Hasta ese momento no conocía nada de la autora de ni sus libros, pero la noticia le había consternado. Primero tan solo vio un mensaje críptico de uno de sus autores favoritos en una red social así que decidió investigar a qué se refería. Encontró una noticia reciente sobre una escritora estadounidense llamada Sue Grafton, entre cuyas obras destacaba una serie de novelas de misterio detectivesco por las cuales era muy conocida. Lo que realmente llamaba la atención de su trabajo, dejando de lado por supuesto la calidad de su prosa, era cómo había decidido titular a sus libros, cada uno de ellos empezando por una letra diferente del abecedario de forma consecutiva. Cuando se enteró de ello le pareció una idea muy interesante. Lo triste es que la noticia hablaba del fallecimiento de la autora y lo terrible es que su última novela empezaba por la letra Y. El artículo también comentaba que no había dejado ningún manuscrito inacabado para la novela Z, última de la saga tal y como había sido concebida, y que por ello la familia declaraba que para ellos el abecedario terminaba en la Y. Uno de los miedos que más le aterrorizaban era no ser capaz de hacer realidad todas las historias que tenía en su cabeza. ¿Y si moría antes de hacerlas realidad? ¿Y si ocurría eso justo antes de completar su sueño?
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