300 000 mil pesos y un hermano roto.
Selina no paró de hablar en todo el camino, estaba ansiosa por ir de compras.
Me dolía la cabeza y no sabía cómo decirle que necesitaba el dinero que le presté.
—Oye Shei ¿Qué traes en la maleta? ¿Es un regalo para mí? — Dijo ella tratando de agarrar mi pequeña maleta.
—¡¡¡NO!!! — le dije apartando la maleta de su vista.
— Bueno, entremos para cambiarnos— abrió la puerta del auto y salió, entramos en su casa en silencio. Me sentía fastidiaba y hambrienta, aun así, la vergüenza que sentía al imaginarme pidiendo algo de comer era enorme.
Mi padre tenia restaurantes muy famosos yo podía ir las veces que quisiera, ahora no estaba segura de que siquiera me dejaran poner un pie dentro.
— Vamos a mi habitación, si quieres puede tomar una ducha te vez cansada. —
— Sí gracias—
— Yo buscare un vestido hermoso y sensual— se dirigió a su clóset, era pequeño a diferencia del mío que ocupaba 2 habitaciones de la casa, pero no podía presumir ya que mi padre me dejo claro que todo era suyo ya que lo había comprado con su dinero.
Tome una ducha rápida, era un alivio ya que con la caminata del día había sudado mucho, sentía unas inmensas ganas de llorar por lo injusto de la situación de un momento a otro mi vida dio un vuelco de 180°.
Tampoco estaba segura si Selina me devolviese los 30 000 pesos que le preste. Pero al salir del baño sentí un nudo en la garganta y mi cara enrojeció de la rabia.
— No sabes lo que significa privacidad, estás loca. ¿por qué revisas
mi maleta? — Le dije aguantando las ganas de golpearla.
—No hagas drama Shei, solo quería ver que traías. ¿huiste de casa? —
— No es lo que piensas—
— Entonces porque solo traes el uniforme, tus libros y una muda de ropa— contesto con mofa.
— ¿Qué dices? — me apresure a tomar la maleta y revisar por mí misma.
— Son unos dementes— susurre
Selina estaba en lo correcto, la maleta contenía un cambio de ropa, mi uniforme y los libros que eran lo menos importante. ¿Por qué demonios no me habían dado más ropa y mis zapatos? ¿Cómo iba a sobrevivir sin mis productos para el cuidado de la piel?
No iba a vacilar por más tiempo.
— Esto no es importante, te hable por que necesito que me regreses algo. —
Le dije mientras me ponía la sudadera y trataba de cepillar mi cabello con los dedos.
— Que quieres— contestó cortante, al mirarla a los ojos me di cuenta de que esto no sería fácil se había puesto a la defensiva.
— Necesito que me regreses los 30 000 mil que te preste hace 2 meses, los necesito en efectivo— dije sin más.
— “Me prestaste” no recuerdo pedirte un préstamo, pensé que me lo habías regalado en compensación. — me contesto de manera altanera.
— ¿compensación? De que diablos hablas te lo preste y lo necesito ahora. — estaba tratando de calmarme para no empezar a gritar, sin embargo, ya había alcanzado el límite de cosas que podría tolerar hoy.
— SELINA DAME MI DINERO— grite sin importar si causaba un alboroto no me importaba nada, solo quería el dinero.
— Yo no te debo nada, acaso crees que te soporto gratis, jamás seria tu amiga sin un incentivo, eres la persona mas odiosa que he conocido, ¿eres tonta? Todos te hablamos por conveniencia y es obvio que es una compensación ya olvidaste que le rompiste el corazón a mi hermano al besuquearte con su mejor amigo y. — la interrumpí
— Cierra la boca y dame mi dinero. — no aguataba las ganas de agarrar su cabello y arrastrarla por su habitación.
— ¡¡Ooh Shei!! de repente no tengo ganas de salir me siento tan cansada, no tengo ganas de escuchar tu parloteo así que vete de mi casa o. —
— Soy la hija de los Vanheing y voy a hacer tu vida miserable si no me regresas mi dinero. — la volví a interrumpir.
Ella sonrió con malicia.
— Por lo que veo te echaron de casa, era obvio que tus padres no te aguatarían por más tiempo, debe ser difícil para ellos tener una hija tan desvergonzada lo bueno es que reflexionaron a tiempo y sacaron a la maldita vividora de su casa antes de. — No pude soportarlo más.
¡¡¡ZAASS!!!
El sonido resonó por toda la habitación, le había dado una bofetada tan fuerte que mi mano me dolía, su nariz empezó a sangrar y con furia se acercó a mí.
—ERES UNA IDIOTA, LARGATE DE MI CASA. — me empujo fuera de su habitación.
Me aferré a mi maleta no tuve más opción que salir, nunca me habían hablado de esa manera normalmente todos querían estar cerca y complacer todos mis caprichos.
Ahora tenía miedo de Selina, estaba segura de que les diría a todos que no tenia a donde ir, ella encontraría la forma de fastidiarme.
Comments (0)
See all