Logre cambiar la pasta de los libros después de que Ana se alejara para hablar por teléfono.
Comencé a leer una historia Yaoi que escribí de un chico que caminaba por la calle. Se veia tan lindo como un uke que no pude evitarlo.
"El protagonista no lo conocía de nada. No eran amigos, no eran compañeros, no eran conocidos. Pero fue un amor a primera vista.
El chico del que se enamoro era un chico que atendía una tienda de variedades.
Tímidamente se acercó. -Quiero conocerte- Dijo con voz tímida y la cara sonrojada. Él se había armado de valor, pero inmediatamente se detuvo -Quiero decir como amigos- Añadió. Su cara seguía sonrojada.
Para sorpresa de nuestro protagonista. El chico le miraba con una sonrisa. - Yo estaría encantado de que me conocieras- Dijo mirándolo con una cara lasciva.
En ese momento comenzaron una relación sado-masoquista"
Sin darme cuenta me quede dormida después de un rato. Mire la mesa y el libro que tenía había desaparecido.
-Ana donde está el libro- Dije con preocupación.
-te has esforzado tanto que pensé ayudarte con lo que te falta de tu deber, asi que dejé el libro en la estantería- Dijo Ana.
¡Ana la has cagado! Sé que no es del todo tu culpa, pero ahora, ¿Que voy a hacer? ¡Tengo que recuperarlo!
Me levanté y sin decir nada fui inmediatamente a la estantería. Ana tendrá que esperarme hasta que recupere el diario.
Un chico alto y atractivo sostenía mi diario con la pasta cambiada, pero a quien le importa eso. ¡Te mataré si abres mi diario sin mi permiso!
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