— ¡Uhum! — Afirmó de acuerdo. — ¡Mira, el pájaro! ¡Hay que seguir!
— ¡E—Espera! — El subidón de adrenalina ya se acababa. No estaba preparado para otro salto.
— ¡Broma, broma! — Su risita de niña volvió tras un buen rato. — El GPS es para llegar a tu casa, idiota.
Mis cejas se levantaron con asombro. Al fin y al cabo, lo del pájaro nunca tuvo mucho sentido. Tal vez el agotamiento estaba afectándome mucho más, porque no me parecía una vil mentira como la anterior.
— Será mejor que salgamos de aquí. — Solo bastó que Vis terminara la oración para que el traje comenzara a vibrar. El lodo se desprendió solo, dejando solo mi cara sucia.
— Vamos a mi casa ahora, ¿no?
— ¿Qué no querías comer? Probablemente también dormir en otro lugar que no sea un basurero — Puso mi mano derecha en la cintura. —, aunque sé que dormir entre bolsas de desperdicios es una de tus cosas favoritas.
— Así que si escuchabas lo que decía... — Una sorpresa tras otra. Sorpresas alegres, al menos.
— ¿Es una broma? Nunca te callabas. Hay más posibilidades de que Plutón sea planeta otra vez de que me dejes un segundo de sereno silencio.
— ¿Qué yo no me callaba? ¿YO no me callaba? — Apreté mis dientes.
Las risas eran eternas. El espectáculo de siempre regresaba.
— Alto, alto. Esto tiene que acabar. — Un nuevo tono, más mediador, impregnó las palabras de Vis. — No podemos seguir discutiendo el resto de nuestras vidas.
¿Ella intentando arreglar el problema? ¡Já! Apenas pude contener una nueva carcajada.
— El resto de nuestras vidas, ¿eh? Eres solo un traje, me cambiaré de ropa apenas llegué a casa.
Sentí cierto alivio al pensar en cuanta tranquilidad incrustada tenía esa frase. Casa, cambiarme de ropa. Justo lo que necesitaba después de todo esto. Eso y una ducha. La carrera solo empeoraba el olor.
— Oh… ¿No te mencioné ese pequeeeeño detalle cuando me encontraste?
Tragué saliva. Sonaba a malas noticias.
— Estabas muy ocupada gritando cosas que carecían de sentido. — Mi mano derecha llegó al mentón, lleno de barro. — Y ahora que lo pienso, ¿Qué es el “Programa VISK—Eight”? Sé que tú te haces llamar Vis, pero…
La mano que estaba sujetando mi barbilla se salió con violencia. Alguien no quería que indagara más.
— ¡No es nada, solo mi nombre completo!
— ¿Y por qué insistías tanto con el helado? — Me di un par de segundos para meditar. — Tú no puedes comer helado, eres una máquina.
Era una conclusión simple pero cierta.
— ¿Bien? — Esperaba la respuesta.
— Okay, okay, no insisto. — Moví la mano izquierda como si tuviera una bandera blanca. — ¿Qué detalle debiste mencionar cuando te encontré?
— Oh, sí, el detalle, je…
El nerviosismo se apoderó de la voz de Vis.
— No puedo separarme de ti y... — Alargó lo más posible ese “y”. — Y no hay forma de que te puedas deshacer de mí. Es complicado.
Todo resto de sonrisa que quedaba desapareció.
Asombroso. Genial. Increíble. Era lo único que me faltaba. Sí, los últimos minutos fueron divertidos, pero tenía dos días que eran completamente lo contrario. Y además ¿Qué significaba todo esto? ¿Complicado?
— ¿Complicado de qué forma…?
_________________________________________________
[BIZC-8 continuará la próxima semana, último capítulo del fanzine 1]
_________________________________________________
_________________________________________________
Comments (0)
See all