¡¡UN CAMIÓN DE CARGA!
Llorar jamás servirá de nada,
Será solo un charco más en el suelo,
Tus lágrimas serán tan frías como el hielo.
P. F. CANYUL
Tuve una noche más tranquila, logré dormir 4 horas y eran como una bocanada de aire, tenía el sueño muy ligero y desperté cuando escuche una puerta abrirse al asegurarme que no era nada malo, abrí lentamente los ojos. Eran las 4:00 a.m.
Mi padre había llegado, ¿Cuándo había sido la última vez que me arropo y me dio un beso? un nudo se formó en mi garganta, trate de calmarme no era momento de comportarme como una niña.
Me levante ya que no conseguí volver a dormir, fui a mi baño y encendí la ducha; era lo que hacía todos los días, como de costumbre tome un pants a juego y agarre mi cabello en una coleta me dirigí a las escaleras quería preparar mi desayuno e ir temprano al colegio, por alguna extraña razón hice rollitos de jamón nuevamente. Terminé algunos deberes que tenía pendientes y salí de la casa.
Al pasar por el buzón no quise voltear podía ver la caja, me preguntaba si aquel cachorro seguiría ahí. Si es que realmente era un cachorro, algo en él me había causado temor y al ver sus ojos el miedo me invadió, también tenía la teoría de que pude imaginar todo por el estrés del día anterior, yo era muy paranoica, claro no podían culparme porque mi vida no era fácil. seguí mi camino al colegio, solo esperaba que fuera mejor que el día de ayer.
El día transcurrió sin incidentes solo uno que otro insulto de parte de mis compañeros, pude comer tranquila en la biblioteca mientras estudiaba, también Eduardo intentó hablar conmigo en dos ocasiones, pero al notar que lo ignoraba intencionalmente dejó de insistir, podía ver que sentía curiosidad hacia mí, sin embargo, no le iba a permitir que se acercará no quería lastimar a nadie sin querer.
Al salir de mi última clase corrí a la salida y no deseaba toparme con nadie en la puerta del colegio. Además, tenía que comprar algunos materiales para mi próximo proyecto de arte, mientras compraba mis materiales se hacía de noche, había tardado demasiado escogiendo las acuarelas que deseaba. De pronto recordé que tendría que pasar cerca del buzón, me preguntaba cómo estaba aquel cachorro, y como si no pudiera controlar mi cuerpo fui directamente hacia él, ahí estaba y se veía flaco otra vez, su pelo esponjoso estaba pegajoso y se veía bastante sucio ¿acaso ayer lo había visto mal? ¿Un perro podría enfermar de un día a otro y luego recuperarse? no entendía lo que estaba pasando sin embargo seguía sintiendo lastima y no quería abandonarlo algo en mí me pedía llevarlo conmigo tener compasión y no dejarlo entre la suciedad de una caja, de pronto recordé que había comprado un paquete de salchichas, después de escoger mis acuarelas.
—¿Estás solo amiguito? ¿estás herido? — era bastante ridículo ya que los perros no hablaban, pero yo trataba de entablar una conversación con uno, estaba claro que era una perdedora.
saqué las salchichas y le ofrecí 2, pude notar su lento movimiento era evidente que algo le dolía, quería ayudarlo y llevarlo a casa, pero eso molestaría a mi padre él odiaba a los animales.
— Puedes comer esto también, perdóname no puedo llevarte a casa. — seguí platicando con él, no sabía si me entendía, pero hacía mucho tiempo que no hablaba con nadie.
—Woof Woof—dos pequeños ladridos me contestaron, mis ojos se iluminaron ya que este cachorro podía entenderme. Sonreí y le deje 2 salchichas más, luego olvidando mi regla de oro lo acaricie en ese momento sentí un tipo de energía eléctrica subiendo por mi palma solté un grito de la impresión, trate de calmarme y razonar comenzaba a asustarme porque ya estaba oscuro no debía temer, este pequeño era muy adorable lo más lamentable se encontraba solo igual que yo, es por lo que esperaba verlo mañana para poder darle más comida.
Seguí mi camino a casa sin despedirme, no había llegado a la mitad de la avenida cuando un camión cargado de gallinas dio la vuelta bruscamente, no pude reaccionar el sonido de una bocina se escuchó, pero me quede paralizada solo pude cerrar mis ojos con fuerzas y esperar el impacto si esto no me mataba probablemente me rompería todos los huesos del cuerpo.
Mil pensamientos cruzaron por mi mente, el repentino recuerdo de mamá, las enseñanzas que me dio y sus deliciosas galletas, los hoyuelos de sus mejillas cada que soltaba una carcajada, las veces que soplo mis heridas mientras con una voz dulce me cantaba, lo amable y cariñoso que era mi padre cuando ella vivía, también la promesa de ser muy feliz, pero como puedo ser feliz, cuando un camión de carga sale de la nada y quiere matarme, cuando una alcantarilla no está bien puesta y caigo en ella, cuando un árbol se cae repentinamente matando al gato de mi vecino en frente de mí después de acariciarlo, cuando mis cumpleaños se han convertido en los días que más odio o cuando no pasa un solo día en el que no vea fantasmas y demonios.
¿Cómo es que ella sonreía?, solo en su lecho cuando estaba muriendo actuó de forma extraña.
Continuaba pensando en estas cosas, cuando note que el impacto nunca llegó, abrí mis ojos lentamente y noté que estaba sentada en el pavimento muy cerca de mi casa, me levanté con las piernas temblorosas, ¿qué era lo que había pasado? miré a mi alrededor no había nada extraño, yo estaba temblando de pies a cabeza.
Empecé a revisarme palpando mi cuerpo por todas partes, ¿Cómo era posible que siguiera viva? No tenía ni un rasguño o era posible que ya estuviera muerta, me pellizque a mí misma para ver si sentía dolor, el ardor que sentí me tranquilizó aún así no lograba explicarme cómo había llegado al otro extremo de la avenida.
—Woof — un pequeño ladrido me hizo brincar, al bajar mi mirada a mis pies note que, el cachorro estaba ahí sentado a mi lado se veía saludable su pelo era esponjoso y estaba más gordito, estaba claro yo me estaba volviendo loca...
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