-Sabía que era muy bueno para ser verdad.- Natsu miró perdido hacia la nada, suspiró profundamente y caminó hacia la sombra de un árbol. Su rostro mostraba decepción y dolor y su mente divagaba cuando de pronto visualizó la silueta de un hombre de cuello sexi.- ¡Daniel!- gritó extasiado.
Su grito tomó desprevenido al otro chico, quien dejó caer su libreta.
- Ya estás aquí.- dijo mientras levantaba su libreta y abría su mochila.- Ven a sentarte junto a mi.- la piel de Daniel brillaba por el sudor en su cuerpo, la mente de Natsu y su parte baja luchaban a muerte para contenerse.
Natsu redujo la velocidad de sus pasos y caminó con miedo.
El chico de cabello negro se sentó a un lado de él y miró sus labios, por alguna razón eso era lo primero que siempre miraba. Su corazón latía con fuerza, sus manos sudaban y pronto iba a vomitar de la emoción.
Daniel estaba tranquilo a comparación de Natsu, el hinchazón en su muñeca ya había disminuido y guardó cuidadosamente su libreta. Miró al "idiota" a su lado y no se dio cuenta de como los ojos del muchacho lo miraban con un deseo caníbal.
-Quería agradecerte por hoy.- Habló mientras sacaba algo del bolsillo de su pantalón.- Ten, es para ti.
Natsu, miró sorprendido los billetes que Daniel le daba.
-¿Qué? ¿Por qué me das esto?
-Ya te dije que es para agradecerte y además... aunque me de vergüenza admitirlo, hoy... me salvaste 2 veces.
-No, no, no. No me refiero a eso, ¿por qué me das dinero?
-Pues, no quiero deberte nada, con esto creo que es suficiente, no me digas que quieres más.
-¡No necesitas darme dinero para agradecerme, con un gracias es más que suficiente!- gritó Natsu, ante la mirada anonadada de Daniel.
-Lo siento- se disculpó el chico de ojos verdes.
-No te preocupes- contestó.
El joven miró el perfil avergonzado de Daniel , su corazón se estrujó y no pudo evitar pensar en qué clase de educación había recibido para dar dinero a lo loco.-Oye, ¿Te puedo llamar Dany? -preguntó.
-Mmm... puedes hacerlo si quieres.
-¡Muy bien, entonces vamos Dany!- Natsu jaló a Daniel, quien a penas tuvo tiempo para agarrar sus cosas y corrió juntó a él.
El día se había puesto más frío y el sol ya no se sentía tan fuerte, la imagen de los jóvenes corriendo por las calles no era extraña para los transeúntes. Corrieron con las aliento agitado y el cuerpo sudado, hasta que finalmente se detuvieron en un cine.
-¿Qué hacemos aquí?
-Hoy se estrena "Ovnis en el centro de la tierra" -contestó mientras miraba la cartelera. -Bien, ¡vamos! comenzó hace 5 minutos.
-Espera... ¿Dijiste "Ovnis en el centro de la tierra"?
-Sí, eso dije.
Daniel no pudo evitar reír.
-¿De qué te ríes?- preguntó Natsu.
-De nada, de nada, jaja, déjame pagar las entradas y las palomitas -dijo Daniel.
-No, pagaré mitad.
-Pero yo quiero...
-Shiiiii- lo calló. -La mitad, tómalo o déjalo.
-Bueno... - contestó Daniel mientras ladeaba la cabeza.
-¿De qué trata la película? - preguntó Daniel mientras entraban al cine.
-Es sobre unos ovnis que están en el centro de la tierra.
-Ah, qué información, se escucha tan interesante -contestó Daniel irónicamente mientras cerraba la puerta del establecimiento.
Cuando salieron del cine, ya era tarde y comenzaba a anochecer.
-Fue una estupidez.- dijo Natsu.
-Al menos te reíste.- dijo el otro.
-¿Dany, te importaría ir a un lugar más conmigo?
-Claro, no hay problema, además, todavía te debo el agradecimiento.
-Olvida eso, esto es suficiente para mí.- pensó. -Sígueme- dijo con una sonrisa.
Ambos caminaron sin prisa, el viento acarició sus rostros y avanzaron al mismo ritmo. Cuando llegaron al parque ecológico se sentaron cerca de un lago falso para mirar a los pescados.
El cielo estaba oscuro, las estrellas brillaban y danzaban, Natsu las miró de manera tranquila.
-Sabes, - Habló. -me divertí mucho en el cine. Sólo nos burlamos de la película, pero fue muy divertido. Siempre había querido hablarte, pero tú no me conocías hasta hoy, así que le agradezco a mi alarma por no sonar, jaja- rio antes de endurecer su tono y continuar-¿Ridículo, no? Ya no nos volveremos a ver y justo en este momento nos volvemos amigos, es un desperdicio, estoy seguro que nos llevaríamos bien.
-Eso es mentira, yo sí te conocía -contestó mientras miraba hacia el lago, Natsu lo miró con los ojos grandes. -Yo igual creo que seríamos buenos amigos.
-Pásame tu número- dijo Natsu.
-... Sí, tu igual pásame el tuyo.
Después de intercambiar números, los dos se miraron por un instante y luego miraron las estrellas. El cielo se miraba hermoso, pero el aire estaba helado, Natsu tembló ante una ráfaga de viento, Daniel se dio cuenta y se levantó.
-Ya es hora de irnos- le extendió una mano a Natsu.- Vamos.- Natsu, tomó su mano y lo miró al rostro mientras se levantaba. -¿Qué es lo que quieres como agradecimiento? haré lo que tú quieras.
Las mejillas de Natsu ardían y sin pensarlo se abalanzó sobre Daniel, en un abrazo. Los dos eran casi de la misma altura, así que no hubo problema cuando lo abrazó. El joven de ojos cafés sintió el cuerpo definido del otro hombre y no pudo evitar recorrer los músculos de sus brazos, al contrario, Daniel sintió un cuerpo fuerte pero sin músculos sobresalientes, él se sorprendió por el repentino abrazo de Natsu y no sabía como reaccionar, así que trato de alejarlo, pero algo presionó sobre su entrepierna.
-Me gustas... Me gustas... Me gustas mucho.
-¡Oye, Natsu, deja de bromear, suéltame!
-No estoy bromeando. Te amo, me gustas -dijo mientras miraba directo a los ojos de Daniel. -Esto es lo único que quiero.
Daniel estaba en shock cuando unos labios se posaron sobre los suyos. Al principio, el beso fue inocente y tembloroso, pero después Natsu apretó los ojos con fuerza e intensificó los movimientos de sus labios, antes de separarse de los carnosos labios de Daniel, los mordió ligeramente y los lamió.
Natsu no había sido rechazado, así que su corazón dio brincos de felicidad, levantó el rostro avergonzado y sonrió hacia Daniel, en ese instante, un golpe en el cachete le sacudió los dientes y lo dejó tendido en el suelo.
-¡Asqueroso! -gritó mientras se limpiaba los labios con las manos. -Me das asco- tomó del cuello de la ropa a Natsu y lo golpeó de nuevo. -Creí que querías ser mi amigo.
Natsu recibió los golpes como si esperara esa reacción, sintió un sabor metálico en su boca y un dolor agudo en el labio inferior. Él pensaba que podía resistir su impulso de atacar a Daniel, pero simplemente no pudo, en su corazón sabía que se lo merecía por ser un pervertido y se lamentaba tanto por hacer que la persona que amaba, hiciera lo que estaba haciendo, porque al fin de cuentas, era su culpa. Natsu estaba preparado para el rechazo, pero nunca imaginó que Daniel lo golpearía tan salvájemente, al parecer había una parte de Daniel que él no conocía o tal vez muchas.
-Lo siento, lo siento, Natsu no te duermas, no quería hacer esto, perdóname-dijo Daniel entre lágrimas. -Te dije que dejaras de bromear, ¿por qué no escuchas?.- Él había parado de golpearlo.
La vista de Natsu comenzó a nublarse cuando los golpes cesaron, miró su camisa cubierta de sangre y el rostro perturbado de Daniel.
-¡Despierta! -gritó Daniel.
Natsu dejó caer unas lágrimas y perdió la conciencia.
---FIN DEL CAPÍTULO III---
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