No me puedo creer que esto me pase. Acabo de encontrar la casa de la gerente y es enormes. Para el colmo sus perros no dejan de ladrarme. ¡Dígame que esta no es la casa correcta!
-Esa es la casa correcta- Dijo una voz atrás de mí.
Al instante me asuste y pegue un brinco del susto. Volteé la mirada y vi al trapito empotrado detrás mío.
-¿Qué haces aquí? ¿Vienes a espiar?- Dije al instante
-Vine a ver a mi novia, pero te vi parada frente a su casa por 15 minuto- Dijo mientras se metía el dedo meñique en el oído.
-¡Que antihigiénico! ¿Cómo es posible que seas popular con esa actitud de mierda y malos modales ¿Deberías limpiarte ahora mismo?- Dije en voz alta.
-¿Enserio eso piensas?- Dijo el chico.
¡Maldición! ¡Lo dije en voz alta! Se suponía que solo lo diría en mi mente. Bueno no hay manera de regresar en el tiempo así que es hora de ser firme.
- Si, eso es lo que pienso- Dije con tono firme.
-Yo no tenía idea- Dijo el chico, quien se tiró al piso y se cubrió su cara.
-No me digas que te da vergüenza eso- Dije con tono burlón.
El chico me miro y clavo su mirada en mí.
-¿Podría ser que tú quieras escuchar mis duras críticas?- Dije con tono irónico.
El chico asintió la cabeza. El lucia como un cachorrito, por lo que la situación se volvió rara. ¡Lo siento, pero a mí no me va el sado-maso!
Normalmente me gusta fantasear, pero hoy me han pasado cosas muy surrealistas y ¡ni termina el día!
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