Estaba viendo las rejas de mi antigua casa, mis padres me habían echado y no me dejaron llevarme nada, solo mi celular, recordar que tuve que rogarle por él, me hacía sentir miserable.
Tome la pequeña maleta y camine durante una hora hasta que salí de la propiedad de mi familia, nunca había caminado tanto, ¿por qué la entrada principal estaba tan lejos? nunca lo había notado ya que siempre viaja en mi auto o la limusina de mi padre.
Sentí un nudo en la garganta, estaba tan enojada, seguía sin creer que me habían echado, esperaba ver una cámara escondida en cualquier momento con un comediante diciendo, ¡¡es broma!!Pero eso nunca pasó, ya había llegado a un parque, me senté en una banca mientras analizaba mi situación estaba claro que mis padres estaban mal, yo no había hecho nada malo.
El sentimiento de culpa me golpeó al recordar lo que había pasado hace dos semanas.
Dos semanas atrás.
-Sheila tienes que saber esto. - Me dijo Mariana mientras llegaba a mi grupo de amigos.
- la chica nueva nos ha ofendido a todos, puedes creer que dijo que éramos unos simios y tú la reina gorila- siguió contando Rosalía.
- No deberías dejar que nos ofendan así- continúo Omar.
Sí, estaba furiosa su nombre es Sofía y había llegado al condado de Praga, apenas hacia 1 mes y ya me estaba molestando.
Este era un instituto prestigioso donde solo los hijos de familias millonarias podían estudiar, claro había una excepción. Cada año se les daba la oportunidad a 4 estudiantes promedio de ser los becados si demostraban ser lo mejor de lo mejor, venciendo a todos los estudiantes de este instituto en los exámenes. Pero éste no era el caso, ella venía de una familia adinerada, la cual se dedicaba a la venta de bienes raíces y eran muy buenos en lo que hacían.
Tenían jugosos negocios y ella no paraba de presumir, yo no tenía nada en contra de ella, mi familia era 100 veces más adinerada, pero el hecho que me insultara se merecía una reprimenda. Mi grupo de amigos no era grande, pero casi todos en el instituto querían estar cerca de mí, me ayudaban todos los días y hacían todo lo que les pidiera. Tareas, trabajos e incluso me ayudaban a hacer trampa en los exámenes. Sin mencionar que los profesores también querían ganarse mi favor.
- Chicos, pueden hacer lo que quieran con ella, yo tomaré la responsabilidad de lo que pasé. - dije sin importar lo que ellos pensaran.
Una sonrisa maliciosa apareció en cara de todos, empezaron a susurrar y salieron del aula.
Me sentía cansada de ellos, eran tan inmaduros, pero no tenía amigos verdaderos, así que por que debería preocuparme, ellos harían todo lo que yo pidiera a cambio de un poco de atención.
O eso quise creer
Al terminar las clases vi a los chicos reunidos en el patio, una bicicleta estaba puesta en el centro, era la bicicleta de Sofia, ella tenía largas piernas y le gustaba presumir de ello, cada tarde se iba a su casa en bicicleta sin importar que la falda se subiera y mostrara de más.
- ¿Qué está pasando? - le pregunté a los chicos de mi al rededor.
-No lo sabemos, pero parece que los del aula S, están molestando a la nueva. - me respondió uno.
Me acerqué más y vi a Sofía agarrando su bicicleta con furia.
Yo estaba sonriendo, habían pintado su bicicleta y destrozado el asiento.
- Esto no se va a quedar así simios. - Gritó, mientras se subía a su bicicleta y manejaba hacia la salida, pero ella no contaba con Omar y Ulises, uno a cada extremo levantando una cadena intento frenar, pero iba tan rápido que no lo logró, vimos como la bicicleta salió volando con ella arriba, un grito, el crack de un hueso, el metal resonando en el pavimento.
De pronto sentí un escalofrío, estos chicos se había pasado y no podía dejar de pesar que era mi culpa.
Todos nos acercamos corriendo a ella, pero el golpe fue tan duro que el hueso de su pierna sobresalía y ella se había desmayado.
Fin del recuerdo
Mi mente regresó al presente aquel sonido fue horrible, yo no quería lastimarla de esa manera, pero al final del día todos me culparon a mí.
Cuando vi a mi padre en la dirección no pude decir nada, me sentía muy culpable y con mis antecedentes pasados. No tuve la oportunidad de defenderme.
Yo era muy vanidosa y a veces cruel con mis compañeros, les hacía bromas pesadas y los humillaba cuando no me obedecían, ¿Cómo podía explicar que yo no lo había hecho? Cuando todos se quejaban de lo malvada que era con todos.
Mis amigos se justificaron, diciendo que era un plan que yo había orquestado.
No pude defenderme y ahora estaba a punto de dormir en la banca de un parque.
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