Un silbido paso por el aire, y las gotas que se atravesaron fueron cortadas limpiamente, el silbido chocó contra el metal ardiente que levantó una nube de vapor. El golpe resonó y cayó a los charcos de sus pies.
Pi había avanzado, emocionada por el combate, y dió el primer golpe. Fue tan sólo un tajo sencillo que bloqueó el ladrón con facilidad. La chiquilla se relamió los labios, era la primera vez que iniciaba un combate con su nueva espada.
Ico la vio y sabía lo que estaba sintiendo, y sólo pudo apretar su pecho. Li estuvo a punto de correr pero se detuvo de golpe y comenzaron a temblarle las piernas.
Rápidamente Pi deslizó la hoja hacia abajo, liberándola, dio un paso al frente e hizo un fondo con intención de hacer un estoque en el estómago. Pero su contrincante se movió hacia atrás y quiso hacer un tajo desde arriba hacia el hombro. Ella lo notó y con un movimiento de muñeca lo sostuvo por encima de su cabeza. Entonces de un brinco se separaron.
Ninguno dijo nada, sólo se quedaron mirándose. Pi se sacudió el cabello de la coronilla y pensó un rato. Al ver esto él se abalanzó sobre su brazo derecho, ella reaccionó haciéndose hacia atrás y se pudo escuchar un corte. Él se detuvo de inmediato, en lugar de continuar con el tajo.
―¡¡¡TETRAAAAA!!! ―Ese grito de Ico, fue suficiente para que Li por fin se decidiera a abandonar su puesto. Pero entonces se escuchó un grito más tenue que lo detuvo a medio camino.
―¡Cortaste mi suéter favorito! ―Pi estaba estirando el agujero de su prenda. como una niña enojada con su hermano mayor. Esto hizo sentir un alivio por parte de “todos”. Y tetra lo notó: cómo su oponente también lucía aliviado.
―Muy bien, me agarraste desprevenida… Pero no volverá a pasar. Creo que ya se cuál es tu juego.
Al decir estas palabras Pi se lanzó con la punta de frente. Sorprendido por lo que dijo, el ladrón apenas pudo acomodar su espada para tomar el golpe y desviarlo, pero entonces ella clavó su pie derecho en el heno y lo usó como apoyo para girar de golpe y dar un tajo horizontal.
―¡No me voy a contener! ―Gritó mientras giraba.
La sorpresa lo puso nervioso, pero fue capaz de esconder su brazo izquierdo tras su espada y así bloquear el golpe de Pi.
―¡Eso es! ―Algo estaba sucediendo, e Ico comenzaba a sentirlo en la voz de su hija, pero aun así apenas podía respirar entre golpes y estocadas.
Pi no se detuvo ahí, giró todo su cuerpo, pivotando sobre los talones, ahora en dirección contraria. Sin embargo en lugar del tajo horizontal, sorprendió nuevamente con uno vertical desde abajo. Si el brazo de éste no fuese de metal lo habría pasado muy mal pues apenas logró bloquear el golpe de Pi por debajo del mango, ¡deteniéndolo con el puño!
―¡Tu turno! ―Pi parecía estar orquestando una actuación o un baile.
Él alejó su cuerpo de la hoja, mientras deslizaba su puño por la misma con su espada en dirección a la cara de Pi, pero ella lo sintió más lento de lo que debería o más bien, sabía que lo era, así que casi sin esfuerzo se agachó y rodó hacia atrás. Nuevamente se alejaron.
―¡Ji ji ji ji ji ji! ―Pi comenzó a reír como si le estuvieran haciendo cosquillas― ¡Jajajaja! ¡Esto es emocionante!
Li y el ladrón se quedaron perplejos pero Ico comenzó a relajar los hombros.
―¡Vamos continuemos! ¡Coud quiere seguir jugando!
«¿Jugand?… ¡Espera!… ¿Coud? acaso se refiere… » Likos pensaba mientras venían a su cabeza los recuerdos de la alfiletera.
Por su parte el ladrón no dio creído a sus oídos, ¡Esta niña lo estaba disfrutando! ¿Qué rayos le pasa?
Pero antes de poder seguir preguntándose, Pi ya había iniciado un nuevo ataque. Golpe por arriba y un paso atrás para esquivarlo, de inmediato una estocada y un bloqueo hacia la izquierda. Coud salió repelida y el ladrón intentó hacer un corte al brazo haciendo un círculo, pero Pi ya había bajado el brazo y girado en redondo.
Su sonrisa le heló el corazón, no era una sonrisa malévola o con deseos asesinos, era la de una niña que estaba jugando. ¡Realmente lo estaba disfrutando! Y eso le aterrorizó. Pi ya tenía su espada en dirección al cuello y el ladrón no tuvo más remedio que bloquearla con el codo mientras se agachaba, pues la hoja salió aventada en dirección hacía su cabeza. Con una curva y aprovechando la inercia Pi dirigió a Coud hacía los pies de éste. Él pudo haberla bloqueado, pero sabía, o más bien sospechaba que fácilmente Pi podría levantar la hoja hacía su rostro. Así que se paró sobre su pie derecho y dio un giro de ciento ochenta grados, Coud golpeó la placa metálica que sobresalía desde debajo de la corva del ladrón hasta su talón y se deslizó hacia éste quedando con la punta en el piso. Entonces con el pie derecho, que tenía levantado, el ladrón dio un fuerte pisotón en la hoja, logrando así quitársela de las manos.
―Coud… ―Susurro Li.
―Así es ―Le contestó Ico quien se había acercado a él mientras pensaba.
―Perdón no quería.
―No te preocupes, sé porque estás preocupado. ―Li guardó silencio, Ico se veía muy tranquila― Pi quiso nombrarla así en su honor, dijo que era lo menos que podía hacer… También dijo que… No, olvídalo… No tiene importancia. ―Pero él sabía que la tenía.
La lluvia caía pesada y la respiración de ambos resintió tanto esfuerzo, si antes estaban empezando a cansarse ahora comenzaban a agotarse. Pi ya no tenía su espada, y la del ladrón curiosamente comenzaba a resplandecer menos, él lo notó y comenzó a ver de entre reojo a su alrededor. Entonces lo vio: A Li e Ico distraídos en una conversación.
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