar de no contar con ningún dato científico o histórico de su existencia; pero Heracles o Hércules nos parece una fantasía a pesar de que pudo haber tenido un asidero verídico ¡¿Usted llama a eso lógica?! ¡Porque yo no!- le contestó Alexandros con un tono de enojo
- Doctor, que este palacio tenga un cierto… ¿Cómo debería llamarlo?- le habló Sally un poco desorientada a lo que Tiso, con su sonrisa amistosa, le ayudó diciendo
- Estructura incomprensible
- ¡Exacto! Una cierta estructura incomprensible, no quiere decir que sea el laberinto del mítico Minotauro- continuó Sally viendo de forma agradecida a Tiso
- Sally, querida estudiante mía, el palacio de Cnosos es solo el principio del laberinto. este lugar es increíblemente extraño: no posee una sala de estar, solo habitaciones que no llevan a ningún lado seguido de pasillos, tras pasillos, tras pasillos y todavía no nos hemos adentrado aun mas a la cámara subterránea. Como sabrás, este tipo de estructuras era irregular dentro de la geometría griega, por lo que solo hay una explicación posible
- ¡Un laberinto dedicado al Minotauro!- exclamaron Tisio y Sally a la vez
- Las pinturas dan a entender que era un lugar especializado para el culto de la tauromaquia, no era un lugar común y corriente en esta pequeña isla de Creta- continuó Alexandros sintiéndose irritado por la incredulidad de sus estudiantes a los que miró con seriedad- sea o no sea el laberinto del mítico Minotauro, de todos modos es un lugar importante para el estudio arqueológico. Llamen a los demás, dentro de unas horas comenzaremos la investigación nuevamente
- Si doctor- lo saludaron Tisio y Sally saliendo de allí dirigiéndose a donde estaba el resto del equipo de excavación
Mirando un calendario que tenia la imagen de una chica linda que sostenía la marca de cerveza “Tabern”, un muchacho de cabello negro con un pequeño flequillo similar al cantante llamado Elvis presley, se entretenía mirando a la chica de Marzo de 1956, después vería a la de Abril y Mayo. Con su campera de cuero, cigarrillo descansando en su oreja y una camiseta blanca con un pantalón vaquero gris junto a unas botas de motociclista, aquel muchacho de nombre Vriano Domoxis daba la impresión de ser cualquier cosa menos un experto en construcciones arqueológicas. A su lado, un hombre de cabello rubio con unos anteojos de marco duro color negro junto a una camisa blanca y con un bolígrafo descansando en su bolsillo, el joven arqueólogo Simon Ryterix también leía un libro sobre civilizaciones antiguas.
Sentado en su silla de ruedas, el doctor Hamill de la Universidad de Oxford y uno de los que patrocinaba la excavación, vio a Sally entrar a la cafetería con una expresión seria y le preguntó
- ¿Qué sucede querida?
- La excavación está por iniciar- le dijo Sally con una sonrisa tierna- el doctor Beutrix desea que vayan a la entrada del palacio de Cnosos
- ¡Muy bien!- exclamó Vriano saltando de su asiento poniéndose en pie- ¡ya me estaba aburriendo con esta estúpida espera!
- Y que lo digas viejo, y que lo digas- asintió Ryterix cerrando el libro, poniendose en marcha
Hamill se dirigió hacia la ventana queriendo ver la construcción tras un momento de incomodo silencio, se retiró de la cocina para ir con los demás a donde iniciaría la aventura.
Posiblemente la última de sus vidas.
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