🍃Una vez está en tu cabeza te conviertes en una extraña nueva raza, una forma de vida que adora fantasear sobre su propia extinción... De la película INOCENCIA INTERRUMPIDA 🍃
Desearía poder recordar el día, la fecha, la hora en la que te conocí por primera vez, pero tristemente mi cerebro carece de GB en mi memoria y muchas veces dejó que me pasen demasiados virus, que no podría ni teniendo el triple de manos eliminarlos. Pero lo que sí recuerdo es tu figura a la orilla de un precipicio, un gran suéter negro cubriéndote del aire filoso y el sonido de pequeños sollozos, y esos cristales que iluminaban tu pálido y rojizo rostro.
No era cualquier barranco, era un lugar que tenia muchos de mis recuerdos con esa persona.
Pude haber sido una de las personas que estaban solo ahí paradas mirándote mientras grababan tu bella escena, de las otras llamando a línea de emergencias y crisis, o el resto quienes solo te hacían mueca y según discreta mente criticaban, o de las que sólo seguían su rumbo sin importarles una mierda que la vida de alguien estaba en peligro.
Entiendo mucho que para ti no era más que el sentimiento de que por fin tu vida estaría a salvo y que seguir era tu peor peligro.
Yo sé que pude haber sido una de esas personas porque no era tan diferente a ti. Pude ver desde lo lejos que me diferenciaba de ti, oculta por el montón, pude ver como tu mirada se fijaba en el aya. Inconscientemente camine hasta ti y entonces te vi más cerca. No escuche los gritos y el sonido de las ambulancias ni de las patrullas. Pero escuche cada paso que daba y como las ramas rotas en el lodo crujían bajo mis tenis.
Entonces volteaste alarmada por el ruido y me viste con ojos rojos y diste un paso hacia atrás poniéndote más cerca al vacío. Te veías muy decidía y segura de tus acciones, como si supieses la firmeza de la tierra. Pare, puse mis bolsas del mercado en la tierra y me arrecosté en el trocó de un árbol, sacando un una bolsa de bombones para comérmelos.
—¿Qué quieres? ¡Aléjate! Si das un paso más saltaré— gritaste en un tono amenazante con la cejas tan fruncidas que formaban una línea con una leve curva en el centro, y que juro que si las circunstancias fueran otras te haría burla y te diría que no es justo hacerle competencia a Frida Calo, o te vendrá a jalar las patas por la noche. Pero este era un momento de vida o muerte. Aún no sabia que haría, pero no quería que murieras. Tal vez era el hecho de que me sentiría bien gacho al saber que pude haber hecho algo y no lo hize, o el hecho de que ese era un lugar especial para mí.
Diste otro paso atrás —¡Hey tu! ¡¿Estás sorda o que?!— me gritaste fuertemente esta vez, así que evadí tu mirada y voltee a ver el sol quien anunciaba su hora de ir a dormir. —Y ¿qué no se supone que eso planeas hacer?— te pregunte aún no viéndote disfrutando de mi bombón. —¿Hmm?— Esta vez te mire y ya no estabas enojada ahora las lágrimas salían por sí solas de tu rostro y te veías tan vulnerable como un ave bajo la lluvia.
Asentiste y el color de tus ojos se empañó. —Te parece esto un buen show ¿verdad?—se te corto la voz y reíste. Una risa seca, una risa triste.
La línea que nos divide y nos diferencia es muy delgada muchacha.
—No— conteste seriamente, —Estoy comiendo porque tengo habré, no porque me parezca un buen show que una extraña toda destrozada tenga miedo de saltar pero parte de ella quiera saltar como tú... esté amenazando me con que saltara y tenga... —Voltee hacia tras para ver si las patrullas y la ambulancia ya habían llegado, para mi sorpresa habían 3 patrullas y 1 ambulancia, y un policía acercándose hacia nosotros con suma delicadez. Lo ignore y dirija mi mirada hacia ti. —... y tenga que hacer que un buen de personas vengan a ver su intento de suicidio— me metí otro bombón.
—¡Tú no lo entiendes!— Llevaste tus manos a tu rostro, y parecía que había una tormenta sobre ti que nadie más podía ver más que yo y solo tú podías sentir.
Tienes razón no entiendo, pero entiendo esas ganas que tienes de acabar con tu vida y mandar todo por ese vacío, entiendo perfectamente que es sentimiento una vez que lo dejas cultivar te comienza a gustar lentamente hasta perder las ganas y toda voluntad.
—Antes de que saltes, ya que no creo que nada de lo que diga lo impida, dime ¿porque quieres morir?— Entonces paraste de llorar, limpiaste tus lágrimas y me miraste fijamente. Desviaste tu mirada ah algo atrás de mi, supuse que era el policía pues volviste a mirarme con esos ojos con rabia.
—¿Para qué quieres saber? No cambiará nada— pensé por un segundo en que responder porque tiempo no te quedaba, aún. —Tienes razón, no cambiará nada, pero tampoco me puedes dejar con la curiosidad— entonces me deslicé abajo y tome a ciento en la helada tierra, estaba por comenzar el invierno. —Mira, no puedo dejar que mueras en el lugar que aventé las cenizas de mi abuela quien murió de cáncer sin saber la razón— pause — ¿entiendes? —
Lentamente bajaste hasta sentarte a la orilla del vacío, con un pie arriba y el otro cayendo a eso bello lugar. El policía ahora se dejo ver alarmado por tu acción —¡Muchacha no sáltes! Nosotros te ayudaremos, solo necesitas tranquilizarte y pensar bien lo que estás haciendo. Piensa en tu familia, tus amigos, vam— no pudo terminar su estupido discurso pues lo corte — No le mientas. ¿Acaso estás ciego? Ella ya pensó mucho en esto, deja el estupido protocolo a aun lado y deja de decirle cosas que no ayudan ahora. Mejor cállate— Sinceramente odiaba a estas personas, si, estoy agradecía de que algunos combatan el crimen y ayudaran o protegieran pero en ciertos momentos me parecían todos unos robots. Olvidándose de la parte humana y siguiendo un protocolo con tal de hacer más fácil su trabajo.
—¿Qué dijsite? ¿Acaso tú la as orillado a esto?— me preguntó el hombre. Lo ignore y la mire a ella, — Hay una parte tan inhumana en salvar una vida y es que muchas veces la toman como uno más de sus trabajos y no como un acto de humanidad— finalize. Mientras el silencio tuyo me dejaba pensando.
—Te contaré— rompiste con tú voz apagada, la tensión que se formó con la aparición del policía. —Pero quédate ahí y usted ni se acerque o saltaré— lo señalaste con una mirada temible. —Esta bien—contesto el hombre. Después me miraste y me di cuenta que esperabas por mi repuesta.
—Ok— me limité a decir más.
— Yo fui un error— comenzaste a decir, te veías exprimida a joder.
Yo también pensé que era un error hasta que fue cuando ella agonizaba, que me dijo que me amaba y siempre lo haría, que me perdonaba todo, antes de cerrar sus lindos ojos y tomar el descanso de su vida.
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